Estuvimos con…  Alberto Amman en el rodaje de Invasor, que dirige Daniel Calparsoro

«No se valora lo suficiente que en España se hacen películas muy creativas y arriesgadas con muy poco dinero».

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Un médico militar vuelve de Irak tras sufrir un atentado. Cuando despierta las expli­caciones que le dan no le convencen: le ocul­tan algo importante pero descubrir la ver­dad no será fácil.

Esta vez la persecución del ratón y el ga­to está interpretada por Alberto Amman (el médico) y Karra Elejalde (un policía que trabaja para el Ministerio de Interior) al que acompaña Luis Zahera.

Esta nueva película de acción producida por Vaca Films y dirigida por Daniel Cal­par­soro (Salto al vacío, Guerreros, Ausen­tes) se titula Invasor y lleva ya tres semanas de rodaje en Madrid y La Coruña.

En esta ciudad gallega asistimos a dos días de trabajo muy intensos en el Puerto de San Diego y el Paseo Marítimo, donde se ha rodado la persecución de coches que según dicen va a ser la escena de acción más lar­ga del cine español.

“Elegimos La Coruña porque buscábamos una atmósfera parecida a la de las películas que me han servido de referentes como la trilogía de Bourne o Seven. Los colores azula­dos, grises, los cielos nublados reflejados en el mar, todo eso me interesaba para el es­tilo que quiero que tenga la película, una cin­ta de acción ‘patrio’, capaz de competir con el cine norteamericano”. Son palabras del director catalán Daniel Calparsoro, que des­de 2005 estaba dedicado a la televisión con películas tremendas como Inocentes, El cas­tigo o La ira. Esta vez el argumento no tra­ta de un asesino en serie sino que recupe­ra en parte la temática bélica de Gue­rre­ros (2002). “No es una película de guerra, eso sólo es el arranque y el telón de fondo de una cinta de acción pura”.

Rodaje de la película Invasor, en la playa de los Ponzos
Rodaje de la película Invasor, en la playa de los Ponzos

La Coruña, una ciudad rodeada por mar. Co­ches de policía paralizan la ciudad en su zo­na céntrica para rodar una persecución en la que hay velocidad, explosiones… La pe­lícula promete adrenalina. La duda es si los personajes estarán a la altura. Se lo pregun­tamos a su protagonista.

33 años y 3 películas, pero tres películas de muy buen nivel. La primera, Cel­da 211. Luego fue nada menos que Lo­pe. De los clásicos a la ciencia ficción con la no­table Eva, de Kike Maíllo. Una filmogra­fía corta pero consistente…

Alberto Amman/ La verdad es que hay al­go de misterio en todo esto. Evi­den­te­men­te está el trabajo que haces antes y el agen­te que sabe dónde puedes estar mejor. Creo que no se valora lo suficiente que en el cine español se hacen largometrajes muy crea­tivos y arriesgados con muy poco dinero. Es­toy convencido que en Estados Unidos no se harían las películas que hacemos aquí con estos presupuestos.

¿Cómo es rodar una película de acción con Calparsoro?

A. A./ Tenía ganas de hacer una película de acción como ésta. Es verdad que Celda 211 ya tenía ese componente de tensión, pe­ro quería hacer algo de acción pura y creo que en ese sentido Daniel es uno de los mejores.

¿Cree que el personaje está a la altura de la acción trepidante?

A. A./ Creo que sí. La película tiene una cier­ta profundidad por la historia que cuenta y el conflicto dramático de los personajes que tiene bastante universalidad.

Y después de Invasor… ¿Argentina, Hollywood?

A. A./ No. Después hay que descansar. Es­ta profesión te quita mucho tiempo y hay que darse un respiro para la gente que quie­res. Tengo algunos proyectos que me in­teresan pero ojalá puedan esperarme.

Hace poco el actor inglés Benedict Cum­berbatch decía que se iba a tomar unas vacaciones siempre y cuando no le lla­mase Spielberg para hacer una película. Días después recibía una llamada pa­ra actuar en War horse. ¿Por quién dejaría las vacaciones a un lado?

A. A./ No soy muy mitómano. Eviden­te­men­te trabajaría en cualquier otra película de Daniel Monzón o en una de Enrique Ur­bizu. Pero para mí lo importante es que pue­da sentir la historia y los personajes, y ca­da película tiene su momento. Por eso creo que elijo proyectos tan distintos como Lope, Eva o Celda 211. No es que no quiera en­casillarme, es que hay momentos en los que no podría conmoverme y rodar un drama o reírme y hacer una comedia.

Nos despedimos. Amman sonríe mientras se limpia su cara recientemente ensangrenta­da para la escena de acción que ha tenido que repetir hasta la extenuación.

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