Estuvimos con… Alfonso Sánchez y Alberto López, de El mundo es nuestro
Tras verlos en la película, sorprende encontrar a dos personas tan discretas, lo cierto es que Alfonso Sánchez y Alberto López son dos tipos alegres y divertidos, y también serios y reflexivos, con algo dentro.
¿De dónde sale la historia? ¿En qué fuentes bebe?
Alfonso Sánchez/ [Sonríe, se lo han preguntado muchas veces y le faltan palabras, toma carrerilla y se lanza].
Influencias, miles, toda la biblioteca cinematográfica de mi casa, españoles y extranjeros [lo de españoles va muy en serio, conoce a fondo el cine español y lo valora, y no se avergüenza de él. Sabe que también hay mucho y muy bueno; también Capra, Berlanga, Tarantino, Lubitsch…].
¿Y la historia? ¿Es la crisis?
A. S./ Aunque parezca mentira no tanto, porque el guión estaba terminado en mayo de 2009. La idea de partida fue lo del corralito argentino. Pensé que debió ser un golpe tremendo, para un pueblo tan culto como el argentino, una situación como aquella, creada por los propios dirigentes. Me pregunté, ¿y si esto ocurriera en Sevilla?
¿Y se puso a escribir?
A. S./ No, con permiso de mi mujer me retiré un mes, yo solo, para escribir. Volví y me llevé la bronca, no había escrito nada. Mi mujer dijo que me había ido de vacaciones. Pero no, le había dado vueltas y más vueltas, sin lograr escribir nada. Después del sermón, en dos semanas lo tuve todo en papel.
Algo aprovecharía de las circunstancias actuales…
A. S./ No es una película del momento, el guión se terminó de escribir en 2009, se acabó de rodar, casi sin modificación, antes de las elecciones de 2011 (aunque ahora lo de Bankia -por desgracia- nos ha venido muy bien).
No es un guión maniqueo.
A. S./ No, queríamos que todo el mundo se sintiera representado y nadie ofendido.
Alberto López/ [Puntualiza, riendo]. Sí, queríamos que todos fueran a verla.
Pero es un poco “dispara a todo lo que se mueva”…
A. L./ Sí.
¿Cómo funciona el trabajo en equipo?
A. L./ Te voy a poner una comparación futbolística, somos Xavi y Del Bosque. [Luego hace un elogio a todo el equipo, y destaca la gran labor de Laura Alvea, ayudante de dirección].
Háblenos del casting.
A. S./ Decidimos que no queríamos caras conocidas. Y también tirar mucho de compañeros nuestros, actores amigos. De hecho hubo uno que me dijo “C… Alfonso, que nos conocemos desde hace 12 años y dices que vaya a hacer un casting”. Y le dije vente a hacer el casting. Fue largo, y gratificante. El resultado fue… bueno, lo habéis visto.
Da la impresión de que hubo un gran ambiente en el plató…
A. S./ Buen ambiente, sí, pero máxima tensión y concentración. Acabamos agotados. Ambiente, sí, tanto que una pilló una gripe y acabamos todos malos.
A. L./ [Apostilla sobre lo del ambiente]. El más gracioso, el chino. Estamos concentrados y me dice “me tengo que ir”. “¿Cómo que te tienes que ir?”. “Que hay muchos encargos y tengo que ayudar a repartir. Que no se entere Alfonso”. Y se fue. Es un chino sevillano, y lo del restaurante es auténtico. Le dijimos “quillo, ya que no te vamos a pagar, haz publicidad de lo tuyo”.
¿Problemas de dinero?
A. S./ La historia de la producción da para más situaciones divertidas que la propia película. Ya he dicho que desde que acabamos el guión hasta que pudimos rodar pasaron casi tres años. La producción ha sido mínima, está rodada con muy poco dinero.
¿Ha sido uno de esos casos de precariedad beneficiosa?
A. S./ Creo que la película no habría cambiado mucho de tener más medios. Algo diferente sí habría sido, pero no tanto. Yo escribía, no sabía si podríamos rodar en exteriores, pero escribía… Luego se pudo hacer.
[El director y el actor señalan que la película reivindica una tradición cultural andaluza, que ahora vuelve a aflorar con grandes títulos como Grupo 7, y entronca con Mihura y Berlanga. Dicen que ese buen hacer cinematográfico estaba un poco perdido. López dice que dejamos de hacer cine español y nos pusimos a hacer cine europeo. Tendríamos que hacer cosas que diviertan, que hagan reír, aquí siempre hemos tendido por tradición a reírnos de nuestros males. Podemos volver a hacerlo, y así lograr que la gente vuelva a ir al cine, y entonces también podremos hacer películas de autor…].
Han hecho como La Trinca en Matías juez de línea, aunque esa era en Galicia.
[Se emocionan con la comparación. Les ha gustado].
A. L./ Mira, hace unos meses la pregunta era si se entendería la película al norte de Despeñaperros. Tenemos un pase en Los Angeles dentro de unas semanas. Ahora la pregunta es si se entenderá fuera de España. Veremos después.
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