Emilio Ruiz Barrachina, director y guionista de Morente
«Enrique se puso delante del Guernica sin haber planificado nada, no sabíamos qué se le iba a ocurrir».
Un documental de 90 minutos recorre la vida de Enrique Morente, una de las leyendas del flamenco. La película retrata el lado íntimo de una figura imprescindible de la historia del cante que nos dejó el pasado 13 de diciembre de 2010, poco antes de cumplir 65 años. Y lo hace siguiendo la admiración del cantaor granadino por la obra de otro andaluz, el pintor malagueño Pablo Picasso.
¿Cómo surgió la idea de hacer la película?


Emilio R. Barrachina/ En la terraza de la casa de Enrique, una tarde nos comimos unos huevos maravillosos que nos hizo Estrella y nos pusimos a trabajar.
Es una idea que fuimos madurando entre los dos. Últimamente Enrique estaba obsesionado con los cuatro elementos. Así se ha montado la película. Hay una primera parte, la tierra, lo que él llamaba el proceso creativo, donde se ven los ensayos, cómo les daba instrucciones a sus músicos, cómo preparaba los conciertos. En una segunda parte, lo que él llamaba el aire. Decía que no podía estar un día sin pasar por su casa, por lo que esta parte es la dedicada a la familia, al día a día, a la gente del barrio. Después viene el agua, es la parte del flamenco más ortodoxo, lo que él llamaba la forma más pura del flamenco. Por último el fuego, parte más creativa. Es la fusión, la mezcla, es la parte más de Picasso.
E. R. B./ Mucho antes del fallecimiento de Enrique veníamos trabajando en todo esto, quiero decir que la película no es fruto de una circunstancia tan desagradable como fue su inesperado fallecimiento. El proyecto venía de antes y, de hecho, no hemos tenido que usar imágenes de archivo, el material es nuestro, rodado por nosotros durante un año para hacer la película.
Supongo que, como en todos los rodajes, habrán encontrado dificultades…
E. R. B./ Hubo que afinar algunas cosas de sonido, por ejemplo en la cafetería de Barcelona donde él habla había mucho ruido. Enrique sabía que hablaba de manera atropellada, porque como en toda la gente muy inteligente el pensamiento va por delante de la palabra… y esa manera de hablar requiere ajustes para que todo se entienda lo mejor posible.
Fuera de eso no tuvimos ningún problema serio, en parte porque cuando acepté el trabajo pedí como condición que me dejaran trabajar a mi aire, con libertad. El equipo de producción está compuesto por gente joven, no quise a un gurú de la fotografía.
Nos ha citado usted para ver su película y charlar en el Museo Reina Sofía, y en Barcelona su encuentro con la prensa será en el Teatro del Liceo: no son lugares habituales…
Finalmente cantó, habló, posó, gritó, se tiró en el suelo… En esa visita nos acompañó el director del Reina Sofía, y él se comprometió a que el museo fuera la sede del concierto El barbero de Picasso, cantado por Enrique en directo una vez concluída la película.
Por la desgracia del fallecimiento de Enrique ese concierto no será posible. Pero el museo ha querido que la película se presente aquí para que la voz de Enrique vuelva a sonar aquí, junto a Picasso.
Marina Páez
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