· Nuestro enviado especial, Fernando Hernández Barral, nos cuenta su visión del certamen francés a través de su crónica diaria.
Se presenta un año cargadito de nombres consagrados –Jarmusch, Loach, Dumont, Assayas– junto a otros de reconocida solvencia –Brillante Mendoza, Jeff NIchols-, dos enfants terribles –Dolan, Winding Refn– y menos jóvenes promesas que en pasados mayos. Es un certamen más equilibrado, afortunadamente menos francés.
Hay expectación alrededor de lo nuevo de Chan Wook Park de regreso a Corea tras su algo decepcionante aventura USA, y pica la curiosidad el trabajo de Andrea Arnold, la británica, que poco a poco ha ido entregando una filmografía coherente. Se enfrenta -a la inversa que el autor de Old boy– a su primera aventura norteamericana.
Más alla de la Sección Oficial, un empacho de cine sin parangón. Cannes es un San Isidro fílmico, el Oktober Fest audiovisual ubicado en la Riviera. Por aquí se verá lo nuevo de Spielberg –una fantasia animada-, Jodie Foster -que ha contado con Clooney para su Money Monster-, Bellochio, Lafosse…
Paul Schrader presenta la que probablemente sea su última oportunidad de hacer cine. Dog eat dog es una novela mayor de Edward Bunker -uno de los Reservoir Dogs de Tarantino– y podría dar la sorpresa en las secciones paralelas del Festival.
Otro de los tapados es Koreeda que ha sido trasladado a una Certain Regard y del cual siempre, sin embargo, esperamos esa obra maestra que no termina de alumbrar.
El cine rumano sigue sorprendiendo, en medio de un alud de buenos filmes provenientes del Este. Ojito a Sierra Nevada, de Puiu, y a lo nuevo de Cristian Mungiu.
Cannes es totalizante y por eso las propuestas más autorales se combinarán el domingo con el estreno mundial de Nice Guys, con Crowe y Ryan Gosling.
También vendrá Sean Penn, que ha dirigido a su ex pareja Charlize Theron en una película ambiciosa coprotagonizada por Javier Bardem y que trata el tema de los cooperantes en África.
También estarán los Dardenne, que son como los anfitriones eternos de la Croissette. La pareja de hermanos belga puede ganar su tercera Palma de Oro tras la sublime Dos días, una noche que entregaron hace dos años.
En cuanto a la representación española y latinoamericana en Cannes 2016, que mucho se había anticipado, este año es más bien escasa. Pedro Almodóvar seguirá siendo profeta fuera de su tierra con Julieta -que podría llevarse algún premio de interpretación-. Y el francotirador Albert Serra mantiene su condición de irreductible del radicalismo fílmico y consigue un hueco fuera de competición.
El biopic Neruda se coloca como la propuesta de qualité del chileno Larrain, habrá que ver si el potente autor de No se ha domesticado…
En fin, también quedará tiempo para exquisitas delicatessen: un documental de Tavernier de tres horas, sintetizando la historia del cine francés, James Ivory comentará su Howard’s End revisitado, Wiseman reestrenará Hospital y Friedkin dará una clase magistral seguida del pase de To live and die on LA. ¿Quién da más? No, no es el paraíso en la tierra, es la 69 edición del Festival de Cannes.
(Hoy ha estrenado el maestro Woody Allen, que como los Dardenne es una especie de hijo pródigo de Therry Fremaux, el director del festival. Mañana haremos la reseña de su Café Society).
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