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Festival de Cannes 2016. Día 5. Sed saciada

Loving (2016)

Festival de Cannes 2016

· Jarmusch y Nichols presentan sus nuevos trabajos, Paterson y Loving, elevando notablemente el nivel medio de Cannes 2016.

Finalmente la sed de buen cine se vio saciada; tres películas en tres días que van a dar mucho que hablar. La ya comentada Toni Erdman y casi seguidas Paterson -el filme más cool del año- y Loving -que seguro estará en la carrera de los Oscar.

Jim Jarmusch no tiene nada que demostrar, aunque sus últimas entregas –Solo los amantes sobreviven, Limits of control- buscaban nuevas vías en un modelo que se antojaba algo agotado. Con Paterson, el autor de Ohio regresa a universos más reconocibles. La película se mueve en los escenarios de sus obras mayores, los paisajes del gesto y el haiku.


Jarmusch es además el rey del cool y consecuentemente el filme cuenta con los dos actores del momento –Adam Driver y Golshifeth Farahani-, una pareja que destila sofisticación en cada plano. No hay sorpresas. Paterson atrapa la historia de un modesto conductor de autobús que además es poeta. La belleza de la rutina, las imágenes robadas al día a día, conforman el centro de un relato, como siempre en Jarmusch, de tono relajado. Quizás no sea la mejor película de su autor pero se le parece.

También cotidiana y hablando en voz baja se ha presentado Loving, de Jeff Nichols. Sin embargo, el tema es de los que gusta en Hollywood: la historia de una pareja interracial de Virginia que se enfrentó a las leyes que prohibían los matrimonios mixtos a finales de los años cincuenta en Estados Unidos.

El guion del propio Nichols es un prodigio de humildad. En vez de levantar la voz y dotar a la historia de un aire épico, el director de Mud concentra todo el peso del filme en el relato de lo cotidiano. El miedo del espectador a recibir la enésima lección de historia por parte de Hollywood se disipa a los pocos minutos. La película es un prodigio de sencillez, una filigrana rodada en negativo Kodak. Casi como si el tiempo no hubiese pasado asistimos a un melodrama clásico que habría complacido a un Borzage o un Wyler.

La dirección de actores es soberbia, Hedgerton contenido con las maneras de un Gary Cooper redivivo; y Ruth Negga, poderosa y frágil, todo un descubrimiento. Al terminar la proyección parte del público se ha quedado a aplaudir los títulos de créditos. Se antoja la película del año.

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