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Festival de Cannes 2017. Día 5. Noah Baumbach se consolida

Festival de Cannes 2017. The Meyerowitz Stories

Festival de Cannes 2017. Día 5

Woody Allen no ha venido al Festival de Cannes 2017 con su película preceptiva. Es una excepción pues los últimos tres años el genio neoyorkino no faltaba a su puntual cita con La Croissete, siempre fuera de concurso. Allen ha sido infiel al certamen con una nueva amante: una ficción televisiva de la cual ha renegado enseguida, había mucha expectación y sin embargo por ver que ofrecía el autor de La rosa púrpura del Cairo.

Sin duda, Woody echará de menos estos días su festival. Además, sus imitadores pugnan por quedarse con ese singular cetro que ostenta al mejor cómico vivo. Si en el panorama comercial parece que Judd Apatow puede ser el que más se acerca a la corona, él más destacado de todos ellos en el plano artístico quizás sea Noah Baumbach, que con una dinámica prodigiosa ha pasado del guión a la dirección y ya cuenta en su haber con una decena de películas notables. Su obras maestras en la escritura junto a Wes Anderson dibujan un mundo muy reconocible y delimitado: la burguesía neoyorkina con aspiraciones artísticas y realidades inmediatas muy prosaicas. Los guiones para Life aquatic y Mr. Fox delatan un gusto por el minimalismo que eclosiona con el libreto prodigioso de Madagascar 3, la producción de animación más liberada y anarquista que un gran estudio ha autorizado jamás.

The Meyerowitz Stories

Baumbach es un director astuto que ha sabido jugar con las referencias adecuadas para colarse por primera vez en la Sección Oficial. Sus Meyerowitz Stories son una especie de cruce entre el Allen distendido de Annie Hall y el Wes Anderson de La familia Tenembaum. Lo viejo y lo nuevo, lo clásico y lo moderno, una conjugación de elementos que gustan mucho en Cannes, un Festival donde el peso de la tradición está siempre a punto de torcer el fiel de la balanza.


Además, como ya se adivinaba en el guión de Madagascar 3 y Frances Ha, el espíritu de la nueva ola francesa circula como una corriente subterránea en la cinta presentada a concurso; es precisamente la libertad que proponían los filmes de los nuevaoleros lo que airea a la película y le permite respirar. Un contenido tan deudor del estilo de un gran maestro como es The Meyerowitz Stories corría el peligro de anquilosarse y convertirse en un pseudohomenaje sin alma. Sin embargo, dicha operación de mimetismo no se lleva hasta sus últimas consecuencias, la película tiene vida propia.

Dicha frescura se deduce sobre todo del trabajo de un actor poco reconocido por sus dotes artísticas y que sin embargo posee un talento descomunal. Se trata de Adam Sandler encasillado en papeles de comicidad más o menos afortunada en sus años como productor asociado a Sony y que sin embargo tras emigrar a Netflix ha ganado enteros con sus propuestas más dramáticas.

Sandler brilló en cintas de Paul Thomas Anderson o Mark Binder y en este caso carga con el papel más complicado de la función, el de Danny, un sujeto más bien anodino y ajeno a la tragedia pero que inmediatamente comunica su soledad y ansia de cariño. A Sandler le basta una mirada para comunicar toda la inanidad o el miedo. El cine es un lenguaje de la mirada al fin y al cabo, el actor que controla la expresividad de su mirada tiene la mayor parte del trabajo hecho.

El resto del elenco cumple con brillantez su cometido. Hay actores que tiran de oficio como Dustin Hoffman, otros simplemente salvan la función sin desentonar. Ben Stiller nunca ha sido un intérprete de recursos y a punto está de naufragar en su bloque. La recién llegada Grace Van Patten sin embargo realiza una composición bastante creíble. Se nota que Baumbach sabe transmitirle a los actores la misma pasión que él tiene por su texto. Aquello que quizás no funcione tan bien es el dibujo de algunos personajes en la frontera con la caricatura.

A la espera de Haneke, Hazanavicius o Kawase, el Festival de Cannes 2017 enfila la almendra central de su Sección Oficial.

En las Secciones Paralelas también se ha visto buen cine que confirma las tendencias de los últimos años -la primacía creativa de las cinematografías del Este de Europa o Latinoamérica. El gran tema de política audiovisual de la presente edición -el futuro de las salas de cine- también es secundado por otras interesantes cuestiones; la inestabilidad política en algunos países -Brexit, Trump- dificulta la ejecución de las inversiones. Sin embargo, desde el punto de vista artístico está siendo una edición brillante con un muy buen nivel en la Sección Oficial.

El cine sigue siendo un arma cargada de futuro. Vean la masterclass del maestro Eastwood para comprobarlo.

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