Festival de Cannes 2017. Día 9. El milagro de Pattinson
Llevaba años intentándolo, su propósito era claro pero parecía que nunca iba a llegar. Map to the stars (2014) fue el primer intento, ahora definitivamente lo ha conseguido. Robert Pattinson se ha deshecho del fantasma del personaje que le dio todo y a la vez le imposibilitaba crecer en su carrera. Su interpretación como Connie en Good Time, la película que ha presentado en el Festival, entierra definitivamente al Robert vampiro-ídolo adolescente. Ahora es un actor con serias aspiraciones al Oscar.
Robert Pattinson y su película han destrozado el Festival. Los Safdie son los nuevos hermanos Coen. El cine americano tiene su primera opción a Palma de Oro desde El árbol de la vida.
Bajo una apariencia de thriller menor Good Time esconde hechuras de película grande. Un primer visionado invoca con humildad las atmósferas de Drive (2011) y sin embargo las supera con creces. Quizás su mayor virtud sea un guión de calado, con más vueltas que una anguila y el mejor elenco de personajes visto en los últimos años. La capacidad de los dos guionistas –Ben Safdie y Samuel Bornstein- para hacer que sus caracteres transciendan, explota en un final antológico que no se resuelve hasta la secuencia de créditos.
Quizás sea el gran poder oculto del Festival de Cannes, su capacidad de visibilizar el talento. Tras la proyección para la prensa ya nada será igual en la carrera de los Hermanos Safdie. Se venía rumoreando que el filme era excepcional, había muchas ganas de verlo, en el Gran Teatro Lumiere con más de dos mil butacas se cortaba la ansiedad. Tras más de cincuenta películas visionadas por cada crítico todavía había espacio para esperar el milagro.
La rueda de prensa posterior fue una celebración del talento. Los directores Josh –también guionista- y Ben –también actor- fueron objeto de la tradicional pleitesía cinéfila francesa. De Cannes al cielo.
El personaje del hermano del protagonista interpretado por Ben Safdie puede ser premiado como secundario en cualquier ceremonia de los Oscar. Aun así, Pattinson o su agente han dado en la diana. La película es suya. El filme crece con su personaje recordando en su jornada desesperada al mítico Harry Fabian que Richard Widmark compusiera para Night and the city de Jules Dassin. Cómo en aquella toda la acción de Good Time transcurre en una noche. Suficiente tiempo como para que la acción cinematográfica de la película trascienda la mera persecución física y alcance el rincón más profundo de un alma.
Todo lo que ha venido después, Akin con su digna In the fade que recupera a Diane Kruger, u Ozon con la ridícula L’amant doublé- empalidece por comparación. Es otro de los efectos colaterales de Cannes, tu película puede ser muy buena pero siempre hay una mejor. Y si no que se lo digan a Adam Sandler, a partir de hoy su premio a la mejor interpretación del Festival no está nada claro.
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