Festival de San Sebastián 2012
Festival de San Sebastián 2012: Tres guiños generosos al cine francés en un año de glamour y blanco y negro español.
El Festival de San Sebastián llevaba años en ese estado clásico de los certámenes cinematográficos: cada vez más cerca de la crítica erudita, cada vez más lejos del gran público. Y qué mejor que un aniversario redondo (el 60º en concreto) para dar un volantazo a tiempo, reducir la cuota de cine hermético y traer estrellas de Hollywood que acerquen el Festival a los telediarios y al gran público. Hasta 5 premios especiales se otorgaron a las carreras cinematográficas de Ewan McGregor, John Travolta, Oliver Stone, Dustin Hoffman y Tommy Lee Jones. Un derroche que puede resultar eficaz pero que evidentemente devalúa el, hasta ahora, prestigioso Premio Donostia.
Sin embargo Hollywood, que sí estuvo presente en la Sección Oficial con películas tan interesantes como Argo, la tercera de Ben Affleck, o Lo imposible, del español Juan Antonio Bayona, no tuvo reconocimiento en el Palmarés del festival donde hubo mucho cine español y unos cuantos guiños al cine francés.
Blancanieves, de Pablo Berger, que finalmente representará a España en la carrera de los Oscar, obtuvo dos premios importantes en San Sebastián: premio del público y Concha de plata a la mejor actriz para Macarena García (que suena a un cantado Goya a actriz revelación). La emocionada y primeriza actriz española recibió el premio ex aequo con Katie Coseni, la protagonista de la interesante película americana del francés Lauren Cantet: Foxfire. La versión taurino-flamenca del cuento de Blancanieves es una película muy original y enormemente expresiva en la que su director llevaba trabajando 8 años. Probablemente después del tsunami The artist no se valore tanto su audacia para hacer una película muda y en blanco y negro, pero el poema visual de Berger es de los que engrandece una Sección oficial de un Festival tan importante como San Sebastián.
La Concha de plata al mejor director fue para Fernando Trueba por El artista y la modelo. El director madrileño nunca había ganado en Donosti y era el momento de saldar esa deuda. Pocos dudan que su película es la más sugerente, la mejor filmada, interpretada y escrita de su filmografía. La doble pareja Aida Folch–Jean Rochefort y Chus Lampreave–Claudia Cardinale funciona a la perfección en un homenaje al arte sutil y reflexivo, pero no pedante.
El premio a la mejor película y guión se lo llevó Dans la maison, del francés Françoise Ozon. Una obra que él mismo presentó como un divertimento sobre la realidad y la ficción literaria. Y realmente eso es lo que hizo la crítica: divertirse de lo lindo con un guión hábil que aprovecha un trío de actores muy entonado. Otra cosa es que la película sea la mejor del Festival, algo que evidentemente no esperaba ni el propio Ozon. El tiempo dirá si su juego cinematográfico tiene suficiente calado o estamos ante una frivolité efímera de escasa repercusión artística. Desde luego teniendo películas como las de Berger y Trueba, el guiño a nuestros amigos franceses es de un altruismo y generosidad realmente conmovedores.


Como no podía faltar, la cuota de cine extravagante y vanguardista se tenía que llevar un premio y así fue. José Sacristán ganó la Concha de Plata al mejor actor por hacer todo lo que puede para que El muerto y ser feliz no resulte otra tomadura de pelo metacinematográfica y pedante del director Javier Rebollo.
Por último, la mejor fotografía fue para Touraj Aslani por Rhino season, la película del iraní Bahman Ghobadi, dos veces ganador de la Concha de Oro.
Ana Sánchez de la Nieta
Claudio Sánchez