El Festival de Cine de Sevilla estrenó el viernes sus quince años con muchas expectativas de asistencia de público, directores y actores para el primer fin de semana, y las nominaciones de los Premios EFA, que se leerán hoy desde la Plaza de España de Sevilla, escenario de varias películas y series. Más de 200 películas, con 116 estrenos nacionales y 35 premieres mundiales, integran la propuesta de esta edición.
Despertamos al festival con un encuentro con Valeria Golino-directora y actriz italiana, una mujer de raíces europeas y visión romántica e idealista del continente, como ella misma se define- que trae al festival su película Euforia, drama intimista sobre la complejidad de las relaciones familiares en torno a un enfermo terminal y la soledad de las mentiras piadosas.
Con mimada planificación y fotografía, narra la relación entre dos hermanos, uno de ellos homosexual. Golino trató de sortear el encasillamiento en la corrección política, lamentó que el encuentro se produjera antes de proyectar su filme y habló también sobre su doble dimensión en el cine: “Como directora, me interesa que el actor me aporte y me sorprenda y le pido lo que me gustaría que me pidiera un director a mí como actriz”.
Los tuits son los nuevos haikus
El primer pase de prensa que pudimos ver fue la película inaugural del festival, Non-Fiction, del director francés Olivier Assayas. Una ácida comedia, entretenida y culta, cuyo título original, Doble vida, es mucho más “fiel” a la realidad que se cuenta que su adaptación a nuestro idioma.
Porque Assayas nos trae esta vez otro tipo de fantasmas, muy diferentes a su Personal Shopper pero igualmente efectivos: es un maestro en sorprender. La red de relaciones entre una serie de amigos, la mayoría en plena crisis de madurez, se teje ágilmente con diálogos acerca del futuro del mundo editorial en tiempos de Internet, donde los tuits son los nuevos haikus, sostenidos por una interpretaciones soberbias de Juliette Binoche, Guillaume Canet y Vincent Macaigne.
Sobre la película francesa, el propio Assayas comentó: “Había escrito una primera versión, con más acción en los personajes. No me sentía a gusto, había demasiados artificios. Lo dejé y luego, cuando lo abordé, tomó forma minimalista y siento que funciona, porque todo está conectado a los micro relatos de cada personaje”.
Acompañado por las actrices Christa Theret y Nora Hamzawi, quienes interpretaron a Laura y Valérie, ambas describieron el filme, como una historia que relata lo que se vive en la actualidad con las nuevas tecnologías, “aunque la trama gira en torno a eso, lo esencial es el amor, la pareja y la familia”.
La cuarta pared del cine
Volviendo a la piel de toro, El Rey, dirigida por Alberto San Juan y Valentín Álvarez, lleva a la gran pantalla la obra de teatro crítica a la monarquía del Teatro del Barrio que llenó las salas durante dos años. El motivo del proyecto es contribuir al debate público del 15M y cuestionar la etapa política que comenzó con la transición, aunque en este poner patas arriba todo, unos se llevan mucho y otros casi nada. Comienza en 2014, con la abdicación de Juan Carlos I y retrocede hasta 1948 cuando, con 10 años, llega por primera vez a España.
La película es una pesadilla, un viaje psicótico de un hombre que, en el epílogo de su vida, cae de la cima al sótano. Y allí, en lo más profundo, recuerda. En la honda noche, el rey recibe la visita de sus fantasmas: Franco, don Juan (su padre), Alfonso (su hermano pequeño), Carrero Blanco, Suárez, Tejero, Martín Villa, Felipe González, Salvador Puig Antich.
Lo interesante, es la forma de hacer esa narración, a través del teatro del barrio convertido en fotogramas para cine. La cuarta pared está siempre presente, en los monólogos más que en los diálogos. El uso de la música, los sonidos y las luces hacen las escenas más atractivas y rompen con la monotonía de la oscuridad, un elemento que no satura sino que imprime ese tono que se le quiere dar a todos los personajes.
Aun siendo una propuesta teatral llevada a la gran pantalla, los aspectos simbólicos destacan aspectos importantes en la vida del Rey y en la historia contemporánea española. La silla que no es trono, una de cuyas patas está incompleta y se sujeta con libros, no sabemos si de Historia, de la propia Constitución, o de textos desconocidos. Una corona pequeña que nunca es colocada en ninguna cabeza, etc. La semiótica aparece una y otra vez, para adentrar al espectador en ese universo de voces y recuerdos.
Gala inaugural
La primera jornada culminó con la gala inaugural en el Teatro Lope de Vega, presentada por Macarena Gómez.
En el transcurso de la ceremonia, Roy Andersson recibió el Giraldillo de Honor de manos de Beatriz Navas, directora del ICAA (Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales), mientras que la actriz y directora italiana Valeria Golino, recogió el premio Ciudad de Sevilla.
El director francés Olivier Assayas fue el encargado de inaugurar el XV Festival de Cine de Sevilla con su nuevo trabajo al finalizar la gala, junto a las actrices Christa Théret y Nora Hamzawiy la productora Sylvie Barthet.
Así comenzaban nueve días que convertirán a Sevilla en el punto de reunión de directores, actores y muchísimos miembros de la industria audiovisual europea. László Nemes, Albert Serra, Mia Hansen-Løve, Abdellatif Kechiche, Nicolas Philibert, Adina Pintilie, Alberto San Juan, Sergei Loznitsa, Christophe Honoré, Víctor Moreno, Aleksey German Jr. o Xavier Artigas y Xapo Ortega. Y a intérpretes como Dani Rovira, Emmanuelle Devos, Paz Vega, Lola Dueñas, Willy Toledo, Luis Bermejo, Roberto Álamo o Manuela Vellés.
Cristina Abad/ Adriana Ciccaglione
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