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El Gordo y el Flaco (Stan & Ollie), estreno 15 de marzo

El Gordo y el Flaco está dirigida por Jon S. Baird e interpretada por Steve Coogan, John C. Reilly, Nina Arianda y Shirley Henderson.

El Gordo y el Flaco (Stan & Ollie), de Jon S. Baird

El Gordo y el Flaco (Stan & Ollie), dirigida por Jon Baird, se estrena el próximo 15 de marzo

El Gordo y el Flaco (Stan & Ollie) llegará a las pantallas españolas el 15 de marzo. En esta película Laurel y Hardy, se han hecho mayores, la salud de Hardy se reciente y su época dorada como reyes de la comedia de Hollywood queda muy atrás, tan lejana que parece un sueño. Ante este futuro incierto, en 1953 ambos emprenden una gira por escenarios británicos pero los niveles de asistencia resultan escasos. Sin embargo, siempre han sido capaces de hacerse reír mutuamente y los espectadores disfrutan y se divierten ante el encanto de la pareja de cómicos.

La gira acaba convirtiéndose en todo un éxito, pero el Gordo y el Flaco no consiguen dejar totalmente atrás el espectro de su pasado y empiezan a poner en peligro su valiosa colaboración.

Stan Laurel y Oliver Hardy están considerados como la mejor pareja cómica de la historia del cine. Entre 1927 y 1950, realizaron más de 107 apariciones cinematográficas (32 cortometrajes mudos, 40 cortos sonoros, 23 largometrajes, 12 cameos), que definieron el concepto del dúo cómico con una química contagiosa y números desternillantes que parecían fáciles, pero estaban pulidos hasta el más mínimo detalle. La pareja formó parte de las escasas estrellas del cine mudo que logró sobrevivir y prosperar en la era sonora, incorporando los juegos de palabras a su repertorio humorístico.


La influencia de El Gordo y el Flaco es enorme, tienen una comunidad de entusiastas seguidores en todo el mundo,  tres museos dedicados a ellos y un club internacional de admiradores, Sons of the Desert. Queridos en todo el mundo —en Alemania son conocidos como ‘Dick und Doof’, en Polonia como ‘Flip i Flap’ y en Brasil como ‘O Gordo e o Magro’— sirven como vía de acceso a la comedia cinematográfica, un pasaporte a un mundo de payasadas sublimes y amistad eterna. Tanto si los conoces por sus reposiciones en televisión, sus adaptaciones a dibujos animados o un GIF de Twitter, solo oír su característica sintonía, “La canción del cuco”, no solo basta para que te aflore una sonrisa, sino que es como una máquina del tiempo a una época más inocente. La gente admira a Chaplin, se maravilla con Buster Keaton, pero adora a Laurel y Hardy. Difícilmente se puede encontrar un cómico vivo que no se haya visto influenciado por Laurel y Hardy, han calado muy hondo.

El Gordo y el Flaco (Stan & Ollie), de Jon S. Baird

El equipo responsable del proyecto decidió titular la película Stan & Ollie y no Laurel & Hardy, porque el filme se dedicaba a descubrir a los hombres tras las leyendas y el guion de Jeff Pope desvelaba la verdad que había tras su imagen cinematográfica. Mientras que Hardy tomaba a menudo las riendas en la pantalla, Laurel era el cerebro creativo que supervisaba hasta el último detalle de la producción; una vez acabado el rodaje, Hardy a menudo se marchaba a jugar al golf. La película también sugiere que, aunque en la pantalla la pareja era inseparable, fuera de ella mantenían una relación de amistad, pero eran más bien simples compañeros de trabajo. Tal como explica Pope: ‘Nunca intimaron mucho hasta que emprendieron estas arduas giras, que los obligaron a convivir semana tras semana. La premisa de la película es cómo eso les sirvió para hacerse tan buenos amigos en la vida real como lo eran en la ficción”.

La productora Faye Ward explica: “Creo que la idea de recuperar la esencia de Laurel y Hardy y rendirles homenaje era muy importante, y la razón por la que no queríamos hacer un biopic convencional. Queríamos crear algo que pudieran disfrutar los espectadores tanto nuevos como antiguos. Laurel y Hardy cuentan con grandes aficionados en todo el mundo, así como con enormes admiradores entre los cómicos profesionales.»

El guion de Jeff Pope está salpicado de detalles reveladores y conmovedores sobre la relación central —como el hecho de que Laurel siguiera escribiendo sketches para la pareja siete años después de haberse retirado— pero Steve Coogan, que interpreta a Laurel y colaboró con Pope en el guion nominado al Óscar de Philomena, era en todo momento consciente de que El Gordo y el Flaco (Stan & Ollie) también necesitaba otros tonos: “sabía que la película iba a resultar conmovedora, triste y emotiva, mi miedo era: ¿sería lo bastante divertida?”, explica. “Tienes que ganarte el derecho a ser conmovedor a base de cautivar a la gente. Y a la gente puedes cautivarla con humor”.

El humor en El Gordo y el Flaco (Stan & Ollie)

Aunque buena parte del humor procede de la meticulosa recreación de algunas de las actuaciones de Laurel y Hardy, el texto de Pope también incorpora algunos de sus números más famosos en su vida diaria. Y así, sus intentos de subir el baúl por las escaleras de una estación de tren son muy similares a la memorable secuencia del piano y las escaleras de la película Haciendo de las suyas, que ganó el Oscar al mejor cortometraje de comedia en 1931.

“Como con muchos cómicos, no hay una gran distinción entre el personaje humorístico que interpreta un actor y quiénes son en realidad, sobre todo si están íntimamente involucrados en el proceso creativo”, observa Pope. “Si eres admirador de Laurel y Hardy, creo que honramos su recuerdo, y para aquellas que no lo sean, sigue siendo divertido, porque cuando recreamos algunos de sus momentos más emblemáticos, creo que lo hacemos de tal modo que resulta gracioso y sigue haciendo reír a la gente en la actualidad”.

El Gordo y el Flaco (Stan & Ollie), de Jon S. Baird

El trayecto de la película a la gran pantalla empezó realmente a cobrar impulso cuando se incorporó al equipo la productora de Fable Pictures Faye Ward (Sufragistas). “La película trata sobre dos grandes amigos que han pasado por mucho juntos”, comenta Ward. “Han pasado por mujeres, trabajo, quiebras y toda clase de altibajos. Están llegando a un punto en el que se dan cuenta de que se han hecho viejos y pueden estar llegando al final de sus vidas. Ver esa reflexión resultaría fascinante incluso si no fueran Laurel y Hardy. Me quedó increíblemente claro la primera vez que leí el guion de Jeff y escuché la visión de Jon, pude ver el potencial de lo especial que podía ser la película”.

Las mujeres de El Gordo y el Flaco (Stan & Ollie)

En el mundo ficticio de Laurel y Hardy, las mujeres de la pareja se muestran a veces dominando a sus desgraciados maridos y controlándolos por completo, lo que suele acabar dando como resultado algún plan disparatado. El concepto que tiene El Gordo y el Flaco (Stan & Ollie) de Lucille Hardy (Shirley Henderson) e Ida Laurel (Nina Arianda) juega con esa idea de las mujeres que regañan a sus maridos, a la vez que ofrece un retrato mucho más completo y equilibrado de dos mujeres muy diferentes que fueron un apoyo fundamental para sus maridos entre todos los altibajos del mundo del espectáculo. Estas mujeres fueron fuertes, inteligentes y francas, y al final no nos queda duda alguna de que estos emblemáticos hombres necesitaban desesperadamente a las mujeres que tenían a su lado.

Como dice Ward: “Las mujeres los acompañan y también son un dúo. Lo que Jeff consigue en el guion de forma sumamente inteligente con Ida y Lucille es que no sabes gran cosa sobre su historia junto a los dos hombres, ni sobre sus carreras, pero te muestra lo suficiente para que entiendas que han realizado un largo viaje con estos dos hombres, durante mucho tiempo, y tienen sus propias peculiaridades y energía juntas, es como si formaran su propia pareja”.

El diseño de producción

La historia de El Gordo y el Flaco (Stan & Ollie) abarca dos épocas distintas y también dos mundos completamente diferentes: el glamour del Hollywood de los años 30 y el paisaje sombrío y pesimista de la Gran Bretaña de los años 50. Para el diseñador de producción, JP Kelly, fue un reto emocionante dar vida a estos dos entornos tan contrapuestos visualmente.

“Hay toda una gama de colores de la grandeza del Hollywood de los años 30 a la oscura humedad y el frío de un día de lluvia en Newcastle, o a Londres en todo su esplendor de la recuperación de la posguerra. Luego está la simplicidad de llegar a Irlanda, que es como un abrazo en grupo para la película al final. Cada uno de esos entornos necesita tener una cualidad distinta, esas eran realmente las instrucciones de diseño que teníamos sobre cómo mantener un equilibrio entre todos esos ambientes distintos y cómo mostrar el avance en su viaje, y contrastarlo por supuesto con los años 30 y el estilo de vida hollywoodiense que llevaban, que era brillante y soleado, todo lo contrario de un día de lluvia en Scunthorpe”.

Para crear los exteriores de los estudios de Hal Roach en todo su apogeo, el equipo responsable del proyecto el único lugar que podía encajar existente en toda Gran Bretaña: los estudios Pinewood. El equipo se documentó sobre las películas que se estaban haciendo en esa época en los estudios Roach —la franquicia infantil de La Pandilla— y les incorporó centuriones romanos y faraones egipcios, para ir añadiendo vaqueros y chicas de salón del Oeste a medida que Laurel y Hardy se acercan al plató de “Laurel y Hardy en el Oeste”.

Kelly continúa explicando sobre los retos que conllevaba la secuencia: “Queríamos crear un mundo que mostrara el éxito de Laurel y Hardy, pero también el entusiasmo y el contraste con el mundo en el que acabamos la mayor parte de la película, que es Inglaterra. Los estudios Pinewood tienen muy poco que ver con Hollywood, pero se construyeron alrededor de la misma época, así que arquitectónicamente muchos de los edificios pueden pasar más o menos por estudios de Hollywood. Luego creamos ampliaciones del set al final de las calles para que se pudieran ver a lo lejos las colinas de Hollywood y cosas así. Y entonces los personajes llegan al plató de ‘Laurel y Hardy en el Oeste’, que se encontraba en Twickenham, donde recreamos minuciosamente la escena en la que llegan al salón del Oeste y hacen su famoso baile. Fue un set muy divertido de crear. Había dos aspectos a tener en cuenta: un bar en el que tendremos a los hermanos Avalon sentados fuera cantando y luego, sorprendentemente para la época, de lo que la mayor parte de la gente no se habrá dado cuenta cuando ven la película, es que la escena de ‘Laurel y Hardy en el Oeste’ en la que están bailando se filmó con una retroproyección. Y si te fijas detenidamente, puede verse sin duda una línea entre el contorno de los dos y la proyección que tienen detrás”.

Lo emocionante de ese fondo era que el equipo logró localizar exactamente el mismo que se utilizó en el rodaje original. El investigador James Hunt localizó el archivo original en el que se guardaba material de Laurel y Hardy y lo pusieron en contacto con Jeff Goodman, que trabaja en la Biblioteca de Productores. Jeff nos ayudó mucho, y resultó que había sido el archivista que se había encargado de guardar el material tantos años antes. Sabía exactamente qué estábamos buscando y nos envió dos piezas del fondo original para asegurarnos de que nos sirviera.

Cuando la acción pasa a Gran Bretaña, El Gordo y el Flaco se convierte en una película de carretera con las leyendas estadounidenses viajando a lo largo y ancho del país. De igual modo, Kelly y Stephenson recorrieron Gran Bretaña en busca de teatros adecuados para la época en la que se ambienta la película y que encajaran con las necesidades de la historia. Entre los teatros utilizados figuran el Old Rep de Birmingham, el Fortune Theatre de Londres, el edificio del Hackney Empire, que hizo las veces del Liceo, escenario de la triunfal actuación de Laurel y Hardy en Londres. A medida que la pareja avanzaba por el país, se encontró con una pauta similar.

“Llegábamos a un teatro y decían: ‘Laurel y Hardy actuaron aquí, incluso tenemos un cartel’”, comenta Stephenson. “Y efectivamente los tenían por todos esos teatros”.

 

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