Goya 2010: Celda 211 gana y Almodóvar vuelve a casa

Goya 2010: Celda 211 gana | El presidente de la Academia, Álex de la Iglesia, había prometido que la gala de este año sería diferente, un espectáculo televisivo, “para eso la presenta Buenafuente”, pensaron algunos, lo que no dijo es que guardaba un as en la manga que iba a convertir además esta Gala en el escenario de una suculenta primicia: Almodóvar volvía a la Academia.

Como si de una película policiaca se tratara, Álex de la Iglesia escondió al director manchego hasta el último momento, el último premio, la mejor película. En el escenario Buenafuente  y Rosa María Sardá, que reaparecía en  la Gala después de 8 años, disputaban quien daría el gran premio de la noche. Y presentan a Almodóvar. El cineasta confesó que volvía a la Academia porque  había un presidente que era un pesado y que le había dejado sin argumentos. De esta manera tan cinematográfica se escenificaba un regreso que llevaba meses siendo un rumor.

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No fue la única sorpresa de una gélida noche en la que, como en las buenas películas, hubo de todo: amor, risas, emoción y mensajes.  La prensa del corazón acreditada se frotaba las manos al poder fotografiar juntos, por fin, y sin necesidad de teleobjetivos a Penélope Cruz y Javier Bardem. La nota didáctica y seria la puso el trabajado discurso de Álex de la Iglesia que animó a la profesión a dejar egos absurdos, a quejarse menos y a rodar más y mejor. La cómica, un par de montajes ingeniosos, como el corto de acción inicial con el simpático cameo de la mayoría de los nominados o el divertido montaje que convirtió el intenso drama carcelario Celda 211 en la comedia alocada Movida en la 211.

El momento más emocionante fue, sin duda, el premio honorifico a Antonio Mercero. El discurso entrañable de los hijos de Mercero y las imágenes de Álex de la Iglesia en casa del cineasta donde se desplazó para darle materialmente la estatuilla consiguieron emocionar a más de uno.

En cuanto al cine, pocas sorpresas: Celda 211, de Daniel Monzón, arrasó, como se esperaba: 8 premios de los grandes. La otra vencedora fue Ágora. La película de Alejandro Amenábar obtuvo 7 Goyas, casi todos en categorías técnicas. El secreto de sus ojos tuvo que conformarse con el premio a la mejor película hispanoamericana y el premio que consiguió Soledad Villamil como mejor actriz revelación, mientras la otra gran favorita, El baile de la Victoria, se iba de vacío. Planet 51 consiguió el premio a la mejor película de animación mientras que Garbo, el hombre que salvó al mundo se alzaba con el galardón al mejor documental.

Los premios de interpretación tampoco resultaron especialmente inesperados.  El de Tosar estaba cantado y pocos dudaban que Lola Dueñas le arrebataría el Goya a Penélope y que Marta Etura ganaría el premio a la mejor actriz de reparto. Más sorprendente fue el premio a Raúl Arévalo, que según comentaban las malas lenguas del backstage, tuvo que superar la campaña que ha hecho Pilar Bardem en la Academia para que premiaran a su retoño, Carlos Bardem; amor de madre al fin y al cabo. En cuanto a los noveles, el premio a Soledad Villamil aunque  es curioso –como se recordó en la propia Gala la actriz argentina lleva 20 años actuando- es una alegría porque su actuación es soberbia. El premio a Alberto Ammann es una impecable decisión de la Academia, que no se dejó llevar por motivos extra-cinematográficos y eso que los había de peso: si hubo alguien que demostró afabilidad, saber estar e inteligencia en la alfombra verde, ese fue Pablo Pineda: ¡qué gran tipo!

En definitiva, unos buenos premios para un buen año de cine español  que, de mano de Álex de la Iglesia parece animado a reconciliarse con su público.  A la salida de la Gala, Luis Tosar señalaba que estos Goyas confirman que pueden ir unidos el mérito cinematográfico y el buen funcionamiento en la taquilla y, efectivamente, el reparto de premios fue matemático, casi con escuadra y cartabón: dejando fuera Fuga de cerebros y demás productos televisivos de consumo fácil y tonto, la Academia premió los títulos que han tenido el respaldo del público y la crítica. Y eso es una buenísima noticia.

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