Sergio Pablos peleó por el Oscar con Klaus
El cineasta Sergio Pablos ofreció recientemente una masterclass en Fundación Telefónica. Klaus (que estuvo nominada a los Oscar), producida por The SPA Studios, fue la protagonista de una sesión apasionante celebrada en la sede de la Fundación en la Gran Vía madrileña, que acogió una recreación de la aldea esquimal de la película.
Spa Studios no es el único estudio que se resiste a la animación 3D. Ghibli en Japón y Cartoon Saloon en Irlanda trabajan de esa manera, desde 1985 y 1999, habiendo producido películas admiradas en todo el mundo. Son estudios de enorme prestigio que han logrado que miremos hacia atrás para volver a mirar adelante.
El nombre de SPA Studios se conforma por las siglas de Sergio Pablos, el animador español que fundó esta productora en 2004 después de haber estado trabajando en Estados Unidos. Su carrera comenzó como diseñador de personajes en Goofy e hijo, además de participar en otros proyectos de Disney como Tarzán, El planeta del tesoro, El jorobado de Notre Dame, etc. Pablos decidió volver a España y continuar su camino.
Su pretensión inicial era trabajar en un estudio de animación en España, pero terminó creando el suyo. Pablos trabajó en producciones como Río y fue productor ejecutivo de Gru, mi villano favorito, cuya historia y y personaje son suyos. Otras películas para las que trabajó fueron la española Nocturna (Adrià García y Víctor Maldonado, 2007), la argentina Futbolín (del oscarizado Juan José Campanella, 2013) y la estadounidense Smallfoot (KareyKirkpatrick y JasonReisig, 2018).
Sergio Pablos peleó por el Oscar con Klaus: Una idea original
En 2013, Pablos tuvo la idea de hacer una historia sobre el origen de santa Klaus. Su equipo se puso manos a la obra, pero las productoras a las que acudió rechazaron el proyecto porque lo veían arriesgado. Atresmedia desbloqueó el asunto cuando les comunicó que les faltaba una película navideña. Netflix se hizo con los derechos de exhibición, en la que sería la primera cinta de animación que producía. En 2016 cerraron el trato, tres años después de que se iniciara el proyecto.
Klaus comenzó a desarrollarse partiendo de la idea de explicar el origen de santa Klaus por medio de un cartero llamado Jesper. Inicialmente iba a ser un deshollinador pobre que lograba un trabajo como cartero. Según se desarrollaba la historia, los guionistas comprendieron que al personaje de Jesper le faltaba algo. Optaron por convertirlo en un niño de papá, un egoísta que hace un doble viaje, el físico que le traslada a una gélida isla y el viaje interior que le convierte en un buen hombre, libre de caprichos y capaz de pensar en los demás.
El personaje de Klaus les obligó a una tensión entre el misterio y la realidad, entre lo que se ve y lo que se intuye, entre la frialdad y la calidez, entre el mal genio y la ternura. Era importante que hubiese un secreto que justificase el viaje del personaje. Pablos nos contó que quiso reducir todo lo posible el elemento mágico para sustituirlo por el trabajo esforzado e ingenioso de Jesper y Klaus, y una ayuda inesperada pero lógica, justificada. El regalo para la pequeña Margu estimula el agradecimiento de su tribu esquimal. La bondad va transformando la siniestra Smeerensburg, hasta ahora dominada por la rivalidad entre dos clanes: los Krums y los Ellingboes.
La luz tiene una importancia capital en la narrativa de Klaus. Gracias a la luz, la película adquiere una dimensión dramática que, en principio, solo parecía posible usando el 3D. Pablos encuentra la solución en una herramienta para trabajar la temperatura dramática de los concept art: el software del estudio Les Films Du Poisson Rouge les permitió incorporar texturas y atmósferas que parecen propios de la animación 3D, jugando con las luces y las sombras en 2D.
Muchas personas al ver el tráiler y el teaser pensaron que se trataba de animación 3D. Según el propio Sergio Pablos, lo mismo le ocurrió a colegas animadores, porque hay una hibridación con el 3D gracias al uso de Paperman y On Small Step, que utilizan animación 3D pero aplican elementos que hace que la obra se asimile al 2D. Todo esto se aprecia bien en el movimiento del carruaje, la escena de la carta de Margu y la del trineo.
Escuchar a Sergio Pablos resulta inspirador para los que seguimos pensando que hay muchas maneras de contar historias animadas. Y ninguna de ellas es obligatoria. Tampoco el 3D. La animación 2D no solo no ha muerto sino que goza de muy buena salud gracias a películas como Klaus.
Clara Barandica
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