PERSONAJES & PERSONAS
Le Fils de Joseph: el Amor a través de la Belleza
“Un plano sobre dos manos que se tocan
puede evocar mucho más acerca del deseo amoroso
que un abrazo filmado explícitamente sin maquillaje”
Eugène Green
«La fuente de la belleza es el amor, la fuente del conocimiento es la luz. En la fuente nos encontramos con la sabiduría». Estas palabras de un marido a su mujer, al final de La Sapienza (2014), pueden enmarcar ésta y la reciente película Le fils de Joseph (2016), de Eugène Green, disponibles en Filmin.
En ambas, los personajes viajan, se rozan con los otros y al permitirse ser afectados por la belleza, viven una revelación y renacen las personas verdaderas: capaces de amar y de ser amadas, dignas, únicas, válidas, auténticas y bellas.
Según explica el director, «el núcleo de la historia de cada una de mis películas o mis novelas suele surgir como un relámpago, pero luego lo desarrollo de una manera ‘mítica’. Para los griegos de la época clásica, un mito era una historia cuyo mero desarrollo narrativo comporta la posibilidad de expresar una o varias verdades».
Para desgranar las verdades de los protagonistas, es necesario salir de la centrifugadora cultural contemporánea y contemplar con otro tempo. La narrativa recuerda a Bresson, pero es Green. Los planos y encuadres están medidos al milímetro, en secuencias que te obligan a esperar para ver. Es increíble lo que puedes ver cuando esperas.
Ese «mero desarrollo narrativo», escenificado como teatro hablado en las dos películas, nos presenta a unos personajes que están en búsqueda de la Verdad, se atreven a emprender el viaje del héroe, y consiguen volver al hogar, a su ser-hogar, conscientes de que solos, o sin los mensajeros, no habría tenido éxito su misión, cada uno la suya.
Encontrar a un padre, descubrir a un maestro, recuperar a una hermana, engendrar a un hijo, sanar las heridas. En ese afán de la búsqueda de sentido a su ser, la relación con la Belleza del arte en Roma o en El Louvre, aporta Luz a las relaciones humanas y al sentido de la propia existencia, así cada uno es y es en relación.
Las memorias de cada uno de ellos se entretejen con memorias bíblicas y artísticas: hechos pasados que permiten un presente vivido in the mood for love, in the mood for light, in the mood for beauty.
Las relaciones humanas que establecen en el viaje, favorecen una reciprocidad que co-crea a las personas: el alumno que crea al maestro, el hijo que engendra al padre, los hermanos que siguen siendo «solo hermanos». Distintos amores para diversas intimidades.
«Esta transmisión -dice Green hablando de la reciprocidad en Le fils de Joseph, premiada en el Festival de Cine Europeo de Sevilla- pasa ante todo por la palabra, pero también por el arte, como intermediario que les permite prolongar su relación. No concibo el arte de otra manera. Debe ser vital, debe conectar con la vida de una manera u otra. La visita al Louvre permite un acercamiento entre Joseph y Vincent. Lo que Vincent siente, cuando camina en el Palais Royal y se levanta el viento, es del mismo orden que la revelación que tiene ante los cuadros que ve con Joseph. París se descubre ante él, como un personaje, de la misma manera que Joseph y Marie se le descubren a él y también entre sí».
La sabiduría, más móvil que el movimiento, dinamitará la rigidez y las normativas y, paradójicamente, necesita que el hombre le construya un espacio, liberado de lo inútil, vacío para poder llenarse. Algo que bien sabían Buda o San Juan de la Cruz: es necesario morir para encontrar la Vida. Liberarnos de lo que no somos ni poseemos, para encontrar lo que somos y poseernos.
Son películas que tratan de las revelaciones que cada uno necesita en su vida para ordenar las prioridades de su amor, de sus amores; tratan del renacimiento del hombre que hace nuevas todas las cosas porque, como escribió Claudio Rodríguez, sabe que «alguien empuña su aldabón y no es en vano».