Hoy nos ha llegado la triste noticia del fallecimiento del actor sueco Max Von Sydow a los 90 años de edad. Conocido por sus papeles en películas míticas como Pelle el conquistador o Tan fuerte, tan cerca, trabajó a las órdenes de grandes realizadores como Ingmar Bergman, John Huston, Steven Spielberg, Martin Scorsese, Woody Allen o Sydney Pollack.
A pesar de su diltada trayectoria, el único premio internacional que brilla en su palmarés es el otorgado por el Festival de San Sebastián en 2006. Lo recibió de manos de Leonardo Sbaraglia, un compañero de profesión al que conoció rodando la película Intacto. El actor argentino declaró sentir «un placer por compartir con vosotros este trofeo», y definió al homenajeado como «un amigo lleno de generosidad y de humanidad». Durante el breve repaso que el actor argentino realizó por la filmografía de Max von Sydow, Sbaraglia destacó la interpretación que hizo en Pelle el conquistador, «porque para mí es uno de los trabajos más conmovedores de un actor».
El veterano intérprete fue recibido con los aplausos del público, y se fundió en un abrazo con su compañero en el filme de Juan Carlos Fresnadillo, al que agradeció que «no me disparara como lo hizo en aquella película». Vestido de negro, el actor agradeció el premio «aunque si lo merezco o no, es otra historia». Declaró ser «muy afortunado en mi vida», y quiso compartir el galardón «con toda la gente del cine con talento que no ha tenido la suerte de mostrar su trabajo». Asimismo dio las gracias «a las personas que me dieron grandes oportunidades», y al Festival, «por este maravilloso premio».
«La clave de un buen actor es hacer las cosas sencillas»
Max Von Sydow fue, ante todo, actor y sus preferencias se decantan hacia el teatro, más que al cine. El gran intérprete sueco realizó esta declaración de intenciones en la rueda de prensa que tuvo lugar horas antes de que recibiese el Premio Donostia a una de las más longevas, ricas y heterogéneas carreras cinematográficas del cine europeo. Von Sydow dio algunas claves de su trabajo, como optar por la sencillez a la hora de interpretar y «no sobreactuar: es lo peor», a la vez que, a preguntas de los periodistas, habló de algunos de los grandes directores con los que trabajó.
Sin duda, uno de los nombres clave en la carrera de este actor nacido en Suecia en 1929 y nacionalizado francés en 2003 es Ingmar Bergman, uno de los grandes con el que rodó algunos títulos ya clásicos de la historia del cine. «La carrera de un actor depende mucho de las oportunidades que se le brindan y yo he sido afortunado», explicó Von Sydow, quien, para abundar en su larga carrera, afirmó con humildad que siempre ha estado «en el momento y el lugar oportunos». Su contacto con Bergman arrancó en la Academia Real de Estocolmo, una institución que, de alguna manera, podía considerase como la cantera de la escena y el cine en su país. A partir del caballero que reta a la Muerte en El séptimo sello (1957), Von Sydow se convirtió en el actor fetiche del cineasta sueco, con el que rodó títulos como Fresas salvajes (1957) o El manantial de la doncella (1960). «No creo que yo sea el alter ego de Bergman. Muchos personajes de sus películas reflejan partes de su personalidad y seguro que algunos que yo he interpretado son parte de la suya, pero no puedo decir que yo sea más alter ego de Bergman que otros».
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