Night Shyamalan vuelve a sus orígenes con La visita
· Estreno en las salas españolas el próximo 11 de septiembre.
· Night Shyamalan vuelve con La visita, un director que tiene entre sus thrillers favoritos películas como El exorcista, Tiburón, Psicosis y Alien, el octavo pasajero
Cuando el nombre de M. Night Shyamalan empezó a sonar con fuerza en 1999, se debió a un auténtico fenómeno mundial, El sexto sentido. Desde entonces ha realizado otros éxitos de taquilla, como El protegido, La joven del agua o Señales, pero con La visita el realizador hindú ha decidido regresar a sus raíces con una película más pequeña centrada en un sentimiento que nació casi al mismo tiempo que la imagen en movimiento: pasar miedo en el cine.
El entorno no puede ser más aterrador. Becca (Olivia de Jonge) y su hermano Tyler (Ed Oxenbould) están de vacaciones con sus abuelos en una granja de Pensilvania. Las normas son muy claras: come todo lo que quieras, pásalo en grande, nunca salgas de tu cuarto después de las 9:30 de la noche. Pero los niños quebrantan una de esas reglas y descubren que sus abuelos no son quienes ellos pensaban, algo extraño tienen entre manos. Es entonces cuando se dan cuenta de que cada día que pasa, hay menos probabilidades de que regresen a casa con su madre.
Night Shyamalan, que tiene entre sus thrillers favoritos películas como El exorcista, Tiburón, Psicosis y Alien, el octavo pasajero, se siente fascinado por el drama inherente a la vida de sus personajes y cree que si en un thriller no hay una sólida base dramática, no merece la pena hacerlo. Por eso echaba en falta la intimidad de una película más pequeña y empezó a escribir un guión sobre una familia que se ha distanciado e intenta unirse de nuevo: «Me esfuerzo conscientemente en imaginar historias que encajen con los seres en torno a las que giran, así como las consecuencias de sus acciones y relaciones».
Es la historia de una familia que intenta olvidar el pasado y seguir adelante, y M. Night Shyamalan decidió que el estilo fílmico reflejaría el brutal recorrido. «La película está rodada un poco como un documental y se cuenta en primera persona, lo que permite alcanzar un nivel de autenticidad mucho mayor que la reflejada en el guion», explica. «La gran ventaja de películas como Paranormal Activity y El proyecto de la bruja de Blair es que son rodajes espontáneos, transmiten autenticidad», añade.
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