Películas de una hora y media
Sala de máquinas. FilaSiete nº 163 (marzo 2014)
Películas de una hora y media. Hoy lo comentaba a la salida de una clase de Narrativa Audiovisual con un alumno de Comunicación. Habíamos estado trabajando con Retorno al pasado, de Jacques Tourneur (Out of the past, 1947) y con el tramo The Girl Hunt de Melodías de Broadway, de Vicente Minnelli (The Band Wagon, 1953). Y el comentario compartido, en el contexto de las estrategias del cine negro, era algo así como: ¡qué velocidad tienen los maestros, qué fluidez en el relato, qué formidable sentido del ritmo! Esas películas saben hacer trabajar al espectador, le obligan a ir por detrás, ansioso e interesado; nunca por delante, sobrado y con tiempo para pensar en otra cosa.
Los maestros juegan con los implícitos y el subtexto, con la cultura y la connivencia del espectador inteligente, que asiste hechizado a un despliegue de precisión, donde menos es más: cada efecto, cada recurso… las simetrías en la construcción de un plano, los discursos del color o de una sombra dura, las formas de paso agilísimas, el lenguaje del vestuario, el ajuste del diálogo maravilloso entre Jane Greer y Robert Mitchum en La mar azul…
En este número de FilaSiete (que por cierto, la tenemos disponible también en versión digital) coinciden cuatro películas cuyo metraje no pasa de los 90 minutos. Son Frances Ha, Oh Boy, Ida y Guillaume y los chicos, ¡a la mesa! Son películas que pueden gustar más o menos pero a las que se agradece su concisión, en un contexto donde los metrajes se han desmadrado de una manera demencial, provocando una fastidiosa verborrea en vídeo y en audio.
Estamos aburridos de observar en pantalla los titubeos (por ser benévolos lo dejaremos en titubeos) de directores que parecen no tener a nadie que les diga que para estrenar una película de más de 100 minutos hay que tener muchas cosas interesantes que contar y contarlas muy bien. Y esos directores en bastantes casos no son novatos, son gente experimentada. Obviamente está el asunto del dinero, del presupuesto. Y la verdad es que en esto de los metrajes, el digital está jugando en contra. ¿Y ustedes, qué piensan?
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