Premio LUX 2014

Ida, de Pawel Pawlikowski
Ida, de Pawel Pawlikowski

Estamos en Estrasburgo, donde el Parlamento Europeo entrega este miércoles el Premio LUX. Fernando Hernández Barral, enviado especial de FILA SIETE nos cuenta.

Estrasburgo
Enviado especial: Fernando Hernández Barral

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Europa, qué guapa eres, daban ganas de gritar cuando hemos llegado a Estrasburgo, centro del poder continental. La ciudad de las instituciones que deciden nuestro futuro hace un alto estos días y mira a la cultura. El miércoiles 17 de diciembre se cuela el cine en el pleno del Parlamento, atareado con historias variadas, de la CIA a Venezuela pasando por otros mil temas. Esa jornada se entrega el premio LUX del Cine Europeo, votan los europarlamentarios y lo entrega el presidente Martin Schultz.

Tiempo para el cine en Estrasburgo, ciudad en la que cada esquina es un espacio revindicativo. Los kurdos reclaman la libertad de su caudillo Ocalan, hay activistas que reclaman dinero para la escuela social y tuaregs de verdad vendiendo abalorios y presionando comisarios. A Estrasburgo se viene a pedir.

Muchos olvidan que la capital de Alsacia es el motor del audiovisual europeo. En Estrasburgo se legisla y ordena el audiovisual, se gestan las coproducciones, los grandes acuerdos y pactos.

El LUX por tanto no es un premio inocente. Con el LUX las instituciones europeas mandan un mensaje a la industria. Este es el cine que queremos, dicen. Basta leer la lista de premiados en anteriores ediciones, film sobre el conflicto entre fe y racionalidad (Alabama Monroe, 2013), el problema migratorio (Welcome, 2009) o las tensiones sociales (Las nieves del Kilimanjaro, 2011). Todas son buenas cintas competentemente realizadas pero si se examinan atentamente revelan una continuidad de discurso. Se trata del cine que gusta a la Europa de los 28, un cine pegado a la realidad. Los europarlamentarios saben que necesitan a la cultura para resolver la crisis europea, primero vienen las emociones, luego los cambios sociales.

Pero hablemos de cine. Los temas de las tres cintas pueden ser candentes pero se trata de buenas historias. De la francesa Girlhood y de la eslovena Class Enemy trataremos en otros textos.

Ayer los EFA (European Film Awards premiaron a Ida de Pavel Pawlikovski. Vieja conocida de nuestros lectores la cinta polaca va camino de convertirse en la triunfadora de los Globos de Oro y Oscar. El duro retrato en blanco y negro de una Polonia comunista y herida se dulcifica entre ecos de la Naima de Coltrane. En Ida hay dos personajes memorables que enmarcan una road movie femenina rodada con buen gusto. Una especie de Thelma & Louise serena.

Pero Ida es ante todo un filme bello, soberbio en sus encuadres. En Pawlikovski el cine europeo ha encontrado un ojo prodigioso. Esperemos que sepa estar a la altura de los Bergman, Murnau o Wenders. En Estrasburgo nos encontraremos con los directores de las tres nominadas. Procuraremos tomar un pedazo de tarta con cada uno.

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