SEFF 2018
SEFF 2018: Más de 200 películas, con 116 estrenos nacionales y 35 premieres mundiales, integraron esta XV edición donde se leyeron las nominaciones de los EFA, que este año se entregan en Sevilla.
El Festival de Cine Europeo de Sevilla concluyó el pasado 17 de noviembre su XV edición con la entrega del palmarés. Atrás quedaron nueve días de película. Más de 200 filmes, con 116 estrenos nacionales y 35 premieres mundiales, numerosos directores y actores y una gran afluencia de público que abarrotaba las salas de los Cines Nervión.
El director bielorruso Sergei Loznitsa, que logró proyectar tres películas en el Festival, recibió el Giraldillo de Oro por su filme Donbass, un documental que retrata lo que él denomina «la guerra olvidada», episodios vividos en Ucrania entre 2014 y 2015. Un galardón inesperado que despertó sorpresas entre la crítica y el público.
Ray & Liz, película autobiográfica de Richard Billingham, fue galardonada con el Gran Premio del Jurado SEFF 2018. El filme muestra lo que el director vivió en su infancia. Billingham ya mostró esa realidad en unas fotografías que formaron parte de la exposición Sensation (1997), así como en su libro Ray’s a Laugh (1996). Ahora, en su primer largometraje, presenta las carencias afectivas y de valores que vio y vivió, con actuaciones que acercan al público a ese drama familiar y una fotografía a cargo de Daniel Landin que entra en esos espacios íntimos que desagradan.
El premio al mejor director recayó sobre Yolande Zauberman por su filme M. La cineasta francesa se infiltró en la comunidad de Beni Brak, capital mundial de los hebreos ultraortodoxos, y consiguió testimonios contundentes sobre los abusos sexuales por parte de rabinos a niños y adolescentes de esta comunidad.
Ruben Brandt Collector se llevó el premio al mejor guion. Con un dibujo excepcional a través de la animación, el filme retrata la pesadilla de un terapeuta que desconoce el origen de las crisis que sufre, asociadas a obras de grandes pintores. La película pierde fuerza en su argumento, cuando el interés por mostrar las piezas artísticas y los museos se apodera del tiempo y lo resta a la idea inicial, quedando algunas subtramas inconclusas.
Priman los temas sociales
Joy Anwutika Alphonsus, premio a la mejor actriz, interpreta a Joy, que, sin ser profesional, logra proyectar en la gran pantalla las sensaciones de miedo, angustia, rabia e impotencia que puede sentir una mujer sometida a la trata. La película de la directora alemana Sudabeh Mortezai presenta a una inmigrante nigeriana que tiene que acabar de pagar su deuda a la madame para la que se prostituye en Austria, y ha de hacerse cargo de una adolescente que desconoce el destino al que le abocan las mafias y se resiste a él.
Desde el punto de vista narrativo, el guion tiene sus carencias, pero es incómoda y necesaria, sabe jugar a la elipsis y denuncia a todos los que forman parte de este entramado.
El premio a mejor actor fue compartido. Pierre Deladonchamps y Vincent Lacoste, protagonistas de Vivir de prisa amar despacio, una película de Christophe Honoré sobre la homosexualidad y enfermedades como el SIDA, con buenas interpretaciones pero reiterativa en la representación de la promiscuidad.
Indiscutible fue el premio a la mejor fotografía que le concedieron a José A. Alayon y Víctor Moreno por su filme documental La ciudad oculta. Ochenta minutos inmersos en los subterráneos de Madrid que, además de enseñar los subsuelos, nos muestra la magia de la fotografía, capaz de convertir esas imágenes reales en aspectos simbólicos, en un universo visual, donde ningún plano sobra.
Por su parte, La mujer de la montaña, de Benedikt Erlingsson, recibió el aplauso y el Premio del Público. El Jurado Eurimages del SEFF 2018 otorgó el premio a la mejor coproducción europea a Atardecer, el filme de László Nemes que narra el drama psicológico e intimista de Irisz Leiter, interpretada por Juli Jakab.
Además de estos premios de las películas de la Sección Oficial, se otorgaron los correspondientes a otros apartados: Nuevas Olas, Special Screenings, etc. Los temas sociales predominaron una vez más en el Festival de Cine de Sevilla, atomizando en exceso la entrega de premios. La tarta se dividió y a cada quién le tocó su trozo…
Cold War, a la cabeza de las nominaciones de los EFA
Uno de los eventos más esperados de cada año, es la lectura de las nominaciones de los Premios de la Academia de Cine Europeo, que tradicionalmente se entregan en diciembre en una capital europea, y que este año será precisamente en Sevilla, el 15 de diciembre.
Cinco nominaciones acumula Cold War, la película polaca de Pawel Aleksander Pawlikowski, director de Ida (mejor película, director, actor y guionista). Y no es de extrañar, porque este filme juega en otra liga. Aún así, tiene competidoras para el premio a la mejor película europea: Border, de Ali Abbasi, un filme sorprendente y mágico que pudimos ver en el Festival, y Dogman, de Matteo Garrone, con cuatro nominaciones ambas; Girl, de Lukas Dhont, con dos; y Lázaro feliz, de Alice Rohrwacher, con tres, la mayoría títulos ya estrenados en España.
El trabajo de la actriz madrileña Bárbara Lennie en Petra la convirtió en una de las seis finalistas a mejor actriz en los EFA. Otra nominación para el cine español fue la del documental El silencio de otros, que cuenta con coproducción estadounidense.
Assayas, Makridis, Alexey German Jr.
Al margen de premios, pudimos ver otras películas interesantes. Non-Fiction, del director francés Olivier Assayas, una ácida comedia, entretenida y culta, sobre una serie de amigos, la mayoría en plena crisis de madurez, con interpretaciones soberbias de Juliette Binoche, Guillaume Canet y Vincent Macaigne. O Beast, un oscuro cuento de amor del realizador y guionista británico Michael Pearce, y The Happy Prince, del director y actor Rupert Everett, sobre los últimos años del escritor británico Oscar Wilde.
Pity, del realizador griego Babis Makridis, es un agresivo estudio sobre la autocompasión con final a lo Yorgos Lanthimos. Destacamos también Obra sin autor, tercera película escrita y dirigida por Florian Henckel von Donnersmarck; Idrissa, crónica de una muerte cualquiera, de los cineastas Xapo Ortega y Xavier Artigas, un documental sobre la muerte de Idrissa Diallo en la celda de un Centro de Internamiento de Extranjeros en Barcelona en 2014; What you gonna do when the world’s on fire?, de Roberto Minervini, tres relatos unidos en una sola historia que se sitúa en las riberas del Mississippi; o Raiva, de Sergio Trefaut, una adaptación de la novela Seara de Vento, de Manuel da Fonseca.
Por último, la coproducción ruso-polaca-serbia Dovlatov, del director y guionista Alexey German Jr., que abarca seis días en la vida del escritor Serguéi Dovlatov, en su lucha por seguir escribiendo en medio de la caliginosa y húmeda censura del gobierno de Brezhnev, en los años 70. El filme cuenta con unos ágiles e irónicos diálogos que retratan el ambiente cultural de la juventud rusa y una excelente fotografía en sepias, donde la característica niebla de San Petersburgo parece hundir a esa juventud en el limbo de la sospecha y la desesperanza.
Cristina Abad
Adriana Ciccaglione