Slumdog millionaire: Las dificultades indias de Danny Boyle

Danny Boyle se hizo un hueco en el mundo del cine cuando Trainspotting se convirtió en una de las grandes películas de culto de los noventa

Slumdog Millonaire
Slumdog Millonaire, de Danny Boyle

Las dificultades indias de Danny Boyle | El británico Danny Boyle se hizo un hueco en el mundo del cine cuando Trainspotting, su visión irónica y mordaz sobre el mundo de las drogas y la juventud marginal escocesa, se convirtió en una de las grandes películas de culto de los noventa. A partir de ahí, Boyle ha seguido una trayectoria de lo más ecléctica, cosechando tantos éxitos como fracasos a través de títulos de lo más dispar, como Una historia diferente, La playa, 28 días después, Millones o Sunshine. Precisamente, está última cinta de ciencia ficción con ecos de 2001: una odisea en el espacio, hizo que el realizador nacido en Manchester intentara un nuevo cambio de rumbo en su carrera. Pasó de rodar una gran producción casi íntegramente en estudio a dirigir un pequeño proyecto en India, una de las localizaciones más convulsas que puede haber a la hora de hacer cine: “En India viven como mil millones de personas, y parece que están dentro del plano en todo momento. Fue raro. Lo que más me chocó fue el contraste, el cambio de moverse del espacio exterior a uno de los lugares más poblados del planeta. Ha sido un cambio muy refrescante para mí y no puedo estar más feliz de haber tenido la oportunidad de hacer Slumdog millonaire”, reconoce Boyle.

Superando dificultades

“Nos encontramos con muchos obstáculos físicos a la hora de rodar allí. Hay muchos espacios pequeños y estrechos, y es muy difícil desplazar a todo el equipo por ahí. Al final intentamos ser lo más flexibles posible, utilizando tecnología digital y confundiéndonos con el ambiente, de forma que pudiéramos contar la historia desde la perspectiva de los personajes que vivían ahí, que habían crecido ahí, y que no percibían esas calles como un lugar terrible, sino como su hogar, el sitio al que pertenecen. Estaba determinado a hacer esta película en sus localizaciones reales, ya que, de otro modo, ¿cómo podría un occidental como yo entender o recrear ese ambiente?

Otra grandísima dificultad con la que se encontró Danny Boyle a la hora de rodar Slumdog millonaire fue tener que lidiar, en su mayor parte, con un casting de actores muy jóvenes no profesionales que apenas mascullaban unas palabras en inglés. “Tuve un gran director de casting (Loveleen Tandan), que al final se convirtió en mi codirector, y que me ayudó muchísimo con los niños. De los que utilizamos, la mayoría venían de los barrios bajos, el mismo ambiente que refleja la película, y el inglés para ellos era un misterio. Les acabamos metiendo en un colegio y cuando los volví a ver meses después, ya podía mantener una conversación con ellos, lo que considero extraordinario”.

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