Star Trek: El origen de un mito

La serie original de televisión no tuvo un gran éxito cuando se emitió, pero después se extendió como un reguero de pólvora entre las legiones cada vez más numerosas de fans

Star Trek (2009)
Star Trek (2009)

Star Trek: El origen de un mito

Star Trek: El origen de un mito | En sus más de 40 años de historia, la cual ha impactado en varias generaciones, Star Trek se ha labrado un status icónico en la cultura pop como la única historia en curso que resume el deseo humano de llegar hasta las estrellas con las palabras del principio de la serie original de televisión de los años sesenta, “El espacio, la frontera final”. Los viajes de la nave espacial Enterprise, y de las muchas naves que pronto seguirían sus pasos, han seducido al soñador estelar que todos llevamos dentro, y dado alas a nuestra esperanza en que los avances tecnológicos y culturales sacarán a relucir lo mejor de nuestra humanidad.

La serie original de televisión no tuvo un gran éxito cuando se emitió, pero después se extendió como un reguero de pólvora entre las legiones cada vez más numerosas de fans que respondieron a sus irresistiblemente divertidos, carismáticos y polémicos personajes y a su misión de cinco años para asociarse amistosamente con nuevos mundos y culturas. Pero, ¿cómo comenzó esa misión? ¿Qué unió a este variopinto grupo de desenfadados, brillantes y ambiciosos jóvenes y les llevó a explorar nuevas fronteras? ¿Y cómo forjaron esa química especial y esa sensación de objetivo común que inspiraría tantos fantásticos descubrimientos y aventuras en los años e incluso siglos siguientes?

Para el director J. J. Abrams, volver al principio después de seis series de televisión y diez largometrajes era la única manera de forjar el futuro. Su visión era empezar literalmente desde el principio, comenzando con James T. Kirk y su futuro primer oficial, el ascenso del vulcaniano Spock en la Academia de la Flota Estelar, y su extraordinario primer viaje juntos.

Abrams entró en el proyecto con un gran respeto por Gene Roddenberry y por todo lo que Star Trek había conseguido al crear un mito arquetípico moderno y un fenómeno de culto. No obstante, también quería llevar la historia hasta donde no había llegado nunca: hacer una película épica de acción con la más moderna tecnología,  acerca de dos heroicos líderes cuando eran unos jóvenes en formación.

“Yo era fan de la serie original, aunque nunca fui un trekkie”, dice Abrams. “Sin embargo, me parecía que había algo que aún no se había hecho con Star Trek.  Ha habido diez películas, pero ésta es la primera vez que en una película se cuenta la historia primordial y fundamental que Gene Roddenberry escribió en 1.966”. Abrams continúa: “Lo que espero de verdad con esta película es que, aunque nunca antes se haya visto nada de Star Trek, se disfrute de verdad con esta aventura cómica, romántica y llena de suspense, pero que también hace honor al mundo brillante y duradero que creó Gene Roddenberry. Lo más brillante que Star Trek aportó al mundo fue una dosis de optimismo, y espero que esta película continúe con esa tradición”.

Mientras que mucha gente se esperaba un reinicio total por parte de Abrams, a él le ilusionó ir en una dirección inesperada, retrocediendo, por así decirlo, hasta el lanzamiento de la nave Enterprise en el siglo XXIII, algo nunca visto antes. Cuando le llevó la idea de una “historia del origen de Star Trek” al productor Damon Lindelof, con quien Abrams (en unión también de Jeffrey Lieber) creó Perdidos, el productor se sintió atraído al instante por la idea. Lindelof explica: “Para mí, era genial la idea de que nadie hubiera contado la historia del origen de Kirk y Spock y de todos esos personajes. Tuvimos una larga conversación acerca de cómo se podría haber reunido ese grupo de gente y aprendido a sacrificar ciertos aspectos de su personalidad para salir adelante. Fue muy divertido y, en un abrir y cerrar de ojos, Bob Orci y Alex Kurtzman estaban escribiendo un guión”.

Fan de Star Trek desde la infancia, Lindelof cree que las premisas y los personajes de la historia continúan siendo relevantes después de tanto tiempo porque captan algo esencial del mito del viaje espacial: su puro optimismo. “La mayoría de las historias sobre el futuro lejano que vemos ahora son lóbregas, deprimentes y pesimistas. Lo increíble de la serie inicial de televisión de Star Trek es que era muy energética, optimista y genial. Presentaba el futuro de la forma en que nos gustaría creer que iba a suceder. Es un futuro que constituye un objetivo”.

Ese concepto, según él, hacía muy buena pareja con el estilo exuberante de  narrativa de Abrams, centrada  en la acción y los personajes. “J. J. le aporta innovación a todo lo que hace, y además aporta una capacidad para pergeñar una historia hasta en sus elementos más humanos, y transformar retos de producción extremadamente complicados en algo que atrajese a la gente, y hacía falta todo eso para regresar al principio de Star Trek con la tecnología cinematográfica actual”, dice Lindelof.

El productor Bryan Burk, quien también colaboró con Abrams en Perdidos, Alias y Monstruoso, añade: “Imaginábamos este Star Trek como una aventura verdaderamente grande acerca de dos hombres muy diferentes cuyo destino no sólo es convertirse en grandes amigos, sino en icónicos guardianes, compañeros y exploradores”.

El productor ejecutivo Jeffrey Chernov, que supervisó la cadena de producción, concluye: “La película se convirtió para mí no sólo en una mirada fresca sobre el universo Star Trek, sino en una especie de mezcla entre Elegidos para la gloria y la película original de La guerra de las galaxias. Tiene esa narrativa fresca, imaginativa e intergaláctica, pero también se basa mucho en el concepto de unos hombres y mujeres jóvenes con mucho corazón y camaradería. Cuando a eso se le añade la maestría de J. J. para la acción y su gusto por la panorámica, se consigue algo muy divertido y entretenido”.

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