The Devil and Daniel Johnston, la historia de un genio artístico | El director Jeff Feuerzeig representa en este documental un ejemplo de brillantez y locura a través de la figura de Daniel Johnston, un genio, compositor, cantante y artista maníaco depresivo a quien las drogas y la enfermedad mental llevan a imaginarios encuentros con el diablo.
Daniel Johnston es todo un enigma y un mito viviente de la leyenda folk. The Devil and Daniel Johnston descubre a la persona: compositor, músico, intérprete, pintor, dibujante, maníaco depresivo, visionario, y artista.
Feuerzeig quedó atrapado por la leyenda de Daniel Johnston a finales de los 80 y estuvo más de diez años recopilando material de sus actuaciones así como toda la información que aparecía en la prensa sobre su persona. Feuerzeig declaró «en 1988 los comentarios se extendían rápidamente sobre este chico de West Virginia que escribió cientos de canciones de amor no correspondido sobre una chica llamada Laurie que se casó con un funerario, y que grababa todos sus álbums en una grabadora en el sótano de su casa. La primera vez que escuché esas canciones y me enfrenté a sus emociones desnudas, me sentí muy conmovido y desde entonces esa sensación no me ha abandonado».
La teoría de Feuerzeig contemplaba a Daniel como un genio que estaba escondido tras una cortina y que todavía no había sido descubierto. Su teoría se hizo realidad cuando en 1990 Daniel apareció en la 91.1 FM WFMU. Esa intervención ahora está considerada como una retransmisión legendaria que rivaliza con la mítica Guerra de los Mundos de Orson Welles.
«Daniel había preparado un especial radiofónico de una hora de duración para los oyentes de la New York / New Jersey WFMU que retransmitió por teléfono desde el Hospital Psiquiátrico de West Virginia. En este especial se daban cita todas las obsesiones de Daniel: interpretaba numerosas parodias en las que hacía gala de un sentido del humor muy mordaz y ponía voz a numerosos personajes, se auto entrevistaba de un modo muy divertido empleando distintas voces. Las parodias giraban en torno a su obsesión con la fama, promocionaba su nuevo «album de gospel» llamado 1990, cantó en directo a través del teléfono y atendía llamadas de los oyentes». Uno de los oyentes que llamó fue Jeff Feuerzeig, «le pregunté si su tema Funeral Home era del album Cadillac Ranch de Bruce Springsteen y lo reconoció. Incluso en mi primer «encuentro» con Daniel, hace más de quince años, fui capaz de descifrar su arte. Esta retransmisión se convirtió en mi llave para llegar a Daniel Johnston y en el detonante para hacer esta película».
Feuerzeig dijo «creía que si a través de la imagen y del sonido conseguía hacer una película tan innovadora como el especial radiofónico de Daniel – uniendo en el montaje todas sus manías y obsesiones, su historia personal, y mostrara la belleza e inocencia de su arte y de su música- lograría un fiel reflejo tanto de Daniel como de mí mismo».
La primera vez que Daniel Johnston aparece en directo en su vida, al margen de sus numerosas apariciones a mediados de los 80 en Austin (Texas), es en el año 2000, en una fábrica que está en venta en Nueva York. Feuerzeig recuerda «Daniel llegó como un Mesías. Interpretó un montón de nuevos temas y no había quien lo parara. Tenía a todo el público enfervorecido, riendo y llorando. Tenían ante sus ojos a un hombre frágil, trágico, hinchado que parecía haber vivido ya mil años y de algún modo milagroso hubiera regresado para contarnos su secreto. Su voz era inequívoca».
Después de que Feuerzeig se hubiera puesto de acuerdo con el productor Henry S. Rosenthal para desarrollar este proyecto de alto riesgo, el primer paso era contactar con Daniel Johnston. Feuerzeig aprovechó que Daniel actuaba en Austin y Jeff Tartakov, el antiguo manager de Daniel, accedió a presentarles. En ese primer encuentro Feuerzeig le comentó a Daniel su deseo de hacer un largometraje documental sobre su vida. Daniel aceptó rápidamente al descubrir que Jeff era el director deHalf Japanese: The Band That Would Be King, una película sobre Jad Fair, un antiguo amigo y colaborador suyo.
Feuerzeig siempre tuvo un interés especial en el monólogo interno en el cine, al pensar que así aumentaba el nivel de intimidad alcanzado, lo que permitía al público acercarse más a la verdad. Los mejores ejemplos de esta técnica se refleja en Badlands, La Naranja mecánica, Zelig y Taxi Driver, donde el espectador se siente como si estuviera dentro de la cabeza de los personajes y le estuvieran hablando directamente sin ningún filtro.
«Como realizador, he estado buscando un proyecto en el que poder utilizar el monólogo interno de manera innovadora. Esto se hizo posible cuando descubrí cientos de horas de grabaciones que Daniel había grabado a lo largo de su vida» señala Feuerzeig. «Tenía a mi disposición infinidad de peleas con su madre, conversaciones en los pasillos del instituto, grabaciones furtivas de su romance frustrado en la universidad, conversaciones telefónicas secretas, y lo más importante de todo, una especie de audio-diario que Daniel fue creando a lo largo de los años. Con todos los momentos importantes de la vida de Daniel y todas sus emociones disponibles, estaba en disposición de realizar algo personal y profundo que mostrara la grandeza de Daniel«.
El rodaje
Desde el primer momento, se buscó el mayor grado de sensibilidad y delicadeza. Feuerzeig y su equipo empezaron a rodar en Mayo de 2001 en la casa de Daniel Johnston en Waller (Texas). Estuvieron 3 semanas grabando amplias entrevistas con Daniel y sus padres, Mabel y Bill Johnston. Grabaron a Daniel en su garaje/estudio, en su habitación, en el patio trasero de su casa, en la iglesia, en la ciudad y tocando con su grupo, «The Nightmares». Durante estas tres semanas se consiguieron imágenes y declaraciones increíbles de su familia, llegaron hasta donde nunca antes nadie había llegado. Esta grabación se convirtió en la piedra angular de todo el proyecto. En Julio de 2001, volvieron a grabar aDaniel en Los Angeles durante 2 eventos importantes que reunieron a rostros conocidos de Hollywood como Matt Groening y Wild Man Fischer. En Diciembre de 2001, el equipo de rodaje se trasladó a Nueva York para grabar lugares como Bellevue Hospital, la Estatua de la libertad, CBGB´s, The Bowery Ballroom, Sunshine Hotel y Port Authority como telón de fondo para recrear el famoso viaje que hizo Daniel y que le tuvo viviendo dos semanas en el Bowery.
En Octubre de 2002, el rodaje se movió a Austin para grabar numerosas entrevistas con gente que, de un modo u otro, desempeñaba un papel importante en la vida de Daniel. Los periodistas musicales Ken Lieck y Louis Black, el editor del Austin Chronicle estaban entre los entrevistados. Realizaron amplias entrevistas al que ha sido el mejor amigo de Daniel, David Thornberry, y a su mujer, Kathy McCarty. Grabaron al músico y productor Brian Beattie en su estudio y rescataron algunas imágenes de sus míticas sesiones con Daniel. La última secuencia de los 3 días del rodaje es una entrevista con Butthole Surfer Gibby Haines mientras el dentista le empasta 4 muelas. Gibby recuerda la noche del 11 de Septiembre de 1986 cuandoDaniel totalmente fuera de control, después de haber ingerido una gran cantidad de ácido, asistió a un concierto de Butthole Surfer y tuvo que ser hospitalizado. Esta sería la primera de las numerosas hospitalizaciones que sufriría Daniel y probablemente la entrevista más bizarra que jamás se haya grabado.
El rodaje se trasladó de Austin a West Virginia y Pennsylvania, para terminar regresando a Austin y entrevistar al primer manager de Daniel, Jeff Tartakov, posiblemente el personaje más importante en la saga de Daniel Johnston. Recopilaron material de archivo de todas partes del mundo, entre el que se encontraba una actuación en solitario de Daniel en un importante festival en Suecia. Estas imágenes amplían considerablemente el campo de alcance al mostrar la impresionante acogida internacional del público a Daniel Johnston.
La historia de Daniel Johnston es una historia multidisciplinar llena de esperanza, traición, belleza, elementos grotescos, dolor y amor. The Devil and Daniel Johnston es, en definitiva, una historia muy completa y convincente sobre un artista muy singular.
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