· El próximo 2 de septiembre se estrenará el remake de Ben-Hur, dirigido por Timur Bekmambetov e interpretado por Jack Huston, Toby Kebell, Nazanin Boniadi, Rodrigo Santoro y Morgan Freeman que interpreta al jeque Ilderim.
La película, basada en la novela de Lewis Wallace “Ben-Hur: Una historia de los tiempos de Cristo” publicada en 1880 y que relata la vida del joven Judá Ben-Hur mientras de forma paralela en el mundo está naciendo una nueva fe.
Judá Ben-Hur (Jack Huston) es un príncipe falsamente acusado de traición por su hermano de adopción Messala (Toby Kebbell), un oficial del ejército romano. Despojado de su título, separado de su familia y de la mujer que ama (Nazanin Boniadi), Judá se ve sometido a esclavitud. Tras pasar años en galeras, Judá vuelve a su tierra natal en busca de venganza, aunque lo que acaba encontrando es redención
Cuando el director Timur Bekmambetov (Se Busca, Guardianes de la noche, Abraham Lincoln: Cazador de vampiros) recibió la oferta de dirigir una reinterpretación de una de las películas más apreciadas de la historia del cine, tuvo serias dudas. “El Ben-Hur de 1959 no es simplemente una película, es un fenómeno que tuvo una gran influencia en la cultura del siglo XX”, explica Bekmambetov. Finalmente, y tras leer el guión aceptó el reto porque “esta historia es tremendamente trascendental, que impresiona no solo mediante su sensacional acción, sino gracias a un plantel de personajes reales como la vida misma y unas reflexiones de enorme profundidad. Aunque la acción y las circunstancias tienen lugar hace miles de años, las emociones y las acciones de los personajes son perfectamente comprensibles desde un punto de vista actual y tienen una resonancia moderna y universal.”
“Los aspectos emotivos de la película, la contraposición de venganza y perdón, son cuestiones intemporales. Los conflictos a los que se enfrentan los personajes son tan relevantes en la actualidad como en la Roma imperial
La película parte del guión de Keith Clarke y John Ridley. Para Ridley, que también tuvo similares reservas a la hora de desarrollar el guión, “normalmente la gente solo recuerda a Charlton Heston y la carrera de cuadrigas, pero Judá Ben-Hur es un personaje clásico con muchos matices. Es un hombre al que han traicionado, que quiere venganza y redención. Los personajes atractivos, como Ben-Hur y Messala son el motivo de que podamos volver a estas historias una y otra vez, así que quise que el conflicto personal entre estos antiguos amigos fuese tan tenso y memorable como la culminante carrera de cuadrigas”.
“Los aspectos emotivos de la película, la contraposición de venganza y perdón, son cuestiones intemporales. Los conflictos a los que se enfrentan los personajes son tan relevantes en la actualidad como en la Roma imperial o en 1880, cuando Lewis Wallace escribió la novela”, explica el productor Sean Daniel. “Es la naturaleza humana, y la naturaleza humana no cambia”.
Autenticidad, épica y cuádrigas
El director de fotografía Oliver Wood (de la saga Bourne) aporta un estilo carnal, visceral. Una de las herramientas más innovadoras utilizada fue una cámara G4. “Es un tipo de cámara que funciona como un iPhone”, explica Bekmambetov. “Consigue que todas las escenas den la impresión de que estás allí, en medio de la acción”.
“No nos ha importado sacrificar la brillantez artificiosa en beneficio de la autenticidad, para que el público llegue a tener un conocimiento real de este mundo. Todas las técnicas de cámara que hemos empleado les resultarán familiares a las audiencias modernas. Queríamos captar la acción de la misma manera que una persona cualquiera lo hace en la vida real, y para lograrlo hemos buscado inspiración no en la pintura clásica, sino en Instagram y en videos de YouTube.” Las innovaciones modernas, como las cámaras Go-Pro, permitieron a Bekmambetov y Wood rodar desde todos los ángulos posibles, incluso colocando cámaras en medio de la arena para obtener tomas de las cuadrigas pasando de estampida sobre ellas.
Según Wood “normalmente, te ves limitado por el espacio que hace falta para colocar la cámara, la grúa y al operador; sin embargo, una Go-Pro puedes ponerla en cualquier parte.”
Por otro lado, la escena culminante de la película, la carrera de cuadrigas mortal de Ben-Hur contra Messala, fue rodada durante 32 días en los estudios Cinecittà de Roma. Desde el primer momento se tomó la decisión de rodar la mayor parte de la carrera de cuadrigas con cámara, lo que impuso la necesidad de que Huston y Kebbell recibiesen doce semanas de formación intensiva para conducir una cuadriga. Aunque los dos tenían experiencia como jinetes, para dirigir un tiro con cuatro caballos en una carrera de cuadrigas hacía falta un conjunto de habilidades completamente nuevas.
Las ruedas de la cuadriga no giran al doblar una esquina, se deslizan derrapando sobre la arena.
Jack Huston ha crecido entre caballos y asegura que “me siento cómodo y confiado cuando estoy rodeado de ellos, pero la cosa cambia por completo cuando hay que controlar a cuatro caballos simultáneamente. Resulta difícil de creer la inmensa fuerza que tienen. Las ruedas de la cuadriga no giran al doblar una esquina, se deslizan derrapando sobre la arena. Es uno de los subidones de adrenalina más emocionantes que he tenido en toda mi vida.”
“Cuando tomas la salida, hay otros siete tiros con 28 caballos que arrancan a la desesperada a la vez que tú”, continúa Huston. “Tienes que interpretar para la cámara, pero a la vez, tienes que estar pendiente de la acción. Es como conducir un coche de carreras y actuar al mismo tiempo”.
Aunque no se han escatimado esfuerzos para usar efectos reales, algunas de las tomas más peligrosas se han creado digitalmente, por la seguridad de los caballos y de los equipos de especialistas de acción. En el Ben-Hur de 1959 (William Wyler) se utilizó la técnica, prohibida a estas alturas, de hacer que los caballos tropezasen sobre un cable oculto, lo que generó el infame resultado de que docenas de caballos sufriesen heridas por accidente, o muriesen. La realidad virtual integrada hace posible que caballos digitales choquen y caigan, sin que ningún animal real sufra el peligro de lesionarse.
“Tenemos caballos que corren entre la multitud, o que caen, gracias a la realidad virtual y las imágenes generadas por ordenador”, dice el director de la segunda unidad, Phil Neilson. “En su mayor parte, no obstante, rodamos la carrera a alta velocidad, con los actores en medio del fragor. Queríamos que el público estuviese en las cuadrigas, con Judá y Messala.”
“No había ningún margen para la improvisación”, continúa Neilson. “De forma esporádica surgía alguna imagen espectacular que no se esperaba, por el mero hecho de tener ocho cuadrigas en la pista, haciendo lo que estaban haciendo, pero todos los giros y todos los movimientos estaban coreografiados, por la seguridad de todos los participantes.”
Aquí puedes ver el clip de la carrera de cuádrigas:
El mundo de Ben-Hur
La autenticidad fue el principio que inspiró al equipo creativo cuando se lanzó a recrear el mundo de Ben-Hur. Bekmambetov y la diseñadora de producción Naomi Shohan acordaron que en la película parecería que Jerusalén había sido excavada en la ladera rocosa de una colina.
Matera, un pueblo italiano cuyos orígenes se remontan al siglo III, se ajustaba perfectamente a esa decisión. Muchas de las casas, hoteles y restaurantes de Matera fueron construidas en, y en torno a, las cuevas existentes.
“Después de haber elegido definitivamente Matera, tenía sentido construir los interiores en los legendarios estudios Cinecittà”, explica el productor Sean Daniel. Cinecittà es el estudio en el que se rodó el Ben-Hur de 1959, así como algunas de las mejores películas de la historia. Nos pasamos todo el rodaje impresionados por la admiración que nos producía estar donde estábamos”.
El plató de mayores dimensiones y majestuosidad de Cinecittà fue empleado para reproducir el interior del Palacio de Hur. Shohan diseñó el palacio a partir de fotografías que había tomado de una casa excavada en Pompeya, e incorporó una paleta de colores oro, azul y blanco, para representar la fe hebrea de la familia Hur.
Con gran diferencia, el mayor plató de Ben-Hur fue el Circus Tiberius de Cinecittà World, a 45 minutos en coche de Roma. Fueron necesarios tres meses para construirlo.
“Diseñamos el circo completo, pero solo tuvimos que construir una parte para el rodaje de las escenas reales”, explica Shohan. “En nuestra imaginación, había un túnel y una espectacular escalinata rodeada por fuentes y pebeteros que conducía hasta la ciudad de Jerusalén.”
A la hora de diseñar el vestuario de Ben-Hur, la diseñadora de vestuarios Varya Avdyushko abordó la situación desde una perspectiva diferente a la habitual en los dramas de época clásica.
“Para Timur, lo más importante era que la historia fuese creíble”, explica Avdyushko. “No quería hacer una película de época con la que nadie pudiese identificarse. Queríamos que el público estableciese una conexión con los personajes. Si llevaban ropajes extraños, esa conexión iba a ser difícil de establecer, así que empleamos algún que otro truco para que su apariencia fuese algo más contemporánea.”
“Me he inspirado en las dos películas anteriores, la muda y la de 1959, que tenían una gran belleza”, cuenta Avdyushko, “así como en referencias históricas como mosaicos, frescos y estatuas. Después comparé esas fuentes de inspiración con imágenes modernas, para tratar de establecer un vínculo entre lo que estamos acostumbrados a ver en la actualidad y el material histórico».
Timur Bekmambetov
Timur Bekmambetov (Rusia, 1961) es un director/productor cuyo trabajo se extiende sobre diferentes géneros y continentes. Su estreno en tareas de dirección en Hollywood tuvo lugar en la película Se Busca (2008), un film sobre una sociedad secreta de asesinos, basado en una miniserie de relatos gráficos con idéntico nombre, escrita por Mark Millar y protagonizada por Angelina Jolie, Morgan Freeman y James McAvoy. También es conocido por sus películas Guardianes de la noche y Guardianes del día.
El primer largometraje de Bekmambetov, Peshavar Vals (1994) también conocido como Escape from Afghanistan (título inglés), fue una mirada violenta y realista a la guerra entre Rusia y Afghanistan.
En 2004, Bekmambetov escribió y dirigió Guardianes de la noche (2004) una película de fantasía rusa basada en el libro de Sergey Lukyanenko. La película fue la más taquillera de la historia de Rusia, obteniendo, únicamente en este país, unos ingresos de 16,7 millones de dólares. Bekmambetov también dirigió y escribió Guardianes del día (2006), la secuela de Guardianes de la noche.