Campeón

Campeón: Un padre y un hijo

Billy fue un gran boxeador, ahora es un recuerdo. Vive en un hipódromo con su hijo T.J., que le adora y para quien siempre es el campeón. Billy tiene problemas con la bebida y el juego y sólo la presencia de T.J. le ayuda a redimirse. La historia comienza con la aparición de Annie, una elegante dama, que se interesa por el chico, descubre que en realidad es su hijo, y se propone recuperarlo y darle una vida mejor de la que Billy puede procurarle. Billy, para demostrar su valía y para que su hijo esté orgulloso de él, decide volver al ring.

The Champ fue escrita por Frances Marion e interpretada por Wallace Beery en 1931. Ambos se llevaron un Oscar. La película tuvo un anodino remake en 1953 y el que ahora presentamos, realizado por Zeffirelli en 1979. El director italiano todavía no era el astro que conocemos. Había realizado un par de adaptaciones de Shakespeare, una vida de san Francisco bastante pastelón (Hermano sol, hermana luna, 1972) y la miniserie que dio la vuelta al mundo, Jesús de Nazaret. El encargo de Campeón, historia cargada de emociones, era perfecta para su estilo.

El guion de Walter Newman actualiza la historia original sin alterarla. Campeón no es una historia de boxeo, ni siquiera la de una familia, es la historia de amor de un padre y su hijo. La madre, por mucho que Faye Dunaway aparezca en primer plano en los carteles, es un papel secundario. Importante, pero secundario. Lo único que flaquea en el nuevo guion es la relación que tienen Billy y su exmujer. El todo es la relación Billy–T.J., profunda, sentida, conmovedora, que Jon Voight y Rick Schroder bordan, superados solamente por el tándem original Wallace Beery-Jackie Cooper.

El jovencísimo Ricky Schroder, en su primera aparición en pantalla, consiguió el Globo de Oro. Es una maravilla a la hora de transmitir emociones, llorar, reír y un amor incondicional a su padre. Jon Voight consigue combinar la dureza del boxeador con la ternura de un padre que adora a su hijo. Faye Dunaway está correcta, pero no tiene mucha cabida en la historia.

Campeón no es una película para niños, aunque sí es familiar.