Cyrano de Bergerac: Érase un hombre a una nariz pegado

Cyrano de Bergerac se puede descubrir viendo Cartas a Roxane, es una singular obra de teatro. Hablamos de la obra francesa más representada, escrita al filo del siglo XX en verso; es la única obra de Edmond Rostand que se recuerda (y con razón). El tema: la historia de un hombre valiente, inteligente y enamorado que tenía… una enorme nariz. El buen Cyrano se enfrenta a su «desdicha» con humor, con inteligencia y con sangre. Incapaz de decirle a su amada Roxane lo que siente, para no sufrir un rechazo, ayuda a otro hombre a conquistarla.

Cyrano tuvo una versión antológica, protagonizada por José Ferrer, en 1950. La nueva no lo mejora, pero no desmerece tampoco. Es una realización primorosa de un Jean-Paul Rappeneau que tenía un pulso excelente y manejaba las comedias agridulces con mano maestra: Tout feu tout flamme, Les marriés de l’an II; y que contó con un Gérard Depardieu en su mejor momento. El Globo de Oro que obtuvo en 1991 fue merecido.

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Conviene decir que la versión española ha respetado la traducción clásica de la obra y que la dicción es magnífica, aunque fue superada por el doblaje de la versión de 1950.

Ficha Técnica

  • Fotografía: Pierre Lhomme
  • Montaje: Noëlle Boisson
  • Música: Jean-Claude Petit
  • País: Francia
  • Duración: 137 min.
  • Distribuye en formato doméstico: Suevia
  • Público adecuado: +12 años
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Reseña
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Historiador y filólogo. Miembro del Círculo de Escritores Cinematográficos. Ha estudiado las relaciones entre cine y literatura. Es autor de “Introducción a Shakespeare a través del cine” y coautor de una decena de libros sobre cine.