Drácula (1958): Christopher Lee crea escuela

Aunque parezca increíble, Drácula necesita presentación. En 1958, cuando la Hammer realiza su versión de la historia del famoso vampiro, apenas hay un puñado de películas de terror que tratan el vampirismo, la mayoría de ellas protagonizadas por Lugosi -incluida la parodia de Abbot y Costelo a las películas de la Universal-. El referente obligado a Drácula era la novela de Bram Stoker y a él se refiere, en parte, el guion de Jimmy Sangster, muy condicionado por la duración de la película y por el reducido presupuesto de su productora.

Dicho esto, la película comienza con el diario de Jonathan Harker: primero lo vemos, después lo oímos -voz en off del propio Harker-, y finalmente vemos a modo de flashback. Harker acaba de ser contratado como bibliotecario por el Conde Drácula. Descubriremos que ese empleo es una tapadera; él aceptó el cargo para acabar con el vampiro. Su plan fracasa y su misión será continuada por su amigo el doctor Van Helsing. La acción se traslada a una ciudad no demasiado alejada del castillo de Drácula, donde el vampiro acosará a la familia de Harker.

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La película fue un gran éxito, que tiene que ver con que se trata de la primera versión de Drácula en color, con la actuación de Christopher Lee, que interpretaría al vampiro al menos en otras seis ocasiones, y serviría de modelo a generaciones de actores que interpretaron a Drácula; y también, por supuesto, con el talento de Terence Fisher cuyo Drácula se considera su obra maestra.

Decir Fisher es decir la Hammer. Se trata de una simplificación incorrecta pero no inadecuada. Nadie recuerda sus inicios en el cinema en la Rank. Lo mismo que pocos recuerdan que la Hammer fue creada antes de la guerra y se dedicó durante décadas a realizar comedias. Fue Fisher y su éxito con las versiones de monstruos de la Universal las que le dieron su sello más emblemático. Fisher trabaja con un equipo muy estable del que forman parte los actores Peter Cushing y Christopher Lee; el guionista Jimmy Sangster, el director de fotografía Jack Asher y el compositor James Bernard. En esta película aparecen por primera vez los colmillos ensangrentados, la capa y los ojos rojos del vampiro, considerados ahora parte inevitable del género. La ambientación gótica causó furor y los detalles sangrientos -hoy banales-, eran novedosos. Pero sobre todo destacaba la personalidad de Van Helsing, un hombre complejo cuya misión exigía un carácter científico y una fe profunda. Fisher consiguió dotar al conde, dentro de su carácter diabólico, de un atractivo real y una sensualidad -por no hablar del cuello taladrado de una joven- que desde entonces acompaña a los vampiros.

El Drácula de Fisher es una película interesante por muchas razones, y es también una película de culto, pero no deja de ser una película de 1958, realizada con pocos medios. Conviene recordarlo antes de verla para valorarla adecuadamente, o se corre el riesgo de sufrir una ligera decepción.

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Ficha Técnica

  • Fotografía: Jack Asher
  • Montaje: Bill Lenny
  • Música: James Bernard
  • País: Reino Unido (Dracula), 1958
  • Duración: 86 min.
  • Distribuidora en España: Filmin
  • Público adecuado: +14 años
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Reseña
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Historiador y filólogo. Miembro del Círculo de Escritores Cinematográficos. Ha estudiado las relaciones entre cine y literatura. Es autor de “Introducción a Shakespeare a través del cine” y coautor de una decena de libros sobre cine.