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El bazar de las sorpresas

Divertida, ágil, llena de buenos sentimientos y magníficamente interpretada por la pareja principal y por unos secundarios que no le van a la zaga

El bazar de las sorpresas (1940)

El bazar de las sorpresas: Genial, Lubitsch

El bazar de las sorpresas | A veces descubrimos que una «agradable» canción moderna es, en realidad, una particular versión de determinada pieza clásica. Y entonces, esa pieza clásica pasa a un lugar más alto en nuestra escala mental de valores. Algo parecido sucede en el cine con los llamados remakes.

Hace poco menos de un año hemos visto a Meg Ryan y a Tom Hanks interpretando a dos amantes virtuales, viviendo un romance por correo electrónico (Tienes un e-mail). Y hay que reconocer que la peliculita es «simpática». Pero cuando nos enteramos que está inspirada en una producción de 1940 -dirigida por Ernst Lubitsch– titulada El bazar de las sorpresas y, curiosos, revisamos la versión original, se produce el descubrimiento: realmente, la antigua es una obra maestra y la nueva simplemente eso…»simpática».

James Stewart y Margaret Sullavan, los protagonistas de la versión clásica, son dos empleados de un bazar en Budapest. Aunque ciegamente enamorados por correo postal –los tiempos eran otros-, sus relaciones profesionales no son, al menos aparentemente, cordiales. El enredo está servido, pero fue la mano sabia de Lubitsch quien supo poner encanto en unas imágenes que traducían el buen guión de Samson Raphaelson. Divertida, ágil, llena de buenos sentimientos y magníficamente interpretada por la pareja principal y por unos secundarios que no le van a la zaga. Eso sí, en riguroso blanco y negro, para desgracia de modernos y delicia de nostálgicos.

Ficha Técnica

  • EE.UU. (The Shop around the Corner), 1940
  • William Daniels
  • Werner R. Heymann
  • Duración: 94 min.
  • Warner Home Video
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