Harry el sucio: El bien y el mal
Harry el sucio es el apodo del inspector Harry Callahan, de la policía de San Francisco. A lo largo de la película, junto al novato que le acaban de asignar como compañero, descubriremos el por qué de ese mote. Baste de momento saber que es un inspector muy competente; además es un hombre duro, que se ha curtido en las calles de la ciudad; arriesga mucho y es implacable con el crimen y los criminales. La historia comienza cuando un asesino en serie envía una carta de chantaje al alcalde de San Francisco: si no le pagan seguirá matando. Firma con el pseudónimo Scorpio. Se trata de un monstruo casi imposible de atrapar porque elige sus víctimas al azar. Callahan va tras él aunque tenga que saltarse algunas normas.
Harry el sucio tiene cincuenta años y se sigue viendo muy bien. Naturalmente en aquella época apenas había cámaras de vigilancia y los móviles todavía no se habían inventado, pero la trama, la tensión y el ritmo de la película están llevados de mano maestra, lo que no está nada mal para un director, Don Siegel, considerado solo apto para serie B.
Vayamos por partes. Harry el sucio es un proyecto de la Warner que fue cuidado con esmero. El guion está muy bien acabado y es mucho más sutil de lo que se suele decir. No basta con apartarse de las normas para ser un héroe. Callahan, como los clásicos detectives de novela negra (Walander, Bosch, Rebus…), es mucho más complejo. En primer lugar, a Harry no le gusta saltarse las normas e intenta no hacerlo; en segundo, Callahan tiene una idea clara de la justicia, del bien y del mal, aunque ésta no siempre coincide con lo que marca la ley, con lo legal; además es un hombre que no se engaña sobre su trabajo, sabe que es duro, peligroso y que no es para todos, pero aún así quiere hacerlo; finalmente, no tiene ambición política o personal de ningún tipo. Este retrato, con muchos otros matices, es el tema de la película, y viene expresado sin discursos ni retórica. El guion está contenido en dos planos, el primero y el último de la película. La historia comienza con una panorámica del muro en el que figuran los nombres de los policías caídos en acto de servicio; termina con Harry, finalizada ¿con éxito? su misión, arrojando su placa de policía. Entre medias hay un caso, una aventura, una historia personal y una reflexión ética.
La historia original es de Harry Julian y Rita M. Fink, y está inspirada en los crímenes de Zodiac (que dio origen a la película homónima casi cuarenta años después). Otros guionistas redondearon la historia sin aparecer en los títulos de crédito, entre ellos se encuentra Terrence Malick. Aunque algunos no quisieron ver en Harry más que a un vaquero disparando sin ton ni son, el personaje, sus circunstancias y reflexiones son mucho más serias. Compárese si no con Justified.
Don Siegel había dirigido a Clint Eastwood en tres ocasiones, y lo dirigiría todavía una vez más ocho años después. Siegel supo darse cuenta de las posibilidades de Eastwood como actor, y éste aprendió a dirigir con Siegel. Su colaboración venía doblada por una profunda amistad, a pesar de ser muy diferentes. Algunos no pueden entender que un republicano y un demócrata se puedan hablar, respetar, colaborar y ser amigos. En esta ocasión el tándem hace maravillas. Siegel convierte a la ciudad en una protagonista más, desde el cielo, desde el mar, en la calzada o bajo tierra; de día y de noche. La película tiene garra, tensión y ritmo, aunque, signo de los tiempos, hoy puede parecer lenta a un cierto público. Eso me dijo un grupo de jóvenes que la descubrieron recientemente: “muy bien, aunque era un poco lenta”. ¿Lenta? No lo es, salvo que seas inmune a la tensión y esperes un tiroteo cada dos minutos. El tempo es perfecto; las secuencias, en su mayoría, modélicas. Han quedado para la posteridad el diálogo sobre su revolver Magnum, que será la entradilla de las secuelas que vinieron inmediatamente; la carrera nocturna de teléfono en teléfono; la escena del estadio; y otras más.
Tras el éxito de la película hubo otras cuatro cintas del inspector Harry Callahan, protagonizadas por Clint Eastwood, ninguna dirigida por Don Siegel: Harry el fuerte (1973), Harry el ejecutor (1976), Impacto súbito (1982) -esta dirigida por el propio Clint Eastwood– y La lista negra (1988). Todas son entretenidas e inferiores al original. Son casos, no el retrato de un personaje con unas reflexiones de fondo serias.
Cabe señalar como anécdota que, en el filme En la cuerda floja (1984), Eastwood interpreta a un inspector que es un gemelo de Callahan, y que en 1976 el director francés Alain Corneau dirigió a Yves Montand en Policía Python 357. Se trata de una historia original, francesa, pero también de un guiño a la obra de Siegel.
Ficha Técnica
- Dirección: Don Siegel,
- Guion: Harry Julian Fink, Rita M. Fink, Dean Riesner,
- Intérpretes: Clint Eastwood, Harry Guardino, Reni Santoni, John Vernon, Andrew Robinson, John Larch, John Mitchum, Mae Mercer,
- Fotografía: Bruce Surtees
- Montaje: Carl Pingitore
- Música: Lalo Schifrin
- País: EE.UU. (Dirty Harry), 1971
- Duración: 102 min.
- Distribuidora en España: Warner
- Público adecuado: +16 años (V+X-)