La infancia de Iván

La infancia de Iván | “Con su primer largometraje -dice el experto Rafael Llano-, le ocurrió lo que al actor de­butante que una noche reemplaza al titular y a la mañana siguiente se descubre famoso”.

A finales de 1960, el realizador Eduard Abalov rodó prác­ticamen­te por completo el film Iván, adaptación del re­lato homónimo de Vladímir Bogomólov, una novela cor­ta que alcanzó gran éxito fue­ra y dentro de la URSS. El rodaje de Abalov no gustó al consejo artístico de Mos­film que, a instancias de uno de sus miembros, Mi­jaíl Romm, encargó el proyecto a su discípulo más sobresalien­te, Andréi Tarkovski.

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El futuro director de Sacrificio se lo pensó durante tres días porque, aunque valoraba el enfoque trágico y el contras­te entre el esta­tismo exterior y la tensión interna de las pasiones, el material era poco sólido y suponía un ries­go afrontarlo. Finalmente aceptó.

“Con su primer largometraje -dice Rafael Llano, autor de la mono­grafía Andréi Tarkovski. Vida y obra-, le ocurrió lo que al actor de­butante que una noche reemplaza al titular y a la mañana siguiente se descubre famoso”. En su tiempo de reflexión, pensó en que el proyecto podía ser un homenaje a su director preferido, Dovzhenko, y se fijó en aquellas películas del admirado cineasta que contrastaban la guerra y la paz, en particular una cuyo pro­tago­nista es Taras, un niño a quien la guerra convierte en un ser anor­mal.

El Iván de La infancia de Iván también desarrolla senti­mientos de adultos en ocasiones más agresivos y antina­turales que los de aque­llos “precisamente -dice Llano– por­que se trata de individuos que llegaron a ser hombres sin haber sido antes niños, y en esto con­siste su tragedia, en que su pequeño corazón no puede soportar esta ex­periencia totalmente ajena al espíritu de la infancia”.

Al personaje de Iván, el “poeta de los sueños” unió una dialécti­ca de vigilia y sueño, que reflejan la cruel rea­lidad y el recuerdo de horas felices junto a la madre.  Pa­ra ello, sustituyó la lógica tradicional de la trama por una lógica subjetiva reemplazando el monta­je según una cau­salidad narrativa por otra de articulaciones poéti­cas.

Los organismos estatales responsables del cine nunca en­tendieron la película, pero para Tarkovski fue funda­mental su primer largo­metraje. Como cuenta en su libro Esculpir en el tiempo, “sucedió el milagro: ¡Se había ob­te­nido una buena película! Ahora se me exi­gía algo to­tal­mente distinto: yo tenía que comprender qué era el ci­ne”. Fruto de La infancia de Iván es la idea del tiempo escul­pi­do, sellado. El cineasta debe esculpir un bloque de tiem­po para de­jar al descubierto la imagen cine­ma­tográfi­ca.

La infancia de Iván, de Andréi Tarkovski
La infancia de Iván, de Andréi Tarkovski

Ficha Técnica

  • Fotografía: Vadim Yusov
  • Montaje: Lyudmila Feijinova
  • Música: Sviacheslav Ovtchinnikov 
  • País: Rusia (Ivanovo Destvo), 1962
  • Distribuidora DVD: Track Media
  • Duración: 95 min.
  • Público adecuado: +16 años
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