La Strada: Bellísima postal de Fellini
Bellísima en su rigor, cargada de humanidad; con un arranque sobrecogedor en su elipsis que se prodiga a lo largo de los momentos más duros de la cinta.
La visión del astroso carromato circense de Zampano y Gelsomina por las míseras carreteras italianas de posguerra ha quedado como paradigma del distanciamiento de Fellini del neorrealismo, y estampa de su personalísimo modo de contar historias.
Nada mejor que el circo -tan presente en la biografía de Fellini desde niño- para mostrar el estrecho margen, como cuerda floja de funambulista, entre la vida y la muerte, los sueños y la realidad, el éxito y el fracaso, la alegría y el desamparo que oculta la máscara; la debilidad y la fuerza acrecentada por el truco.
En La Strada, Anthony Quinn, en el papel de forzudo Zampano, y la esposa y musa de Fellini, Giulietta Masina, en un personaje fascinante que recuerda al venerado Chaplin, componen un dúo de seres tan contradictorio como semejante. Dos desarraigados, necesitados, sepan expresarlo o no, de amor, de reconocimiento, de sentido. Como le dice a Gelsomina, “El Loco” (Richard Basehart): “Todo en esta vida tiene un propósito. Hasta esta piedra… Porque si esta piedra no tiene un propósito, entonces nada tiene sentido. Ni las estrellas. Y tú también. Tú también tienes un propósito”.
Bellísima en su rigor, cargada de humanidad; con un arranque sobrecogedor en su elipsis que se prodiga a lo largo de los momentos más duros de la cinta, la quinta película de Fellini ganó merecidamente el Oscar a la mejor película extranjera y fue nominada al Oscar al mejor guión. Obtuvo el León de Plata de Venecia al mejor director y el Silver Ribbon (Nardo d’Argento) al mejor director y al mejor productor.
Hubiera merecido premio también la fotografía de Otello Martelli y la banda sonora de Nino Rota, colaborador habitual del director, que reproduce el “color” del alma de Gelsomina y perpetúa su memoria más allá de la vida, hasta provocar la redención final de Zampano y dar sentido a su vida.
Fellini decía de sí mismo que era “un artesano que no tiene nada que decir, pero sabe cómo decirlo”. Qué bien lo hace.
Ficha Técnica
- Dirección: Federico Fellini,
- Guion: Tullio Pinelli, Federico Fellini,
- Intérpretes: Anthony Quinn, Giulietta Masina, Richard Basehart, Aldo Silvani, Marcella Rovere, Livia Venturini,
- País: Italia, 1954
- Fotografía: Otello Martelli
- Montaje: Leo Cattozzo
- Música: Nino Rota
- Distribuidora: Fimin
- Duración: 103 min.
- Público adecuado: +16 años