Luces de la ciudad: Una maravilla imperecedera
Luces de la ciudad | Un vagabundo se enamora de una florista ciega, después de un encuentro casual. A continuación evita que un millonario se suicide.
En 1931, Chaplin dirigió esta maravilla, su primera cinta sonora, definida en los propios títulos de crédito como una comedia romántica en forma de pantomima. Después de una divertida presentación del personaje que en España llamamos Charlot, un vagabundo, asistimos al encuentro lleno de equívocos con la chica ciega, que es una de las secuencias mejor planificadas que he visto, con una simetría inteligentísima con la secuencia final, una de las formas más brillantes de cerrar una película que pueda imaginarse.
Chaplin (Londres, 1889 – Vevey, Suiza, 1977) tiene una maestría como intérprete, guionista, músico y realizador que resulta estremecedora. Como actor es completísimo: a nivel cómico es un portento (valga como botón de muestra el combate de boxeo) pero cuando le observamos en primer plano su rostro es como el mar: se calma, se agita, cambia de color, suena de mil formas siempre nuevas.
Es difícil encontrar una cinta en la que se pueda aprender tanto de lenguaje cinematográfico mientras se disfruta de una historia inolvidable que te hace llorar y reír con una facilidad pasmosa…
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Esta crítica completa se publica en el monográfico nº 6 (Cine Mudo) de FilaSiete. Esta revista en papel se puede adquirir por compra directa.
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Ficha Técnica
- Dirección: Charles Chaplin,
- Guion: Charles Chaplin,
- Intérpretes: Charles Chaplin, Virginia Cherrill, Harry Myers, Florence Lee, Hank Mann,
- Fotografía: Gordon Pollock, Roland Metherod
- Montaje: C. Chaplin, Willard Nico
- Música: Charles Chaplin
- País: EE.UU. (City Lights)
- Distribuidora DVD: Filmax
- Duración: 87 min.
- Público adecuado: +12 años