Nausicaä del Valle del Viento

Nausicaä del Valle del Viento: Un filme que tiene las claves del maestro japonés

Nausicaä del Valle del Viento | Una guerra nuclear ha arrasado el pla­neta provocando un cataclismo me­dioambiental que obliga a los que so­brevivieron a llevar máscaras para no respirar aire tóxico. Han pasado mil años y pequeñas colonias viven en un entorno hostil. Nausicaä vive en un valle recoleto junto a un bosque contaminado en el que habitan enor­mes insectos mutantes. Existen tres reinos. Y vuelve la guerra, provocando que la joven princesa Nau­sicaä tenga que luchar por salvar a su pueblo, invadido por las tropas de la ambiciosa Lady Kushana.

En 1982, Hayao Miyazaki (Tokio, 1941) escribió y dibujó un manga con la idea de llevarlo al cine en cuan­to fuese posible. Dos años después se estrenó la película, segunda de Miyazaki. Como afirma Laura Mon­tero -gran experta en Miyazaki y compañera de redacción en esta revista-, es en realidad su primera obra co­mo autor, después de El Castillo de Cagliostro (1979).

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Le ayudaron en la producción Isao Ta­kahata y Toshio Suzuki, con los que fundó el estudio Ghibli que, de al­guna manera, nació como fruto del gran trabajo desplegado en esta pelí­cu­la fascinante.

El argumento recuerda a otras posteriores películas épicas del maestro más y mejor perfiladas, con una heroína que no quiere serlo pero que tie­ne que hacer frente a la tiranía y la injusticia. Siempre la memoria y la iden­tidad son temas nucleares.

No es una película perfecta pero Nau­sicaä tiene el enorme atractivo de con­tener casi todas las claves e in­tereses del maestro japonés, que lue­go cuajarían en obras maestras co­mo La Princesa Mononoke, El castillo ambulante y El viaje de Chihiro.

Nausicaä forma un díptico con la asom­brosa El castillo en el cielo, que me parece una película formidable, un relato cautivador en el que Miyazaki ya logra esos milagros que se repetirán en sus películas posteriores.