Nosferatu: Cien años de una sinfonía del horror
El mito del vampiro puede rastrearse hasta la antigüedad, pero es la obra de Bram Stoker la que consagró su leyenda con la figura del conde Drácula. Curiosamente la novela fue publicada en 1897, dos años después de que los hermanos Lumière hubiesen presentado al mundo el invento del cinematógrafo. Drácula y el cine comparten mucho más que la proximidad de su nacimiento: ambos guardan esa ambivalente relación con la luz y las sombras, y ambos son compañeros de viaje hasta el día de hoy. Próximamente el cineasta Robert Eggers (El faro, 2019; La bruja, 2015) nos ofrecerá el último de los remakes sobre el famoso vampiro.
El 4 de marzo de 1922 se estrenaba en Berlín Nosferatu, un proyecto dirigido por el cineasta alemán Friedrich Wilhelm Murnau (1888-1931) con una gran implicación de Albin Grau, que produjo y se ocupó del arte de la película. Ambos habían participado en la I Guerra Mundial, y experimentado el horror de las trincheras. A su vuelta se habían implicado en la nueva corriente artística del expresionismo, que buscaba representar sentimientos y emociones desvinculándose de la realidad objetiva. El estreno llegó rodeado de polémica, a nadie se le escapaba que aquella era la historia de Drácula, aunque hubiesen cambiado su nombre por el de Nosferatu (derivado del griego nosophoros: el portador de la enfermedad) con el fin de no pagar derechos de autor.
La viuda de Bram Stroker los llevó a los tribunales, ganó el pleito y la película fue condenada a desaparecer. En Alemania se destruyeron las copias y durante décadas nadie pudo asistir a la proyección de Nosferatu. Sin embargo, algunas copias habían sido enviadas al extranjero y permanecieron en filmotecas privadas. En 1977 el cineasta Luciano Berriatúa encontró en la Filmoteca española una de esas copias e inició una labor de recuperación que le llevó por distintas filmotecas de Europa hasta sacar del nitrato y de las sombras al auténtico Nosferatu de Murnau. No hay duda de que esta historia es un bello símil de la criatura que lleva su nombre.
La película cuenta la historia del joven matrimonio Hutter, él es enviado desde Londres a una lejana región tras los Cárpatos para vender unas propiedades al conde Orlok. Por el camino oirá rumores inquietantes y los comprobará de primera mano cuando conozca al misterioso ser que vive de noche y duerme de día. La hospitalidad del conde se convertirá en terror cuando tras la venta de las propiedades éste marche rumbo a Inglaterra, obsesionado con el retrato de la esposa de Hutter. El resto de la historia es ya leyenda.
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Esta crítica completa se publica en el monográfico nº 6 (Cine Mudo) de FilaSiete. Esta revista en papel se puede adquirir por compra directa o por suscripción.
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Ficha Técnica
- Dirección: F. W. Murnau,
- Guion: Henrik Galeen,
- Intérpretes: Max Schreck, Alexander Granach, Gustav von Wangenheim, Greta Schröeder, GH Schnell, Ruth Landshoff,
- Fotografía: Fritz Arno Wagner
- Música: Hans Erdmann
- Diseño de producción y Vestuario: Albin Grau
- País: Alemania (Nosferatu, eine Symphonie des Grauens), 1922
- Duración: 91 min.
- Productora: Prana-Film
- Distribuidora formato doméstico: Filmin
- Público adecuado: +16 años