Te querré siempre

Te querré siempre: Una extraordinaria intensidad dramática

Te querré siempre | Obra maestra del realizador italia­no rodada en inglés, con la esposa del director como protagonista, acom­pañada del siempre brillante George Sanders. Un matrimonio in­glés ha heredado una villa en Italia, cerca de Nápoles. Allí viajan pa­ra venderla. Es la ocasión para que su­ban a la superficie los sentimientos de frustración que su ajetreada vi­da londinense ha impedido que aflo­ren.

Una de las mejores películas del maestro Roberto Rossellini, casado des­de el año 1950 con Ingrid Bergman, con la que tuvo tres hijos: uno en 1950 y las ge­melas Isabella e Isotta en 1952.

La cinta, es­trenada en 1954, tie­ne una extraordinaria densidad dramática, más llamativa si se con­sidera que ex­teriormente es una de esas películas donde no pasa na­da, y, a la vez, pasa todo.

Sanders (el cínico crítico teatral de Eva al desnudo) y Bergman dan un recital interpretativo en una película rodada de manera exquisita, con un aire neorrealista que ayuda a entender que la Nouvelle Vague tie­ne poco de novedoso y no es más que un corolario del trabajo revolucionario de un grupo de directores ita­lianos con De Sica y Rossellini a la cabeza, que revolucionó el lenguaje fílmico.

Bergman protagonizó seis películas de Rossellini y da mucha pena pen­sar que esta cinta es un eco de lo que estaba ocurriendo en el matrimonio del director y la actriz, pe­ro parece que de algún modo fue así.

La secuencia en el museo es dig­na de ser proyectada en los propios museos porque es una joya, al­go bellísimo que hace que te tiem­ble todo por dentro.