Yo confieso: Un brillante pulido
Obra brillante y sólida, con un complejo dilema moral que se desenvuelve en un guión muy bien construido de tensión progresiva.
La idea de adaptar el drama teatral de Paul Anthelme, Nuestras dos conciencias, al cine rondaba a Hitchcock desde 1930, por tratarse de una obra de género policiaco y porque le permitía desarrollar dos temas que con el tiempo se convertirían en marca de la casa: el remordimiento y el falso culpable. No será hasta más de veinte años después cuando ve la luz, de la mano del guionista William Archibald, y por sugerencia de Alma, su mujer.
Yo confieso pasa bastante desapercibida en la filmografía del director británico, pero no en la memoria de los espectadores, sobre todo de género femenino, aunque más por la presencia de Montgomery Clift en el papel de sacerdote, que por su calidad, cuando es una obra brillante y sólida, con un complejo dilema moral que se desenvuelve en un guión muy bien construido de tensión progresiva.
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La crítica completa de esta película se encuentra en el nº 210 de la revista FilaSiete (Especial Hitchcock), que puedes adquirir por compra directa o por suscripción.
Ficha Técnica
- Dirección: Alfred Hitchcock,
- Guion: George Tabori, William Archibald,
- Intérpretes: Karl Malden, Montgomery Clift, Anne Baxter, Brian Aherne, O.E. Hasse, Dolly Haas, Roger Dann, Charles André,
- Fotografía: Robert Burks
- Montaje: Rudi Fehr
- Música: Dimitri Tiomkin
- Título original: I Confess
- País: EE.UU.
- Año: 1953
- Distribuidora DVD: Warner
- Duración: 95 min.
- Público adecuado: +16 años