Conversamos con Javier Gutiérrez y Víctor Clavijo, director y protagonista de la película La espera
La espera es un thriller rodado en el campo andaluz, dirigido por Javier Gutiérrez, donde Eladio (Víctor Clavijo), guardés de una finca, acepta un soborno y su vida se descompone. Acosado por la culpa se adentra en un terrible descenso a los infiernos, un laberinto vital lleno de drama, pasión y venganza… Una película con una fotografía impresionante, una factura muy buena y una interpretación de mucho nivel.
Javier, en la presentación comentó que estamos antes un thriller con alma de western…
Javier Gutiérrez: Creo que el campo andaluz tiene conexiones con esa estética de Arizona, lo he podido comprobar ahora que he estrenado la película en el Festival de Cine de Austin, donde el público rápidamente conectó con la historia. Toda esa crudeza, esa brutalidad, esa sequedad de la atmósfera de la película, caló en la gente y en sus comentarios la calificaban como western. Y en la propia definición del programa del festival calificaban la película como un western.
¿Qué diferencia ha encontrado entre trabajar en EE.UU. y en España?
Javier Gutiérrez: En EE.UU. tienes más medios, se trabaja de forma más industrial, con gente de un talento maravilloso, y he podido estar codo con codo con personas que admiro, como Wes Craven. Pero en verdad a nivel creativo estás más encorsetado y no tienes la libertad de crear o experimentar que tienes en el cine más independiente.
¿Cuándo se plantea esta película, qué desea transmitir?
Javier Gutiérrez: Yo creo muy artificioso querer transmitir algo con una película. En mi caso hay en La espera una mezcla de emociones, de temas que me interesan… Una reflexión sobre el ser humano en sus miserias, en su oscuridad, en su belleza y su fragilidad. Hay una mirada compasiva sobre el personaje de Eladio, en ese calvario que sufre tras romper sus valores, elegir y tomar una decisión, y las consecuencias de esa decisión, que le llevan a una espiral de destrucción por fuera y por dentro. Hay también conexiones bíblicas con el génesis y el pecado original. Son temas tratados de manera visual y simbólica con elementos que aparecen en la película.
Víctor, ¿cómo se ha preparado el papel de Eladio?
Víctor Clavijo: Javi me explicó cómo era el personaje cuatro meses antes de rodar y desde ese momento me planteé conocer cómo es un guardés de una finca, cómo respira, cómo se mueve, etc. Él me indicó su experiencia con un guardés que conoció. Es gente hosca, poco expresiva, que come poco, enjuta, fibrosa… Javi me pidió que adelgazase, para mostrar la dureza de la vida del campo, y perdí unos siete kilos.
Luego pasé unos días en una finca, el dueño me enseñó cómo era el trabajo de los guardeses y me dejó unas horas solo en un coto de caza, para sentir la soledad y el peligro de los animales. Lo siguiente fue buscar la voz. Javier quería que sonora completamente distinta a la mía… El siguiente paso fue preparar la parte emocional del personaje, con la angustia, el dolor, la culpa, la ausencia. La culpa es lo que define a Eladio y todo lo que tiene que ver con la culpa significa autodestrucción, deseo de morir. Estaba todo el día en un estado de ánimo lamentable. Lo importante era que la angustia estuviera presente en todos los planos de la película.
Han pasado quince años desde 3 días, ¿cómo ha sido su evolución y la de Javier Gutiérrez?
Víctor Clavijo: Hemos madurado los dos (risas). Creo y espero haber madurado. He ampliado mi gama de registros, tengo mayor poso en la interpretación. A Javi también le veo mejor. Ya me pareció un genio en 3 días y ahora evidentemente le veo mucho mejor y todo lo que ha aprendido de la industria americana se ha sumado a su talento. Yo lo veo igual de sereno a la hora de dirigir. Lo que veo es que se nota más conocimiento de la industria.
Javier Gutiérrez: He aprendido hasta el último detalle de la industria de EE.UU. A nivel personal hay una mayor madurez. Esta película trata temas muy complejos del ser humano y quizá en la época de 3 días me hubiera costado más. Y ahora la experiencia me ayuda. Ya no tienes necesidad de mostrar nada audiovisualmente. Ahora tengo más temple que hace quince años, y sé llevar ese a fuego lento en que debe rodarse una película y disfrutarla mientras la haces.
Víctor, ¿prefiere trabajar para el cine o para las series de televisión?
Víctor Clavijo: ¡Uff! Me da igual, lo que quiero es trabajar con gente talentosa. Que el guion y el personaje me gusten. El cine y la televisión alcanzan unos lugares que el teatro no alcanza. Y a veces el tempo de una película de cine y el cuidado del plano se echa a veces de menos en un rodaje de televisión, donde se trabaja con mucha premura. Es difícil, lo que me gusta es que haya buenas historias y que estén bien contadas, tanto a un lado de la cámara como a otro.
¿En qué época estamos para los actores? ¿Ayudan las plataformas a mejorar la industria?
Víctor Clavijo: Hay más trabajos que hace quince o veinte años, y esto es una buena noticia. Quizá la dificultad es cuánto tiempo van a permanecer en la memoria los productos que se hacen con fórmulas para que tengan un buen empaque y acabado, pero con un relato de poco peso.
No obstante, debo decir que el nivel de paro en el sector sigue siendo el mismo, con un 90% de media. Que haya más producción no significa que todo el trabajo esté bien repartido. Ojalá se reparta mejor.
Javier Gutiérrez: Me parece muy bien, yo he intentado recuperar todo el equipo de 3 días. Y ha sido complejo contratar algún personal. La parte del toque de atención. El tema es hasta cuánto va a permanecer en nuestra memoria colectiva. Hay mucho contenido de consumo rápido, con una factura y calidad buena, pero que no intenta arriesgar y por tanto todo se diluye más con el tiempo.
El cine de muchas plataformas parece que parte de una personalidad corporativa de la plataforma. Si entras como creador en este juego está muy bien para poder pagar la cuenta a final de mes, pero tenemos una responsabilidad como creadores de exigir a las plataformas más riesgo y que acepten proyectos de otro tipo. Tenemos que traer propuestas diferentes y no quedarnos sólo en filmes de consumo fácil. La espera es una película arriesgada, que toma un camino difícil y por eso hemos tardado tres o cuatro años en financiarla, porque es una propuesta arriesgada. Hay que recorrer un camino difícil, hacer algo de mucha calidad, que tenga la magia del buen cine.
3 días se ha convertido en una película mítica, de culto…
Víctor Clavijo: Nos habría encantado que no fuera una película de culto ahora, sino una película de éxito entonces. Es un consuelo que nos queda, porque no todos los títulos se convierten en cintas de culto. Esperamos que esta vez con La espera se convierta en una película de éxito de taquilla, de público y de crítica desde sus inicios. Creo que lo merece. Estoy convencido que La espera va a permanecer con el tiempo. Otras películas son hijas de su tiempo, pero ésta va a perdurar. Ojalá tengamos un éxito en el momento presente y no sólo a posteriori.
Javier Gutiérrez: De acuerdo totalmente con todo lo que ha dicho Víctor.
Javier, ¿no cree que La espera recuerda en algunos aspectos a El resplandor, de Kubrick?
Javier Gutiérrez: Sí, mucha gente también la ha relacionado. Creo que la obsesión que tengo por la simetría en los planos y todo eso está ahí. No era un referente obvio, porque yo partía más de una emoción, de unos recuerdos… No lo tenía como referente, en definitiva, pero seguro que hay un poso inconsciente de la película de Kubrick en La espera.
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