Dexter Fletcher, director de Amanece en Edimburgo
El director inglés Dexter Fletcher habla de Amanece en Edimburgo y sobre las decisiones que tomaron con respecto al musical precedente.
Amanece en Edimburgo es un musical ambientado en las frías y elegantes calles de la ciudad escocesa. Dexter Fletcher se esmera en realizar una puesta en escena sencilla y atractiva, combinando notables coreografías inspiradas en los grandes musicales de siempre y escenas de mayor intimismo compuestas de canciones más austeras y reflexivas.
De este modo, encontramos piezas de increíble virtuosismo musical y rítmico, como el famosísimo I’m gonna be (500 miles), flashmob final de la película escenificado frente a la Scott National Gallery. O el divertido Over and Done With, con el típico pub británico como telón de fondo.
No obstante, la cinta no se olvida de la función narrativa propia de un musical y recoge también canciones más pausadas, más acentuadas. Es el caso del Make My Heart Fly o el Oh Jean, entonado por la rasgada voz de un magnífico Peter Mullan.
La trama está bien elaborada y las tres historias de amor, con sus puntos de giro y sus desarrollos, cogen desde el principio. Todas direccionan hacia un punto de tensión radical a mitad de película, que hace que el espectador no disminuya su interés en ningún momento. Un interés que, en parte, hace reflexionar de modo atractivo sobre cuestiones de cierto calado en torno a la pareja y a la familia. En su contra hay algunos detalles algo desproporcionados y previsibles de guión, como algunas reacciones de los personajes femeninos, sobre todo de la madre y de la hija. Pero son licencias comprensibles en un género fantasioso como es la comedia musical.
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