Entrevista a Arturo Méndiz, productor del cortometraje Timecode
· «El Oscar es como el premio gordo, si te toca es una vez en la vida y a mí ya me ha tocado»
Arturo Méndiz se hizo mayor a la sombra de Bastian, el protagonista de La historia interminable, el libro de literatura fantástica escrito por Michael Ende y su versión cinematográfica, y como él «se refugió en las historias y creció como persona». Quince años después de terminar la carrera de Comunicación Audiovisual, lleva a sus espaldas la producción de once cortometrajes y la dirección de tres documentales, tiene por delante la producción de un largometraje de ficción y cuando hablamos con él optaba a un Oscar al mejor cortometraje. Quiere «contar historias que nos ayuden a entendernos y a entender qué hacemos en este mundo». Y confiesa que el nombre de su productora, Bastian Films, no es casual.
Enhorabuena por la carrera de éxitos de Timecode. Más de sesenta premios, algunos gordos como la Palma de Oro en Cannes, el Goya, la nominación a los Oscar… Muy contento, supongo.
Arturo Méndiz/ Con mucha ilusión, sobre todo al principio con la Palma de Oro. Ya la selección fue una sorpresa brutal, no nos lo esperábamos para nada. A partir de ahí, el corto ha llevado un recorrido muy potente por todo el mundo. En cuanto al Oscar, es un sueño, como que te caiga el Gordo. Si te toca es una vez en la vida, y a mí ya me ha tocado. Voy a intentar disfrutarlo al máximo.
¿Consiguieron financiación para viajar a Los Angeles?
A. M./ Sí, lo conseguimos solventar con fondos de varias instituciones. Hasta llegar a la nominación costaba muchísimo pero, una vez das el paso y estás nominado, las puertas se abren de par en par. Nos ha apoyado la Generalitat, el Ayuntamiento de Barcelona y otras instituciones.
Hablemos del cortometraje, de Timecode. ¿Qué tiene, según su productor, para que guste tanto, para que cale hondo en el espectador: su virtud de sacar belleza de no-lugares como ese garaje, su original narrativa, las distintas lecturas que permite…?
A. M./ Yo creo que la clave está en lo que me dijo el director cuando me lo presentó: «Es algo que no se ha hecho nunca». Conceptualmente es una historia con mucha alma pero difícil de visualizar sobre el papel. Parte de una situación con la que te puedes identificar, pero trata del amor desde una perspectiva inusual, la de compartir secretos: que en un mundo hostil hay alguien como tú. Y ese flujo de secretos compartidos se da de forma muy original, a través de ‘post it’. No es un gran drama, es una historia humana con algunos toques de humor.
¿Cómo supo que Juanjo Giménez tenía este proyecto entre manos? ¿Cómo surgió esta colaboración?
A. M./ Es una historia muy curiosa. Y una suerte inesperada, como que el Alcorcón gane la Champions. Nace de una escuela que monté con otro socio en Reus. Para el curso de dirección llamé a Juanjo, a quien conocía de hacía tiempo. Nuestra idea era que los alumnos estuvieran en un corto profesional, para que aprendieran de verdad. No teníamos mucho dinero, así que necesitábamos algo muy complejo. Juanjo dijo: ‘Yo tengo este guión’. Lo vimos, nos pareció que estaba bien y decidimos ponernos manos a la obra: había que conseguir el garaje, buscar los bailarines…
¿Cómo llegaron a dar con los coreógrafos Lali Ayguadé y Nicolas Ricchini?
A. M./ Juanjo buscó mucho, hizo un auténtico casting. Lali y Nicolas nos gustaron por su apariencia física, por su normalidad, por el hecho de ser de procedencias distintas. Daban muy bien el papel. No fue fácil porque son dos bailarines que despuntan a nivel mundial. Al final lo conseguimos. Nunca habían trabajado en una película, pero les divirtió hacerlo y en gran parte el corto es lo que es gracias a ellos.
Más de diez cortometrajes en su carrera. ¿Es un enamorado de esta producción o lo considera un trampolín para el largometraje?
A. M./ El cortometraje es una escuela total. Pasas por todas las fases de un largometraje pero con la ventaja de que son menos días de rodaje y es más asequible desde el punto de vista económico. Sin embargo, no es un trocito de largometraje, es algo distinto que tiene su propia narrativa. En cine, el corto es al largo lo que el cuento a la novela en literatura. Borges hacía unos cuentos maravillosos, y no es fácil. Un corto tiene que ser perfecto, si no enseguida se le ven las costuras.
Pero el año que viene estrena largo de ficción, Cuerdas. Háblenos del proyecto.
A. M./ Cuerdas es un thriller, protagonizado por Michelle Jenner, sobre una chica tetrapléjica por un accidente de tráfico a la que su padre lleva de vacaciones y se queda encerrada en un pequeño refugio en medio del bosque.
Es un proyecto que nace de la relación que tengo con el director José Luis Montesinos, con el que ya había hecho La historia de siempre y El corredor, ganador del Goya el año pasado. Ahora llega el momento de hacer el largo. Esperamos poder empezar a rodar a finales de este año o a principios de 2018. Estamos llamando a las puertas de las televisiones nacionales, de TV3, buscando algunas subvenciones regionales y de fuera de España.
Acabamos de pasar los Goya, y hemos evaluado el cine español. Hay talento, buenas películas, directores que se internan por géneros poco transitados… ¿Qué nota le daría?
A. M./ Lo veo muy bien. Se están haciendo thrillers muy buenos, el nivel técnico es muy elevado. También en posproducción tenemos gente súper valida. Sin embargo, echo en falta historias más interesantes, que conecten mejor con la gente. Y desde luego la financiación ha ido complicándose y deja mucho que desear.
Eso en cuanto a largometrajes. Porque en cortometrajes, la cosa es diferente. El corto español es muy potente y está muy reconocido fuera de nuestras fronteras. Además, la distribución también funciona muy bien a través de las plataformas. Después de su recorrido por festivales, Timecode ha sido la película más vista del trimestre en Filmin, no en categoría de cortos sino en general.
No es la primera vez que nominan un corto español al Oscar. Ha pasado en siete u ocho ocasiones. Aunque no lo hemos conseguido tampoco, ya es muy bonito lo que estamos viviendo.
Como decía, hay un punto débil en el guion de los largos, que no nos permite estar al nivel de perfección del cortometraje. Quizá es porque en el corto el director es también el guionista y tiene un saber hacer con respecto a la escritura que no se da en el largo.
¿Con qué perfil profesional se siente más a gusto? Director, productor, escritor, profesor…
A. M./ Me siento muy a gusto como productor en ficción. Pero, por diversas circunstancias, he dirigido tres documentales y la experiencia me ha parecido fascinante. No estás dirigiendo actores sino personas que son reales; realmente no diriges, acompañas y la historia varía conforme te la van contando; tienes que estar atento. Por otra parte, es asequible desde el punto de vista del equipo técnico: con cuatro personas puedes rodar un documental.
¿Por qué hace películas Arturo Méndiz?
A. M./ Yo decidí que quería dedicarme al cine cuando cursaba cuarto de Ingeniería de Caminos. Un amigo se emocionó en una clase de hormigón armado y pretensado y en la que se estudiaba el porqué de la forma de viga en «doble T». Salí horrorizado, fue como una revelación. Pensé: «Este tío que tengo aquí es un gran ingeniero. Yo nunca me voy a emocionar con esto. Tengo que hacer lo que me gusta desde siempre». Bastian, el personaje de La historia interminable, se hace mayor y crece como persona refugiándose en las historias. Creo que el corazón de una película está en la historia, en el guion. Si quiero hacer cine es para contar historias interesantes y humanas que nos ayuden a entendernos mejor como personas y a entender qué hacemos aquí. Ese es el tipo de pelis que me gustaría hacer.
*Esta entrevista se realizó días antes de la Gala de los Oscar
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