Javier Fesser
Javier Fesser

Entrevista a Javier Fesser, director de Historias lamentables

Javier Fesser, director de Historias lamentables: «Un rodaje supone para mí una aventura intensa, emocionante e impagable»

¿Cómo surge la idea de Historias lamentables?

Javier Fesser/ Con ese título escribí el primer guion de mi vida, en el año 1986. Eran una serie de historias llenas de humor surrealista que para mí tenían más bien formato de serie. Hace dos años, en el transcurso de una mudanza, apareció ese guión escrito con máquina Olivetti y volví a leerlo. Era malísimo, pero las his­torias tenían la inocencia y la maravillosa ingenuidad que ima­gino habré ido perdiendo por el camino. Las puse en común con Claro García y él también abrió su carpeta de historias apar­cadas. Nos enamoramos cada uno de las historias del otro y nos pusimos a reescribirlas. Al terminar ya no sabíamos quién tra­jo qué historia. Todas ellas nos pertenecían a los dos.

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¿A qué se debe su predilección por trabajar con actores no conocidos o no profesionales?

Javier Fesser/ Como espectador agradezco ver caras nuevas, me gustan las sor­presas, me parece un lujo ver por primera vez a un actor ya que, de esta manera, se convierte directamente en el personaje. Como director soy muy consciente de que hay muchísimo ta­lento que necesita salir a la luz y además me parece que es mi responsabilidad buscar lo mejor para cada historia y no acu­dir por norma a lo ya conocido. Por otro lado, arriesgar es para mí una placentera obligación.

¿Por qué, a diferencia de la mayoría de los directores, le gus­ta montar sus propias películas?

Javier Fesser/ El montaje es la parte del proceso que más me gusta, la que más disfruto. Pero en Historias lamen­ta­bles he tenido la suerte de trabajar con Mapa Pastor y no pue­do estar más contento con esta decisión. Aparte de lo rápi­do que hemos armado jun­tos la película, ha sido impagable la colaboración de otra mirada tan generosa y experimentada como la de Mapa.

¿Qué le parece el papel de las televisiones en el cine es­pañol?

Javier Fesser/ El caso de Campeones fue muy significativo porque logró un éxi­to impresionante pese a no contar con el respaldo de ninguna de las dos principales corporaciones mediáticas. Televisión Española se volcó con Campeones y me alegro de que el resultado cuestione la idea de algunos de que solo en el entorno de Mediaset o A3Media es posible tener un éxito co­mercial. El papel que hace TVE es crucial y no solo busca la ca­lidad de sus producciones sino que respeta profundamente el espíritu de los proyectos y la libertad de sus creadores. Y en­cima es la tele de todos.

Han pasado ya 25 años desde su primer corto, Aquel rit­millo, ¿cómo ve su evolución como director al cumplir sus bodas de plata?

Javier Fesser/ Estoy contento con mi carrera por ahora, creo que siempre he trabajado libremente, he hecho siempre lo que mi cuerpo me pedía y mi conciencia me sugería. Y lo estoy porque he apren­dido mucho. Resumiría mi evolución en que cada vez me in­tereso menos yo mismo, mis historias, y me atraen más las de los demás. Y, técnicamente, cada vez me interesa más la his­toria y sus personajes y menos los aparatos para retratarlos. Sien­to que mi madurez es la que me lleva a proyectos con el ta­maño justo para no perder el control sobre ellos.

¿Se plantea regresar a la animación tras la excelente y divertidísima Mortadelo y Filemón contra Jimmy el cachon­do?

Javier Fesser/ Me encantó esa experiencia. Una película de animación es el mayor de los juguetes que un director pueda manejar y, en­cima, de la mano de Ilion, uno de los mejores estudios del pla­neta. Aprendí latín con Mortadelo y Filemón contra Jimmy el cachondo y con los 270 pro­fesionales que me ayudaron a darles tridimensional vida. Re­petiría con los ojos cerrados.

¿Sigue con la idea de rodar una película solo con niños, pese al famoso consejo de Hitchcock?

Javier Fesser/ A mí, contraviniendo al maestro Hitchcock, me gusta rodar con todo aquel que no vaya a hacer exactamente lo que yo le diga. Me hu­biera en­cantado rodar con Charles Laughton.

Hay directores que consideran que el rodaje es una pe­sa­di­lla y un peaje que hay que pagar para hacer cine, pero otros consideran que es justo lo contrario y que disfrutan mu­cho, ¿cómo lo vive usted?

Javier Fesser/ Me cuesta pensar que un director vea un rodaje como una pe­sadilla. Para mí es una aventura intensa, emocionante e impagable. Supone un esfuerzo fí­sico y psíquico del que luego cuesta recuperarse pero, ¡por Dios!, no hay nada tan excitante como liderar un proyecto ro­dea­do de artistas y de gente que siempre es mucho más inteligente que tú y que están allí, día tras día, ayudándote a contar tu historia. Es magia.

¿Qué directores españoles y extranjeros son los que siente que más han influido en su trabajo?

Javier Fesser/ Berlanga, Ferreri, Colomo, Medem, Jaco Van Dormael, Alan Parker, los Coen, Scorsese, Sorrentino, Nadine Labaki, Monty Phyton, Jeunet, Coppola, Wes Anderson, Tarantino, Cuarón, Terrence Malick, Danny Boyle, otros mil y… sobre todo… Buster Keaton y Chuck Jones, creador de los mejores dibujos de la Warner de todos los tiempos.

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