Inicio Noticias Entrevistas Entrevista a Neus Ballús, directora de Seis días corrientes

Entrevista a Neus Ballús, directora de Seis días corrientes

Neus Ballús durante el rodaje de Seis días corrientes

Entrevista a Neus Ballús, directora de Seis días corrientes

Neus Ballús: «Cuando vi juntos por primera vez a Moha, a Valero y a Pep, con sus singularidades y diferencias, me di cuenta que tenían un gran potencial dramático y cómico a la vez».

⇒ Crítica de Seis días corrientes

¿Por qué una película sobre fontaneros?


Neus Ballús/ Bueno, ¿por qué no? Yo siento la necesidad de filmar lo que veo ahora y aquí, a mi alrededor. Y resulta que mi padre es fontanero. Así que no es extraño que me fijara en estos pequeños héroes cotidianos y en sus historias. La cotidianidad puede llegar a ser tan surrealista y reveladora, que no me hacía falta ir demasiado lejos para crear el relato.

¿Cómo eligió a los protagonistas? No siendo actores, ¿cómo los convences para participar en un proyecto así?

Neus Ballús/ Iba regularmente a la Escuela del Gremio, donde hacen cursos de gas, agua y electricidad, y allí me colaba en las clases para observarlos. Elegí a Moha, a Valero y a Pep tras conocer a cientos de instaladores. Cuando los vi juntos, con sus singularidades y diferencias, me di cuenta que eran un trío maravilloso, con un gran potencial dramático y cómico a la vez. No necesité convencerlos para hacer la película porque el proceso fue muy largo y progresivo. Cuando empezamos a rodar, ya hacía dos años que nos conocíamos, y
estaban emocionalmente muy implicados en el proyecto, porque de alguna manera, son coautores.

¿Cómo se aborda el desarrollo y escritura del guion en un proyecto así?

Neus Ballús/ La construcción de películas híbridas es un ir y venir entre la realidad, entre lo que ves en tus personajes, y en lo que imaginas y fabulas. A partir de los protagonistas y sus historias reales escribimos un guion con una estructura de ficción, y que fue el punto de partida del rodaje. Pero después dejamos que en la filmación pasaran cosas que no habíamos escrito, que no habíamos previsto. De hecho, en nuestro caso incluso llegamos a cambiar el final de la película. Como en los procesos documentales, con más de 70 horas de material filmado, el guion no se cerró hasta el final del montaje.

¿Cómo es rodar con personas reales que se interpretan sí mismas? ¿Cómo consigue interpretaciones de calidad?

Neus Ballús/ De entrada, los dos años previos al rodaje nos sirvieron para entrenarlos en el juego de improvisar, aprendieron a confiar y a mostrarse tal como son ante nosotros, sin miedo. Después, planteamos un rodaje cronológico, donde ellos nunca sabían ni qué rodaríamos, ni con qué otro personaje, ni qué conflictos se plantearían: exactamente como en la vida real. El trabajo más importante durante el rodaje fue acompañarlos a transitar las emociones más incómodas, y ayudarles a gestionar las energías y el cansancio. Por eso diseñamos un dispositivo fílmico que los condicionara lo mínimo posible, donde tuvieran mucha libertad para moverse y hablar según la situación. Tengo que reconocer que no ha sido un proceso fácil, y tengo que agradecer la complicidad y confianza de la productora a la hora de plantear una metodología tan artesanal, tan diferente de un proceso de producción clásico.

¿Qué quería conseguir con este proceso creativo tan particular?

Neus Ballús/ Mi objetivo con Seis días corrientes era construir un relato con apariencia de ficción, un cuento clásico, pero en el que el espectador perciba constantemente una verdad en los personajes y autenticidad en sus emociones. Que sienta que detrás del relato hay una honestidad, una realidad en lo que mostramos. A través de esta hibridación de géneros quería poner de manifiesto que todos somos singulares, todos tenemos un relato extraordinario detrás: nuestro vecino, la panadera de la esquina… Detrás de lo cotidiano, aunque no los vemos, se esconden infinitos relatos sobre la condición humana. Solo tenemos que observar bien y escribirlos.

Seis días corrientes (2021), de Neus Ballús

¿Qué dijeron los protagonistas al ver la película?

Neus Ballús/ Durante el visionado del montaje, los tres protagonistas y sus familias no pararon de reír en todo el rato. Cuando terminó la proyección, vinieron hacia mí y me dijeron: Somos tal como aparecemos en la película.

La película se centra en los prejuicios que se activan cuando nos encontramos alguien diferente a nosotros. En un momento donde el racismo es el centro del debate, la película parece mostrar cierta esperanza. ¿Es así?

Neus Ballús/ Europa es diversa, y no tenemos más remedio que mirar esta extraordinaria diversidad, y ver de qué manera podemos establecer relaciones igualitarias. Esta es la gran cuestión de Seis días corrientes, y de toda la sociedad contemporánea occidental, bajo mi punto de vista. Entre los trabajadores he oído decir las barbaridades más políticamente incorrectas que puedas imaginar respecto a sus compañeros marroquíes, subsaharianos o paquistaníes. Y es evidente que hay mucho racismo. Pero también es verdad que en los contextos más políticamente correctos, con más recursos y poder, se está creando constantemente una nueva desigualdad a través de un racismo estructural. En el contexto de los obreros, al fin y al cabo, están obligados a trabajar juntos, codo con codo. Y eso, por suerte, termina desintegrando muchas barreras.

La película está teniendo muy buena acogida en festivales e incluso ha ganado varios premios en el Festival Internacional de Locarno, entre ellos el Premio a la mejor interpretación masculina ex aequo para Mohamed Mellali y Valero Escolar. ¿Qué supone para usted este premio teniendo en cuenta que precisamente ellos no son actores profesionales?

Neus Ballús/ Por un lado, es evidente que reconoce su valentía como personajes y también como representantes de todo el casting que no son actores. Reconoce la valentía y la confianza que ambos han mostrado porque han decidido tirarse de cabeza a un proyecto en el que ellos se muestran mucho, y en una experiencia que no habían tenido nunca. Pienso que esto se ve y la gente lo valora.

Por otro lado, es un reconocimiento muy claro a todos los departamentos de la película porque todos han trabajado justamente para que sus interpretaciones fuesen excepcionales, lo más autenticas, frescas y relevantes posible. Desde la escritura de guion que se ha hecho para que ellos brillasen, hasta el montaje, pasando por la dirección de fotografía.

Si justamente la apuesta de la película era trabajar con ellos sabiendo el riesgo que suponía, este reconocimiento nos indica que hemos cumplido nuestro objetivo principal y el gran reto que teníamos por delante de dirigir a unos personajes que nunca habían hecho esto.

Fuente: Filmax

Suscríbete a la revista FilaSiete

Salir de la versión móvil