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Entrevista a Valerie Pachner, actriz protagonista de Vida oculta

Valerie Pachner en Vida oculta

Valerie Pachner, actriz protagonista de Vida oculta: “Me impactó leer las cartas de la pareja. Ves la sencillez de su amor y de su vida y de dónde proviene su decisión”

Este viernes 7 de febrero llega a los cines españoles Vida oculta (A Hidden Life), el nuevo trabajo de Terrence Malick. Para conocer un poco más esta impactante historia, nada mejor que hablar con la actriz protagonista de Vida oculta, Valerie Pachner.

¿Conocías la historia de Jägerstätter cuando comenzaste el proyecto?

Valerie Pachner/ Un poco porque es conocido en Austria, aunque nunca ha tenido el estatus de héroe nacional. Pero ahora es mucho más conocido que antes. 


¿Cómo reaccionaste al leer las primeras páginas de tu personaje?

V. P./ Lo primero que me impactó fueron las cartas que Terrence Malick me envió. Cuando las leí me puse a llorar. Me causaron una impresión muy fuerte. Y lo mismo me pasó con el guion, que se basa en las cartas.

Te das cuenta de cómo vivían. Sientes cómo era su amor. Ves la sencillez de su amor y de su vida y de dónde proviene su decisión. No es un razonamiento intelectual, es algo mucho más sencillo que viene del fondo de sus corazones. Eso fue lo que más me atrajo.

¿Sientes más responsabilidad por interpretar a un personaje real? ¿O menos en libertad a la hora de seguir tu instinto?

V. P./ Desde luego. Siempre siento mucha más responsabilidad cuando interpreto a un personaje que existió de verdad. Me siento obligada a hacerle justicia, como si tuviera que defenderlo.

Lo bueno es que sabía que no tenía que estudiar la forma de moverse o de hablar del personaje. En ese sentido, me sentí bastante libre. Durante todo el rodaje me sentí muy identificada con ella, con la forma de contar su historia y con lo que sentía.

Esta historia estuvo oculta durante mucho tiempo. Mucho después de la muerte de él, ella vivió condenada al ostracismo en su pueblo. Tardó mucho en recuperar su reputación. Por eso quería hacer las cosas bien y luchar por hacerle justicia. Quería que se hubiese sentido satisfecha con mi trabajo si lo hubiera podido ver. Sus hijas vieron la película y dijeron que representé muy bien a su madre y eso fue un gran orgullo para mí.

¿Cómo te preparaste antes de rodar? ¿Hablaste con sus hijas?

V. P./ No hablé con las hijas de antemano porque quería respetar su privacidad, ya que es una historia muy dolorosa para ellas. Me interesaba más descubrir lo que pasaba por dentro en vez de replicar al «verdadero» personaje. ¿Por qué apoyó a su esposo y su decisión? Creo que ese tipo de cosas fueron mucho más importantes para la preparación. Quería averiguar qué te lleva a tomar una decisión así.

Otro tema muy importante fue la parte física. Ella era una agricultora acostumbrada a trabajar en el campo, así que me pareció importante hablar de ello con Terrence. Quería que todo pareciera lo más natural posible. Así que fui a una granja y aprendí a ordeñar una vaca y a manejar la guadaña, también cociné más y todo eso me sirvió para meterme en el personaje. Cuando estás en el campo ves el mundo de manera diferente. Mis abuelos eran agricultores, así que estaba acostumbrado a la vida agrícola y quise volver a vivir ese contacto con la naturaleza.

Valerie Pachner en Vida oculta (Terrence Malick, 2019)

Hay algo en los personajes que no solo radica en sus actos o en su comportamiento, es algo más. Sentí que tenía que integrar cierta espiritualidad o energía a este personaje. Me pareció que formaba parte de ella y de manera natural.

¿Cuánto tiempo tuviste para prepararte?

V. P./ Tuve que audicionar un año antes de que empezáramos a rodar, pero tardé bastante en tenerlo todo claro en mi cabeza. Durante un año leí una y otra vez las cartas y el guion. El trabajo en la granja y en el campo me llevó un mes o seis semanas antes del rodaje. Antes de eso, traté de sumergirme en ese mundo leyendo sobre ellos.

Vi un documental muy bueno sobre ella donde salía en sus últimos años. Tenía unos 90 años y seguía llena de vida, radiante, a pesar de haber vivido experiencias tan terribles. Fue muy importante porque comprendí que no se había rendido. A pesar de todo no se había convertido en una anciana amargada. Vivía con optimismo y fe. Para mí esa fue la clave del personaje.

Es bien sabido que a Terrence Malick le gusta hacer muchas tomas. ¿Cuánta libertad tuviste a la hora de actuar en cada escena? ¿Malick y tú hablasteis mucho sobre el personaje?

V. P./ En realidad, apenas hablamos sobre el personaje en sí. Cuando Malick elige el reparto ya sabe muy bien lo que quiere. Y creo que nunca dudó de mis decisiones sobre el personaje.

Te permite pensar con amplitud de miras porque trabajar con él es como estar en un parque infantil, no hay ningún sitio al que no puedas ir. Él crea un mundo en el que puedes sumergirte. También quiere que improvises mucho. Te anima a explorar en las profundidades y conocer lo que hay debajo de la superficie de tu personaje.

Tardé dos semanas en saber cómo iba a contar su historia. Además, hay muchas partes de la película que no tienen guion. Por lo tanto, teníamos que improvisar o aportar nuestras ideas sobre lo que convenía hacer.

Deja que opines sobre los personajes y que aportes tus ideas. Además, quiere que le sorprendas. No tiene una idea estricta previa sobre un personaje o una persona. En realidad, le gusta cuando lo sorprendes con una improvisación. Durante el rodaje, me di cuenta de que las preguntas técnicas que a veces tienes sobre tu personaje desaparecían. Vives y respiras el personaje, y también te das cuenta de que todos llevamos diferencias dentro de nosotros mismos.

No había una única forma de interpretar al personaje. Me obligó a pensar menos en el personaje y más en lo que significaba estar allí.

¿Fue un proceso diferente a todo lo que has hecho antes? Por lo que dices, se parece más al trabajo teatral que al trabajo cinematográfico.

V. P./ Sí, ese es un punto de vista interesante. Está claro que no se parece a cualquier otro trabajo que haya hecho en el cine. Por lo general, las películas están muy planificadas y muy delimitadas. Tienes que ajustarte a ciertos parámetros y dispones de un tiempo limitado en cada escena.

Valerie Pachner en Vida oculta (Terrence Malick, 2019)

Pero en este caso fue como un proceso continuo. Volvíamos a repetir las escenas una y otra vez. Que las hubieses hecho un día no significaba que no ibas a tener que repetirlas. La semana siguiente podíamos volver a hacer cierta escena. No tenías un día para hacer una escena importante y estar obligado a clavarla ese día. Así que es cierto que se parece al teatro.

Entonces, a medida que ruedas tienes más libertad en tu enfoque de cómo se capturan las cosas. ¿Cómo te aferras al personaje y a lo que necesitas lograr?

V. P./ Es gracioso porque en la primera semana más o menos te da la impresión de que puedes descartar el guion. Obviamente hay una historia y no puedes ir demasiado lejos, porque está basada en hechos reales. Pero trabajábamos de forma muy libre y abierta. De repente, trazar una trayectoria fija para el personaje me pareció una tontería. No se puede decir eso de cada proyecto, pero en este parecía una tontería.

Me di cuenta de que tenía que estar abierta a lo que viniera. El propio Terry sabe muy bien lo que quiere y los elementos que quiere ver en la película. El trabajo preliminar está hecho. Además, como director, se ve a sí mismo como un artista, alguien muy libre. Cuando sucedía algo, como ponerse a llover cuando no queríamos que lloviera, a él le encantaba. Decía: «Oh, esto es genial, porque no hay forma de controlar la vida».

Me di cuenta de que eso es el proceso creativo. Por supuesto, debes tener los elementos, pero eso ya estaba muy claro debido a la historia. Así que te puedes permitir que ocurra cualquier cosa. Si no hubiera hecho eso, creo que mi personaje habría resultado mucho más religioso de lo que era ella, menos apasionado y mucho más ‘buena esposa’. Pero al olvidarme de las ideas que tenía sobre ella, creo que se volvió más fuerte y mucho más apasionada. Más como una verdadera pareja.

Luego viene el proceso de montaje. Grabaron mucho más de lo que se ve en la película. Así que al final eligen el momento correcto… ¡y supongo que no utilizó esos momentos en los que yo decía palabrotas! ¡A él le parecía que tenía que ser una buena mujer!

Como actor, das mucho y no tienes miedo al fracaso. En esta película no te dices: ‘Oh, esto está mal, mi personaje no haría eso’. Esa manera de pensar no existía. Al igual que yo, tampoco soy solo esto o aquello. Hago cosas contradictorias. Hago una cosa un día y otra diferente otro día, pero sigo siendo yo. Fue una sensación muy emocionante para mí como actriz y para mi profesión. Somos mucho más de lo que a veces pensamos.

Has estado implicada en este proyecto bastante tiempo ya que el proceso de montaje duró mucho. ¿Cómo reaccionaste al ver la película terminada?

V. P./ Es cierto que duró mucho y reconozco que me impacienté bastante. Pero al final valió la pena porque Terry estaba dejando que la película creciera y no apresuró el proceso y me pareció que es lo que merecía la película.

Así que cuando la vi tuve una sensación extraña. Nunca me había pasado algo así con otra película. Me olvidé de que yo formaba parte de ella, así que fue muy extraño. Me dio la impresión de que tenía su propia razón de ser y que podía vivir mi propia experiencia al verla.

Valerie Pachner junto a August Diehl en Vida oculta (Terrence Malick, 2019)

La he visto varias veces en algunos festivales, y cada vez encuentro algo diferente; me sorprende todas las capas que tiene. A veces me fijo en la fuerza de la historia de amor, y lo importante que es amar y no perder un momento sin amor. Y otras veces, siento el potente mensaje político que significa dar un paso adelante para hacer lo que crees que es lo correcto. Es difícil destacar una sola cosa. Habla de la vida y te permite pensar en la vida de una manera muy amplia e intensa. Para mí ha sido una experiencia muy intensa.

¿Cómo fue trabajar con August?

V. P./ Fue genial porque cuando yo ya estaba contratada seguimos buscando al marido durante seis meses. Fue muy difícil encontrarlo y August fue el último en llegar. Se produjo inmediatamente una conexión y una química muy especial. Nos dimos cuenta de que estábamos en la misma onda. No nos sentíamos como extraños y esa fue la base de nuestro trabajo juntos. Todo discurrió de forma muy natural. No había miedo.

Así que fue fácil, pero también un reto porque vivimos muchas cosas juntos. Pero fue maravilloso y ahora nos vemos muy a menudo. Fue una experiencia única en la vida y tenemos nuestros propios chistes privados. Hemos pasado por esto juntos y es una experiencia que nos ha unido, de eso no hay duda.

En la película, uno de los momentos más conmovedores son las voces en off cuando se leen las cartas. ¿Cómo te sentiste al leerlas?

V. P./ Como dije antes, las cartas fue lo primero que leí, así que fueron lo más importante de todo. Las voces en off las hicimos después del rodaje en los dos años siguientes. Las revisábamos durante horas y de hecho leo mucho más de lo que se oye en la película. Fue una experiencia fascinante. Cada vez que iba al estudio volvía a conectar con toda la historia, con el talento de Malick y con su manera de ver el mundo.

Resulta conmovedor cuánto se puede decir con palabras muy sencillas. Me recordó que las decisiones importantes no surgen de pensamientos o palabras rebuscadas, sino de un lugar muy simple. Eran agricultores, no eran intelectuales viviendo en la ciudad. Tomaron una decisión muy sencilla y humilde muy acorde con el tipo de vida sencilla y humilde que llevaban. Eso se pone de manifiesto en las cartas y en la forma en que hablaban entre ellos. Es muy importante porque demuestra que ese tipo de decisiones no surgen exclusivamente en cierta élite de personas, sino que es algo a lo que todos tenemos derecho.

Fuente: Fox / Disney

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