Eran Riklis, director de El viaje del director de recursos humanos
Eran Riklis, director de El viaje del director de recursos humanos

Entrevista con Eran Riklis, director de Los limoneros

Eran Riklis: «Como dice un persoje de la película: Limoneros… un ministro de Defensa… una combinación letal»

¿Cómo y cuándo nació la idea de Los limoneros?

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Eran Riklis/ Cuando acabé de rodar La novia siria, tenía dos cosas muy claras. La primera era que quería volver a dirigir a Hiam Abbas, esta vez en un papel principal, y la segunda era que quería acercarme más a la situación de Oriente Próximo. En otras palabras, dejar los Altos del Golán y meterme de lleno en la explosiva situación entre Israel y los palestinos. Empecé a buscar una historia y encontré varios ejemplos de palestinos que habían llevado al Estado de Israel a los tribunales. La idea me intrigó por varias razones. En primer lugar, el hecho de que los palestinos pueden llegar hasta el Tribunal Supremo dice mucho a favor del sistema judicial israelí. En segundo lugar, a pesar del sistema (y sin tener en cuenta las decisiones de los diferentes tribunales al final del juicio), existe una profunda sensación de injusticia y, sobre todo, de aturdimiento después de tantos años de ocupación. Ambos lados han hecho cosas deplorables, nada es blanco o negro, pero la historia de unos limoneros que se convierten en una amenaza a la seguridad nacional solo porque tienen la mala suerte de estar al lado de la casa de la persona encargada de dicha seguridad, me pareció el marco perfecto para lo que quería contar. Y el hecho de que miles de historias similares han ocurrido y volverán a ocurrir, me empujó aún más. Ya lo dice un personaje de la película: “Limoneros… un ministro de Defensa… una combinación letal”.

¿Los limoneros es una película política?

Eran Riklis/ No creo en esa terminología, me parece desfasada. Todo hoy en día es político. Todo lo que se diga, se haga o se piense producirá una reacción política. Las decisiones que toman políticos a miles de kilómetros afectan al mundo entero, sobre todo en una «zona peligrosa» como es Oriente Próximo, pero también si se vive en Nueva York, París o Berlín. No, Los limoneros no es una película política, es la historia de unas personas atrapadas en un enfrentamiento político. El ministro de Defensa, su esposa, Salma, el abogado, todos están atrapados en sus situaciones personales y públicas, en su modo de pensar. No es política porque no intenta imponer un punto de vista. Se limita a contar una historia, a mostrar emociones y a enseñar una situación delicada y compleja situada contra un telón de fondo explosivo. Subrayo la palabra “historia” porque quería contar una historia conmovedora que fuera accesible a un público plural en todo el mundo.

Los limoneros (2008)
Los limoneros (2008)

Háblenos de cómo trabajó con los actores y el equipo técnico.

Eran Riklis/ Empezaré con Rainer Klausmann, un director de fotografía genial y un hombre genial. Era la primera vez que trabajábamos juntos, pero estábamos de acuerdo que se trataba de una película simple donde no se juzgaba a nadie. Los limoneros es, en gran parte, el resultado de este punto de vista compartido. Rainer es suizo y trajo consigo a tres técnicos alemanes que se unieron al equipo israelí. Los coproductores, Bettina, Michael y Antoine, son alemanes y franceses. Es nuestra segunda colaboración después de La novia siria. La coguionista Suha es palestina-israelí. Los actores son israelíes, palestino-israelíes y palestinos. Pero todos han compartido el mismo deseo, que la historia funcione. Pero hablando concretamente de los actores, Hiam ha sido parte de mí, y espero haber sido parte de ella. Estoy seguro de que ha sido así. Los actores y el director deben formar un todo para alcanzar el nivel de intensidad, vulnerabilidad y sinceridad requeridas para comunicar de forma creíble una situación conmovedora. Esta regla puede aplicarse a los otros actores, Rona, Ali, Doron, Tarikh, y a los demás miembros de un maravilloso reparto que me permitieron meterme en la piel de un ministro de Defensa, de un abogado, de un campesino o de un solitario soldado que vigila el campo de limoneros desde una atalaya.

Y para terminar, ¿Los limoneros cambiará el mundo?

Eran Riklis/ Claro, ¿no se ha dado cuenta? Ya lo dice la canción: “Los limones, qué bonitos, pero no hay quien los coma”. Me basta con hacer una modesta contribución,  quizá ayudar a romper algunas ideas preconcebidas y dar que pensar un poco…

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