Como indica Jessica Hausner, directora y guionista de Lourdes, la película muestra “por una parte la fe en un Dios bondadoso y eterno, y por otra la realidad caracterizada por lo arbitrario y lo efímero. En definitiva se trata de un cuento cruel: un ensueño o una pesadilla. Enfermos y moribundos de todo el mundo visitan Lourdes para recobrar la salud. Esperan un milagro, porque es precisamente en Lourdes donde aún se producen milagros. Pero Dios parece un tanto caprichoso: da y toma en función de su humor, y sus caminos son impenetrables. En la católica Lourdes los paralíticos sueñan con poder andar, los que están solos con tener amigos, los hambrientos con quedar saciados, pero la sensación de tener una vida truncada, así como el deseo de plenitud, son universales”.
Ante todo, la directora austríaca tenía la idea de “hacer una película sobre un milagro. Los milagros representan una paradoja, una fisura en la lógica que nos conduce hacia la muerte. Esperar un milagro es en cierto modo la esperanza de que todo va a terminar bien y de que hay alguien que vela por nosotros”. De hecho, Hausner ha investigado mucho para “encontrar el marco adecuado para contar la historia de un milagro, y me he fijado en el caso concreto de Lourdes porque yo quería destacar el hecho de que los peregrinos se dirigen allí con la esperanza de vivir un milagro. Se podría pensar que un milagro siempre es positivo: supone la repentina curación de una persona paralizada. Sin embargo, durante mi búsqueda de las historias de curaciones he comprobado que las personas curadas han experimentado una recaída: el milagro no ha durado. Y en ello se encuentra un paralelismo con el lado arbitrario de la vida: algunas cosas nos parecen maravillosas, incluso milagrosas, y luego se convierten en horribles o simplemente triviales”.
Para Hausner, “una curación milagrosa es injusta. ¿Por qué una persona se cura y otra no? ¿Qué se puede hacer para curarse? ¿Rezar, como la madre de la joven apática; escoger la humildad, como Cécile, o por el contrario no hacer nada, como Christine? No hay respuesta para estas preguntas: los milagros parecen arbitrarios, se producen sin lógica ni razón aparente. El milagro es fundamentalmente injusto, pero no obstante es también una inmensa alegría para quien se cura”. Sin embargo, una persona que, presumiblemente, ha experimentado una curación milagrosa “no tiene ninguna garantía de que su curación perdure. La curación ofrece una nueva oportunidad a Christine -que querría disfrutar de la vida-, pero comprende que su reciente felicidad puede acabarse en cualquier momento. Ella empieza entonces a buscarle sentido, a preguntarse si tendría que hacer alguna cosa especial para ser digna de su curación. ¿Qué habría que hacer para que el milagro dure? ¿Dios oye sus plegarias?”.
Filmografía
Jessica Hausner nació el 6 de octubre de 1972 en Viena (Austria). Estudió dirección en la Filmakademie de Viena, donde en 1996 realizó su primer cortometraje, Flora, que obtuvo el Léopard de Demain en el Festival de Locarno. Inter-view, su proyecto de fin de carrera, recibió el Premio del Jurado de la Ciné-Fondation del Festival de Cannes en 1999. Dos años después, Lovely Rita, su primer largometraje, fue seleccionado para la sección «Un Certain Regard» del Festival de Cannes. Su segundo largometraje, Hôtel, también fue seleccionado en 2004 en «Un Certain Regard» y galardonado en 2005 con el Gran Premio para la Mejor Película Austríaca en el Festival Diagonale.
Lourdes, su tercer largometraje, ha participado en el 66º Festival de Venecia, donde ha recibido los premios Fipresci, Signis, Brian y Sergio Trasatti. Por último, logró el Giraldillo de Oro a la Mejor Película en el pasado Festival de Cine Europeo de Sevilla.
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