La Princesa Mononoke

Montero desgrana las fuentes de inspiración del maestro, identifica la labor de los miembros de su equipo, fija las re­ferencias con la maestría de una académica sin rastro de academicismo

La princesa Mononoke (1997)

La Princesa Mononoke, de Laura Montero Plata

· Montero desgrana en La Princesa Mononoke las fuentes de inspiración del maestro, identifica la labor de los miembros de su equipo, fija las re­ferencias con la maestría de una académica sin rastro de academicismo.

«Lo más importante de una película son los recuerdos que deja». Guiada por estas palabras de Miyazaki, ese artista grandioso que es además un hombre bueno y sabio, Laura Montero se acerca a uno de las grandes películas del maestro, en concreto, a la que a ella más le apasiona e interpela (asunto muy significativo si se tiene en cuenta la extensión y profundidad de su conocimiento del cine del co­fundador del Studio Ghibli).

Este libro, editado primorosamente por Héroes de Papel (eso son estos editores sevillanos, enhorabuena), es un acon­tecimiento porque Montero pisa el bosque sagrado de la mítica del poeta japonés con una agudeza infrecuente en el análisis fílmico que los occidentales hacen de las obras maes­tras del cine oriental.


Muchos años de estudio y estancias de investigación, con­versaciones con expertos de todo el mundo en la obra de Mi­yazaki, permiten a la autora ofrecernos las coordenadas pa­ra llegar por el camino adecuado al mundo intelectual, an­tropológico, emocional y estético de una película de una am­bición poética desbordante. Tanta que las 300 páginas se leen con una pasión similar a la de San al lanzarse al asal­to de la Ciudad de Hierro que gobierna la intrigante Lady Ebo­shi: seguir los avatares por los que pasó la semilla que en los primeros años 80 plantó Miyazaki y que se hizo árbol en 1997, en una película que tuvo un enorme éxito a nivel mun­dial. Un árbol por el que Miyazaki sube y baja por la his­toria del Japón y se asoma a la modernidad, al futuro de la humanidad con el sobrecogimiento de quien sabe que los errores se pueden repetir y que aún estamos a tiempo.

Montero desgrana las fuentes de inspiración del maestro, identifica la labor de los miembros de su equipo, fija las re­ferencias con la maestría de una académica sin rastro de academicismo. Las citas son bombillas incandescentes que ilu­minan el misterio, nunca esos farolillos tan frecuentes en trabajos similares.

Por poner dos ejemplos: la tridimensionalidad que adquieren las mujeres en esta película es analizada con una sa­gacidad no exenta de la emoción de quien es una excelente crítica de cine. En segundo término, la autora desciende a un nivel de detalle admirable en el estudio de la promoción de la película por parte de un artista conscien­te como Wi­lliam Morris de que el arte necesita gestión, vaya si la necesita, para lle­gar no solo a unos pocos privilegiados sino a un público muy amplio necesitado de cosas bellas y útiles.

De dioses y hombres, la bella y la bestia, el Dante, un guía, misterio y agitación. Miyazaki convencido de que «si se eliminan los aspectos complejos y se mira simplemente co­mo bueno o malo, no creo que se pueda captar la verdadera naturaleza de las cosas».

En 2012, Montero hizo uno de los mejores estudios sobre un cineasta vivo (El mundo invisible de Hayao Miyazaki) que va por la sexta edición. Ahora hace lo mismo con una película que acaba de cumplir 20 años, cuando se anuncia el regreso al largo (Kimitachi wa dô ikiru ka / How do you li­ve?) del maestro que anunció su retirada en 2013. La lectura de este libro puede ayudar a prepararse para la vuel­ta de un creador que cree en la capacidad del arte como ca­mi­no de esperanza que se recorre esforzadamente con las personas que amamos. Plantar árboles cuya sombra disfrutemos tras largos años no exentos de trabajo muy duro. Quedarán ahí para los que vengan después. Como este libro.

La Princesa Mononoke
Laura Montero Plata. Biblioteca Studio Ghibli
Héroes de Papel
Bollullos de la Mitación, Sevilla (2017)

304 páginas. 24 €

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