Leni Ríefenstahl. Memorias

Hay pocas dudas de que Leni Ríefenstahl ha sido la mejor directora de la historia del Cine y la persona que más ha influido en el género documental

Leni Ríefenstahl. Memorias

Leni Ríefenstahl. Memorias. Hay pocas dudas. Hasta hoy, Leni Ríefenstahl (Berlín 1902-Bavaria 2003) ha sido la mejor directora de la historia del Cine y la persona que más ha influido en el género documental. En sus 101 años de vida ha de­jado una huella imperecedera con dos obras maestras: El triunfo de la voluntad (1935) y Olim­piada (1938). El uso de travellings, el roda­je en grandes escenarios y la uti­lización metafórica de la naturaleza re­vo­lu­cionaron el cine en construcción de los años 30. Sin embargo, tras la II GM, fue denostada dentro y fuera de Alemania al ser conside­ra­da la directora oficial de la pro­paganda nazi.

En esta larga biografía se entiende que el nombre de Leni no deje in­diferente a nadie. Fue una mujer culta, rebelde, genial e imprevisible que vivió en medio de un siglo enloquecido en el mayor manicomio de Euro­pa: la Alemania de los años 30-40. Su vida estuvo llena de contradicciones: trabajó pa­ra Hitler sin compartir sus ideas antisemitas, fue la primera gran directora de cine a pesar de que su sueño era ser bai­la­ri­na de danza y actriz, e hizo la propaganda más eficaz cuan­do su inten­ción era esculpir obras de arte.

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Sus memorias recorren el siglo XX con la aparición de muchos artistas que ad­miraron su talento: el escritor Erich Maria Remarque, los cineastas Abel Gan­ce o Josef Von Stenberg, el dramaturgo Max Rein­hardt

Por supuesto la relación de la autora con Hitler y Goebbels resulta apa­sionante, al tratarse de un conflicto permanente con dos personajes his­tóricos tan maquiavélicos. Se nota que esta directora era una magní­fi­ca escritora ca­paz de definir en pocos trazos a un personaje. El retrato que compone de es­tas dos mentes perversas es brillante, más teniendo en cuenta lo mucho que se ha escrito sobre ellos, y la fuerza que aún así tiene el relato.

Tanto en esta autobiografía como en el magnífico documental Die Macht der Bilder (Leni Ríefenstahl: una vida de luces y sombras, de 1993), esta direc­to­ra ha intentado defenderse de los que la siguen acusando de su cercanía con el nazismo. Pero ha tenido poco éxito. Varios ci­neastas de Hollywood tan consagrados como Jodie Foster o Steven So­derbergh han intentado ha­cer un biopic sobre ella, pero se han encontrado con demasiadas dificultades.

Y es que por mucho que en estas 928 páginas de Leni Ríefenstahl. Memorias se empeñe en limpiar su pasado, hay verdades incontestables: otros huyeron, ella no, otros se jugaron la vida, ella no… Quizás no fuese consciente del número de ju­díos exterminados, pero vio más que sufi­cien­te para que su fasci­na­ción por Hitler no fuese tan duradera. En este sen­tido, el libro tie­ne de­masiados silencios, especialmente de los recuer­dos de los años de la gue­­rra en los que la autora da una visión distanciada y aséptica de un Reich que pre­tendía conquistar al mundo con una dictadura despó­ti­ca.

Esto hace que su biografía sea tan apasionante como incompleta y parcial, tan subjetiva como sugerente, tan fascinante como en­gaño­sa.


Leni Ríefenstahl. Memorias

Editorial Lumen. Barcelona, 2013. 928 páginas. 33,90 €.

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