A la fama en zapatillas: las Converse Chuck Taylor All Star en el cine

· El éxito de las Converse Chuck Taylor All Star se extendió a muchos deportes en el ámbito co­legial y universitario a lo largo y an­cho de EE.UU. gracias a la pro­moción del propio Taylor. El cine plas­mó el éxito de las zapatillas en la sociedad.

El zapato en el cine ha sido personaje, recurso narrativo e icono, ya sea por la personalidad del perso­na­je que lo lleva o por su diseño. Des­de los comienzos del cine hasta aho­ra hemos disfrutado de momentos que, gracias a esta prenda, se han convertido en escenas guardadas con especial cariño en nuestra me­moria.

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Chaplin nos hizo reír mientras co­mía cordones como espaguetis en La quimera del oro (Charles Cha­plin, 1925), recordamos a Judy Gar­land recorriendo ese camino de bal­dosas amarillas con sus brillantes za­patos rojos en El mago de Oz (Victor Fleming, 1939), Disney nos trajo el zapato animado de cristal de La ce­nicienta (Clyde Geronimi, Wil­fred Jack­son y Hamilton Luske, 1950) y gra­cias a Michael J. Fox el calzado pa­só de la gran pantalla a la realidad cuando Nike lanzó a la venta la edi­ción especial de las za­patillas que el actor lucía en Regreso al futuro II (Ro­bert Zemeckis, 1989).

Uno de los zapatos más versátiles del cine en cuanto a personajes que lo han calzado ha sido la zapatilla Con­verse Chuck Taylor All-Star. Las pe­lículas que primero nos vienen a la mente al pensar en esta zapatilla deportiva son cintas como Los Goo­nies (Richard Donner, 1985), Re­gre­so al futuro (Robert Zemeckis, 1985) o Cuenta conmigo (Rob Reiner, 1986). Todas ellas de temática ado­lescente y camaradería de las décadas de los 70 y 80. Sin embargo, des­de que el uso de estas zapatillas pa­saron del deporte a distintos grupos sociales, el cine, como observador de la sociedad, ha puesto esta pren­da en los pies de reinas, cantantes, bailarines y periodistas, entre muchos otros.

En 1908, Marquis Mills Converse abre The Converse RubberShoe Company en Massachusetts. Su idea era la de abastecer a hombres, mujeres y niños de una zapatilla hecha de go­ma que fuera cómoda y flexible. En 1917 se especializa en calzado de­portivo e introduce la lona dando lugar a las primeras Converse All-Star. Chuck Taylor, jugador de baloncesto, al calzarse las zapati­llas, decide ir hasta la fábrica y ofre­cer­se para trabajar en la compañía de Mills. Desde entonces, hasta po­co an­tes de su muerte en 1969, Tay­lor vi­ve dedicado a las zapatillas. Las pro­mociona, visita colegios y universidades de todo el país, se con­vier­te en el primer jugador en promocionar una marca de zapatillas. Es por su trabajo para la empresa lo que lleva a añadir el famoso parche de la estrella con el nombre de Chuck en la zona del tobillo.

El producto es un éxito y durante la década de los 50 ya empieza a ser al­go más que una zapatilla de balon­cesto, iconos como James Dean las usan y fruto de esto, jóvenes estadounidense las calzan empezando a forjar el icono en el que se conver­tirían.

Irrupción en el cine

La primera vez que aparece en pan­talla es en 1960 en la película Me casaré contigo (Joshua Logan, 1960). En ella, Anthony Perkins re­cuerda a la ilustración de Norman Rockwell, Four Sporting Boys: bas­ketball, al interpretar a un univer­si­tario jugador de baloncesto en una película con esa estética dulce y aires vintage propia de esa época es­tadounidense. Perkins encarna al auténtico espíritu Converse, donde de­porte, más concretamente el baloncesto, y el joven universitario se unen.

Poco a poco las Converse Chuck Taylor All-Star y el baloncesto fueron se­parándose gracias a pequeños gru­pos urbanos y subculturas que ini­ciaron su actividad en la década de los 60 como jóvenes rockeros o ar­tis­tas pop. Su uso se iba extendiendo más allá del baloncesto para ser unas zapatillas del día a día. Wal­ter Ma­tthau lució unas Chucks blan­cas en la película La extraña pareja (Gene Sacks, 1968).

West side story (Robert Wise, Jerome Robbins)
West side story (Robert Wise, Jerome Robbins)

De esta época la película más re­pre­sentativa sería West Side Story (Je­rome Robbins y Robert Wise, 1961). El primer fotograma del musical es un plano cenital de un grupo de amigos jugando al baloncesto. Con un rápido movimiento de cáma­ra, la imagen cambia a un primer pla­no del líder de los Jets sentado con el resto de la banda mientras mi­ran desafiantes a los jugadores, co­mo dueños del barrio que son. Pa­rece la historia de las zapatillas de Chuck Taylor contada tan solo en dos planos. Del baloncesto a las ban­das urbanas.

Esa transición del baloncesto a las bandas urbanas también se puede ver en Grease (Randal Kleiser, 1978). John Travolta, en su papel de Danny Zuko, calza las zapatillas cuan­do intenta jugar al baloncesto pa­ra impresionar a Sandy, papel interpretado por Olivia Newton John, y se enfunda en unas Converse Chuck Taylor All-Star, que con­junta con una cazadora de cuero y camiseta blanca, cuando está con su banda, los Thunder Birds.

El éxito de las All-Star se extendió a muchos deportes en el ámbito co­legial y universitario a lo largo y an­cho de Estados Unidos gracias a la pro­moción de Chuck Taylor. El cine plas­mó este éxito de las zapatillas en la sociedad y en los distintos de­portes. Sylvester Stallone entre­nó con ellas en Rocky (John G. Avild­sen, 1976) y el profesor Keating en El club de los poetas muer­tos (Peter Weir, 1989) enseñaba poesía a sus alum­nos a través del fútbol y de la mú­sica, mientras calzaban las míticas zapatillas de Chuck Taylor.

Rocky (1976)
Rocky (1976)

Las películas juveniles de los 80 fue­ron testigos de cómo el estilo de sus personajes era imitado por chicos y chicas. En esta década el uso de las Converse All-Star en baloncesto iba disminuyendo por la apari­ción de nuevas marcas con productos más sofisticados como Nike. Sin em­bargo, esos grupos urbanos que fue­ron adaptando la zapatilla de Chuck Taylor a su indumentaria fue ha­ciéndose más patente con grupos co­mo skaters o el movimiento punk, crean­do un calzado asociado a rebeldes, inconformistas e incomprendidos de la sociedad.

Fruto de este cambio social, pelí­cu­las como Los Goonies o E.T. (Steven Spielberg, 1982) tuvieron un enor­me éxi­to. En Rebeldes (Francis Ford Co­ppola, 1983) unos jovencísimos Matt Dillon, Patrick Swayze y Rob Lo­we llevaban Chucks. La histo­ria de un grupo de amigos de clase ba­ja, pocos recursos, con problemas fa­miliares que se ven envueltos en peleas y rivalidades entre bandas, los Socs y los Greasers.

Michael J. Fox interpreta a Marty McFly en Regreso al futuro, un joven que no destaca en el colegio, no go­za de mucha popularidad y tiene co­mo mejor amigo a un científico. McFly viaja a los años 50 y viste unas All-Star negras (hasta los años 60 no empezaría la producción en otros colores que no fueran el blanco y el negro).

River Phoenix y Will Wheaton in­terpretan a unos niños con una só­lida amistad en Cuenta conmigo. Phoe­nix, en el papel de Chris Chambers, es un joven vapuleado por familiares y profesores pero fiel a la ver­dad y a sus amigos que calza unas Chucks. Los hermanos Duffer, creadores de la revelación de Netflix Stran­ger Things (2016 – act.), homenajearon en dos ocasiones a la pelí­cu­la de Reiner, All-Star incluidas. El conjunto más representativo de la se­rie es el compuesto por el vestido ro­sa y cazadora azul que lleva Eleven, el personaje interpretado por Mi­llie Bobby Brown. El atuendo se com­pleta con unas Converse blancas. Quizá por esto es Brown la protagonista de la campaña que realizó Con­verse homenajeando a la década de los 80 y rindiendo un pequeño tri­buto a los personajes que tienen unas Chucks. La actriz dice: «Cuando ves que el personaje de una película lleva Chucks, sabes que está haciendo lo suyo. Los personajes que lle­van Chucks quieres que triunfen. Los personajes que llevan Chucks no son los favoritos, las Chucks funcionan en ellos. El personaje no está com­pleto hasta que no está calzado».

Rebeldes (1983)
Rebeldes (1983)

Jóvenes incomprendidos, rebeldes, inconformistas, con valores co­mo la amistad, la autenticidad y la verdad por encima de todo. Perso­na­jes que buscan quiénes son en rea­lidad. El club de los cinco (John Hu­ghes, 1985) también refleja este es­píritu. Cinco jóvenes son sancionados en el aula de castigo de su ins­tituto. Todos son muy diferentes en­tre sí, distintas clases sociales, es­tilos diferentes, distintos grupos de amigos y sin embargo acaban entablando una amistad más fuerte que los que parecen ser más parecidos a ellos. En esta película el papel in­terpretado por Ally Sheedy calza unas Chuck Taylor All-Star.

Con un tono más infantil y desen­fa­dado, la película Los Goonies nos presenta a un grupo de amigos que van en busca de un tesoro. No son los más populares del colegio, les van a desahuciar de sus casas y vi­ven sumergidos en sus juegos y sus aventuras sin importarles mucho lo populares que puedan ser. Niños que, por supuesto, tienen zapatillas Con­verse.

Una marca de leyenda

En las últimas décadas las zapati­llas Converse Chuck Taylor All-Star se han consolidado como icono dentro y fuera de la pantalla. La marca, aho­ra propiedad de Nike, ha cumplido 100 años y el cine ha contribuido a crear la leyenda de esta marca. Ya no son exclusivas del baloncesto, ya no son exclusivas de jóvenes rebeldes, ya no son exclusivas de bandas callejeras o culturas suburbanas. Pe­lí­culas como Amélie (Jean-Pierre Jeu­net, 2001) o Pequeña Miss Sun­shi­ne (Jonathan Dayton y Valerie Fa­ris, 2006) hacen de ellas unas zapatillas de personajes algo excéntricos y fuera de la sociedad, películas co­mo Trainspotting (Da­nny Boyle, 1996), o Sin City (Frank Miller, Ro­bert Rodríguez y Quentin Ta­ran­tino, 2005) ha­cen que sean za­pa­tillas para perso­na­jes conflicti­vos y marginados. En es­ta última pelícu­la, Clive Owen cal­za unas Chucks que re­saltan co­mo único objeto que hay en color, con­cretamente en rojo. Tarantino las vuelve a utili­zar en Pulp Fiction (Quen­tin Taran­ti­no, 1994) para el per­sonaje de Butch Coolidge, interpretado por Bru­ce Willis.

Wes Anderson las ha adaptado a su particular estilo en Life Aquatic (Wes Anderson, 2004). En la cuarta pe­lícula del director, la diseñadora Mi­lena Canonero apuesta por unas Con­verse Chuck Taylor All-Star para el personaje de Cate Blanchett, en su papel de la periodista embarazada Jane Winslett-Richardson.

Whiplash (2014)
Whiplash (2014)

Siguen siendo zapato representa­ti­vo de jóvenes llenos de una encantadora personalidad como Ellen Pa­ge en Juno (Jason Reitman, 2007) o jóvenes de fuerte carácter como Milles Teller en Whiplash (Damien Cha­zelle, 2014).

En la futurista Yo, robot (Alex Pro­yas, 2004) el detective Spoon, in­terpretado por Will Smith, compra unas “Converse All Star 2004. Re­serva del 2004”, como él mismo di­ce. Personaje, en cierta forma, re­belde, puesto que no ve con muy bue­nos ojos la nueva revolución robótica que se da a su alrededor.

El ejemplo más llamativo de esta ico­nicidad de la zapatilla es el fotograma de la película María Antonieta (Sofia Coppola, 2006) en la que apa­rece una zapatilla Converse de co­lor morado entre el lujo de trajes, jo­yas y platos rebosantes de pasteles en Versalles, bajo la mirada de So­fia Coppola. Vestuario diseñado por Milena Canonero y zapatos de Ma­nolo Blahnik.

Las Converse Chuck Taylor All-Star se han convertido en icono de es­te pasado siglo XX y parece que en el siglo XXI siguen consolidándo­se como las zapatillas que han dotado de personalidad, rebeldía e in­conformismo a personajes tan dis­pares como jóvenes incomprendi­dos, aventureros, reinas, músicos, ma­tones, jóvenes estudiantes, niñas aspirantes a concursos de belleza, pe­riodistas, detectives del futuro o ma­yores divorciados, entre otros. Y los muchos que quedan por meterse en unas Chucks.

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