14 kilómetros

14 kilómetros: Gran triunfadora en la Seminci

El realizador cordobés Gerardo Oli­vares fue conocido hasta 2006 por su labor como documentalista. En dicho año presentó fuera de concurso en la Berlinale La gran final, una comedia en la que entremezclaba tres grupos humanos obsesionados con ver la final del mundial de fútbol 2002. Olivares retoma la pasión por el fútbol -aunque de forma tangencial- y vuelve a retratar a los tuareg en su segundo largometraje de ficción: 14 Kilómetros.

14 kilómetros es la distancia que separa África de Europa, pero el viaje hacia una vida mejor es mucho más largo y peligroso. El realizador andaluz acompañará a Mukela, Buba y Violeta en un periplo que les hará atravesar medio continente y en el que se verán expuestos a todo tipo de situaciones y encuentros. Ganadora absoluta de la Seminci 2007 -se alzó con la Espiga de Oro, así como con reconocimientos para el director de fotografía y el compositor de la banda sonora-, Olivares abandona la comedia y se centra en un drama de tintes trágicos y crudeza cotidiana.

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El guión se traza a partir de los encuentros y desencuentros de dos hermanos -que ansían llegar a Europa en busca de un futuro profesional, para el pequeño de ellos en el mundo futbolístico- y de una muchacha que huye de una boda concertada con un hombre que la violó antaño. A pesar del cuidado con el que se retrata a los protagonistas, la cá­mara se pega a Buba y parece desde­ñar en ocasiones la trama de Violeta relegándola a la elipsis -como en el incidente del control del autobús-. El azar juega en contra de los personajes, y su futuro dependerá de la calidad humana de las gentes que crucen sus caminos.

Gerardo Olivares muestra lo mejor y lo peor de África, reconstruye rutinas, ensalza la belleza impresionante del pai­saje gracias a la fotografía de Alber­to Moro, y crea un discurso político, des­de los tuareg que luchan por reflotar el continente desde dentro hasta los traficantes de personas de Marruecos que despellejan a los inmigrantes.

14 kilómetros es un filme de luces y sombras, de esperanzas y desilusiones, de caída y resurgimiento. Es ante todo un homenaje a las miles de personas que se juegan la vida en busca de un futuro posible, y a las decisiones y situaciones que deben afrontar en el camino. Olivares trata con gran respeto y determinación el camino de estas gentes desde los rincones más recónditos de Mali hasta la costa de Marruecos. Es la historia de un viaje, de una meta que es el comienzo de otra vida. Considerado, detallista y reflexivo, el largometraje es una bella pieza sobre una situación acuciante que en Europa ha quedado desposeída de toda su crudeza y humanidad a fuerza de aparecer en la televisión de forma cotidiana.

Olivares pone en primer plano unas problemáticas que nos son tan cercanas como extrañas.