El escritor: Entre el fantasma y la fantasmada

Adam Lang, ex premier británico que vi­ve retirado en una mansión en la isla de Mar­tha’s Vineyard, contrata un negro para que reescriba sus memorias. El anterior ha muer­to ahogado. Cuando el escritor se po­ne a trabajar explota un escándalo inespe­ra­do (la apertura de una causa penal contra Lang en el Tribunal de La Haya por críme­nes de guerra cometidos durante la gue­rra de Irak) que sube la temperatura, ya de por sí asfixiante, en la aislada casona de hormigón donde viven Lang, su espo­sa Ruth, su reducido staff y varios guardaespaldas.

El guión de la última película de Ro­man Po­lanski adapta una novela (La som­bra del poder) del que durante años fue­ra perio­dista y columnista político inglés Ro­bert Harris. El relato se parece demasiado a un acerbo ajuste de cuentas -conveniente­mente ficcionado- con Tony Blair y su es­posa. Un género que vuelve a estar de mo­da, porque permite hacer algo muy pare­cido a un libelo sin que técnicamente se le pueda considerar así.

El oficio, el talento, del director francés de origen polaco sostiene el thriller en el planteamiento (los actores son buenos y la puesta en escena es irreal, pero muy efec­tiva por su sustancialidad dramática y escenográfica), pero el nudo y el desenlace son tan caprichosos y ridículos en las re­vueltas conspiratorias que emulan las ton­tadas de las novelas de Dan Brown y otros escritores de best-sellers mistéricos. No las superan, pero casi. La película no tie­ne contrapuntos, todo está podrido, y eso termina pesando tanto que del fantasma puedes pasar a la fantasmada. Me pare­ce que se podía haber hecho algo bastan­te mejor sin recurrir a tanto brochazo, po­niendo en solfa con más sutileza algunas miserias de la alta política, unas mise­rias que hemos construido entre todos, tam­bién unos medios de comunicación en gran medida responsables de lo que hay, con posturas de un amarillismo agotador.

Polanski tiene destreza en la creación de ambientes enrarecidos e incómodos, eso es innegable. El escritor, rodada íntegra­mente en Alemania, desprende desazón. Mucho tienen que ver la ominosa y om­nipresente música de Alexander Des­plat y la fotografía desleída de Pawel Edel­man.

Renuncio a entretenerme en los corolarios que están en la mente de todo el que me lea. No me gustan las difamaciones. Me asquean las dobles varas de medir, casi tan­to como el uso sistemático de ventilado­res cuando las cosas se ponen feas.

Ficha Técnica

  • País: Francia/Alemania/Reino Unido (The Ghost Writer, 2010)
  • Fotografía: Pawel Edelman
  • Montaje: Hervé de Luze
  • Música: Alexandre Desplat
  • Duración: 128 min. Adultos
  • Distribuidora: Aurum
  • Estreno: 26.3.2010
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