Espías desde el cielo: Thriller moral de altos vueltos

· Hay un rit­mo milimétricamente medido, que sa­be entrelazar las diferentes tramas -que ocurren en escenarios muy distintos- con una eficacia y con­ti­­­­nuidad pasmosa.

Una operación de espionaje a través de drones en Áfri­ca. Un grupo de yihadistas en el punto de mira. Un inminente atentado suicida. Y con él, el entramado de decisiones militares, políticas y éticas. De es­to habla Espías desde el cielo, un vibrante thriller que funciona como un tiro a pesar de ser una película de acción… de gente que apenas se mueve unos metros.

La cinta, dirigida por un eficiente Gavin Hood, del que ya vimos la interesante Expediente Anwar, no inventa la pólvora: hemos visto cientos de películas bélicas y, más de una vez, se han retratado los conflictos en las complejas cadenas de mando del ejército. Tampoco es la primera vez que un filme abor­da la espinosa cuestión de los daños colaterales. Ni será la última. Es una más pero el resultado es una cinta notable que -en eso sí hay cierta nove­dad- tiene el valor añadido de acercarse con realis­mo a la guerra actual: una guerra que se pega al te­rreno con unos terroristas dispuestos a inmolarse con métodos arcaicos y se combate con inteligencia, drones y tecnología punta.

Espías desde el cielo sigue al dictado las normas del género –thriller puro y duro- o mejor dicho, mi­ma estas normas. Hay un casting cuidado: qué acier­to poner a dirigir la operación militar a una po­derosa y siempre convincente Helen Mirren y qué bien le da la réplica Alan Rickman, en la que ha sido una de sus últimas apariciones en el cine. Hay un guion bien escrito, que quizás peca de polí­ti­camente correcto (no se quiere ofender a nadie y la historia da la razón a unos y a otros como si de un debate ameri­ca­no televisado se tratara) pero que abor­da temas de in­dudable interés y que no deja de ser hiriente en su crítica a los políticos que miden los daños en vo­tos, en vez de en personas. Y hay so­bre todo un rit­mo milimétricamente medido, que sa­be entrelazar las diferentes tramas -que ocurren en escenarios muy distintos- con una eficacia y con­ti­­­­nuidad pasmosa, como si de una coreografía se tratara.

Casting, guion y tempo hacen que el espectador en­tre de lleno en la historia. No se le deja respirar y, al mismo tiempo, se le deja pensar, que cuestione las reacciones de cada uno de los personajes, que de­cida con ellos y que vea las consecuencias de sus ac­tos. No hay que olvidar que estamos ante un thriller que juega en el terreno del drama bélico. Y de­cir drama bélico es sinónimo de drama moral.

Ficha Técnica

  • Fotografía: Haris Zambarloukos
  • Montaje: Megan Gill
  • Música: Paul Hepker, Mark Kilian
  • Duración: 102 min.
  • Público adecuado: +16 años (V)
  • Distribuidora: eOne
  • Reino Unido (Eye in the Sky), 2015
  • Estreno: 13.5.2016
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