Familia al instante

Familia al instante: Se pasó el arroz

· Mark Wahlberg y Rose Byrne interpretan a personajes extremos en Familia al instante, necesarios para soportar la avalancha que les viene encima y sufrir todo lo que les puede suceder a los padres adoptivos en poco tiempo.

Pete y Rose quieren tener hijos pero es demasiado tarde, han esperado a asentarse profesionalmente y ahora, cuando económicamente les va bien, no pueden tener descendencia. Entonces se meten de lleno en el mundo de la adopción, asisten a clases similares a las de alcohólicos anónimos para candidatos a padres adotivos; luego van a reuniones con niños adoptables. En una de ellas conocen a Lizzy, quince años, que les encanta, pero con ella vienen sus dos hermanos pequeños.

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Hay temas que son demasiado serios para tratarlos con seriedad y la comedia resulta el medio ideal para abordarlos. El caso de la adopción y todo lo que la rodea merece una buena comedia. Sin pretender que esta película sea lo que esperábamos, hay que decir que es un esfuerzo notable y que, a falta de otra cosa, cumple con dignidad. En efecto, se atreve a tocar un buen número de problemas, que van del deseo de tener hijos a la reacción del entorno, la importancia de trabajar en sintonía, las dificultades que les esperan, la labor social que cumplen y los prejuicios en torno a los niños a carga del estado, el punto de vista de los adoptados, las instituciones oficiales… y también la recompensa que lleva esa misma tarea. Mark Wahlberg y Rose Byrne interpretan a personajes extremos, necesarios para soportar la avalancha que les viene encima y sufrir todo lo que les puede suceder a los padres adoptivos en poco tiempo. Esa decisión funciona y permite lucirse a los secundarios por arriba, los abuelos de los niños, encabezados por Margo Martindale, y por abajo, los adoptados, en especial Isabela Moner, todos ellos magníficos.

Amable y positiva, el peaje ideologico ha incluido una pareja homosexual entre los futuros padres adoptivos.