La Bella y la Bestia: Versión real de la cinta animada

· La Bella y la Bestia | El resultado es bastante bueno; tenemos una historia con encanto, una banda sonora y números musicales que ya demostraron su valía en 1991, y un reparto que se luce.

Como es casi imposible suponerlo lo anunciamos directamente, la acción transcurre en Francia, en un pueblecito en el que los días transcurren apacibles y monótonos. Allí descubrimos a Belle, una joven soñadora, y guapa e independiente, que vive con su viejo padre, un distraído inventor. Una noche, perdido en el bosque, el viejo encontrará refugio en el castillo encantado de la Bestia, y se convertirá en su prisionero. Por salvar a su padre, Bella aceptará ocupar su plaza en las mazmorras de la Bestia; allí, poco a poco descubrirá que tras su horrible aspecto se oculta un gran corazón, víctima de una maldición.

Aunque la historia original de La Bella y la Bestia se remonta a la noche de los tiempos, la forma actual es francesa y data de la mitad del siglo XVIII; también es francesa una de las más apreciadas adaptaciones a la pantalla, la de Jean Cocteau (1946). Le sigue en importancia la versión Disney de 1991, muy musical, que mereció la primera nominación de una película de dibujos animados a la categoría de mejor película. Hace tres años, Christophe Gans presentaba una notable lectura de esta historia con Vincent Cassel al frente del reparto, y su cinta pasó inadvertida. La nueva película no es otra revisión del cuento de Leprince de Beaumont, sino un remake de su película de 1991, en la línea que Disney ha desarrollado con personajes de carne y hueso por ejemplo de La Cenicienta, El libro de la selva o Cenicienta (Maléfica).

Dirige este proyecto Bill Condon (Dreamgirls, Dioses y monstruos, Mr. Holmes), que se ha encontrado con un reparto estelar, encabezado por Emma Watson, a quien acompañan Luke Evans, Dan Stevens, Ian McKellen, Ewan McGregor, Emma Thompson y el propio Kevin Kline. Las melodías son las mismas de Alan Menken, con nueva orquestación; el guion es el mismo que escribiera Linda Woolverton para la versión de 1991, aunque tiene unas pequeñas modificaciones, nada felices, a cargo de Stephen Chbosky y Evan Spiliotopoulos. El primero ha convertido a LeFou, el personaje más tonto de la historia, en un auténtico homosexual, aunque en pantalla no pase de algún gesto y chiste de mal tono; el segundo ha inventado un prólogo, una visión del castillo antes de la maldición, precioso pero no aporta nada y quita algo del misterio del cuento.

El resultado es bastante bueno; tenemos una historia con encanto -no es un chiste-, una banda sonora y números musicales que ya demostraron su valía en 1991, y un reparto que se luce, sobre todo Emma Watson que compone un personaje original, sólido y creíble en cada escena, y que además canta y baila, y lleva el peso de la película sobre sus hombros. Pero el principal protagonista es el equipo de diseño que hace un auténtico prodigio, sobre todo con el castillo, pero toda la ambientación es soberbia; y los efectos digitales que han hecho posible integrar las maravillas de los dibujos animados al mundo real.

Este remake de La Bella y la Bestia aporta poco respecto de su original, la magia se la llevó toda la primera versión; ésta acentúa la diferencia entre las secuencias que transcurren en el mágico castillo de la Bestia y las del pueblo, contraste que constituye el punto más débil de esta película ya en 1991, y que Bill Condon, muy ocupado en trasladar el original con la mayor fidelidad posible, no ha mejorado.

Si buscamos una réplica de la cinta de animación, con todo su color y música, esta película maravillará; si se busca algo más, resultará un buen espectáculo, pero algo frío.

Ficha Técnica

  • Fotografía: Tobias A. Schliessler
  • Montaje: Virginia Katz
  • Música: Alan Menken
  • Público adecuado: +7 años
  • Distribuidora: Disney
  • EE.UU., Reino Unido (Beauty and the Beast), 2017
  • Estreno: 17.3.2017
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